Hay tantos temas que se podrían hablar en cuanto a Jesucristo, el más importante de todos es su preciosa gracia; capaz de amarnos y dar su vida para que nosotros en Él podamos vivir, ya que antes estábamos muertos en delitos y pecados.
Pero hay algo que todo cristiano debería saber y grabar en su mente cada día, para poder vivir aquí en la tierra superando las adversidades y eso es, conocer su identidad en Cristo o más bien saber quiénes somos en Él:
Este conocimiento nos empodera y nos da fuerzas para caminar en victoria día a día.
Lo primero que tenemos que saber, es que somos hijos de Dios: Lo dice San Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” ¿te imaginas ese privilegio? La calidad de hijo es el grado más cercano con otro ser humano, hablando en términos terrenales, mucho más ser hijo de Dios, ser hijo es ser mimado, consentido, comprendido, corregido, instruido y lo mejor de todo es la calidad de heredero. El hijo siempre hereda al padre y nosotros tenemos heredad en el Señor, el hijo pide y el padre provee, es una posición bastante privilegiada y cuando pedimos, nuestro Señor dice: San Mateo 7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Así pues, que la próxima vez que nos sintamos derrotados o abatidos por las distintas circunstancias de la vida, no olvidemos nunca nuestra calidad de hijos de nuestro Señor.
Lo segundo es que en Cristo somos benditos. Lo podemos ver en Efesios 1:3, el cual dice “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,”. Qué maravilla saber que cuando le recibimos como nuestro Señor y Salvador y lo confesamos con nuestra boca, el rompió todas esas cadenas de maldición que había en nosotros. Ya no nos siguen más las llamadas maldiciones generacionales, enfermedades producto de pecados, el terror del pasado o lo que algunas creencias denominan “Karma”, porque él hizo nueva nuestra vida. Vamos por la vida llenos de bendición y lo mejor es que el versículo hace énfasis en que él nos bendijo con toda bendición, recordando esto todos los días no caminaremos temiendo por lo que antes fuimos, porque somos benditos en su Nombre.
Tercer recordatorio de lo que somos en Cristo y este punto es fundamental para un cristiano, porque le permite acercarse a Jesús sin temor. Encontramos varios versículos que nos hablan de que, al momento de recibirle, Él nos ha purificado. Efesios 1:4-6 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” (negritas y subrayado mío). Se subrayan estas frases tan poderosas, en Cristo nuestros pecados han sido perdonados, borrados, olvidados y somos aceptos, así que cuando un pecador se arrepiente y recibe a Cristo ya no se acerca a Dios sintiéndose mal por su vida de pecados, sino que puede venir a disfrutar lo maravilloso de la vida y las bendiciones, vive feliz y tranquilo llevando una relación personal con el Señor sirviéndole y siguiéndole fielmente
Una oración de un cristiano que ha entendido que es santo y justificado por su gracia, es una oración de gratitud a su amor y perdón inmensurable. Así que amado hijo de Dios “Venid luego, dice jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías 1:18. Sonríe y agradece tu vida en Cristo. Ten presente si alguien viene a recordarte el viejo hombre este versículo: 2 Corintios 5:17. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”.
Cuarto recordatorio, de lo que somos en Cristo, cuando se recibe a Cristo dice su palabra en Efesios 1:8 “que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,” – ¿Cómo? Así es: y no dice simplemente que nos dio inteligencia sino que hizo sobreabundar. El diccionario de la RAE (Real Academia Española), define la palabra sobreabundar como: Abundar mucho. Pablo fue un hombre bastante letrado y para explicar la obra de Cristo siempre nos maravilla con su intelecto y su abundante léxico, pero definitivamente Pablo quiso que entendiéramos este tesoro de la inteligencia y la sabiduría que nos ha sido dada en Cristo, tenemos su ejemplo y su palabra, para cualquier situación en la vida. Podría incluso escribir un artículo completo sobre los textos que regulan cada aspecto (para el matrimonio, para fundar una empresa, para estudiar, para servir en un ministerio, etc.) lo mejor es que tenemos su palabra y su espíritu que nos da discernimiento. Conozco personas y líderes que el Señor ha capacitado grandemente y que cuando conocieron a Cristo no sabían ni leer, pero Dios en la actualidad les usa de gran manera, pues sabiduría nos ha sido dada a todos a través de Cristo.
Así que le animo a estudiar su palabra para que esta sabiduría e inteligencia se multipliquen cada día y sobreabunden, tal como dice Pablo y ya no se pronuncien frases como: “yo no puedo”, “no soy capaz”, “no entiendo”, porque en Cristo se puede.
Existen muchas más cosas que somos en Cristo para que podamos llevar una vida plena, recordando que el reino de Dios se ha acercado a nosotros. Podemos encontrar algunas de ellas en Efesios 1, podemos leerlas, escribirlas, memorizarlas, pero lo mejor es meditar en ellas todos los días.
Bendiciones para todos los amados hijos de Dios.
Por: Violeta Grisales
