Día 52:
«La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días.» – Nehemías 6:15 NVI
Guardando las proporciones quiero el día de hoy sacar algunas conclusiones de lo que Dios nos ha permitido vivir en estos tiempos en nuestra congregación comparándolo con la historia de Nehemías.
Concluimos con la obra que 52 días son muy poco
De admirar el trabajo que realizó Nehemías para la reconstrucción de las murallas en 52 días.
Cuando reviso los aspectos que lo llevaron a tener éxito en su labor puedo extraer los siguientes aspectos:
- Sentido de pertenencia
- Determinación
- Gracia
- Provisión divina
- Capacidad para apasionar a los demás
- Sabía quién iba al frente y por qué y para qué se hacía la labor (objetivo)
No le importó “el qué dirán”, ni las amenazas - Amaba su tierra, su gente y entendió su propósito en medio de ellos
- Le sirvió al Rey de reyes, pero también le sirvió a su rey
Los tiempos de Dios son perfectos y en nuestro proceso estamos muy agradecidos por todos los avances que hemos obtenido hasta nuestro día 52, sabiendo que aún nos falta mucho por hacer…
Si bien en el caso de Nehemías la reconstrucción de las murallas tardó 52 días, había otros temas pendientes por finiquitar (de la ciudad, de la ley, litúrgicos, espirituales, entre otros). Estamos próximos a dar apertura en nuestra congregación (“por terminar las murallas”), pero sabemos que vamos por más, hay que seguir organizando la casa.
“La ciudad ocupaba una gran extensión, pero tenía pocos habitantes porque no todas las casas se habían reconstruido.” – Nehemías 7:4 NVI
Y aunque nos falta mucho por hacer, desde ya podemos concluir con la obra que…
Concluimos con la obra que esto es de todos
Estamos enormemente agradecidos con todos los que se han empolvado, se han pintado, la han sudado, se han echado la carga al hombro, se han rasguñado, cortado y chuzado, han preparado alimentos, han aportado dinero, han orado, han motivado, se han desvelado, han estado en las actividades propuestas, etc.
En Nehemías 3 podemos ver este factor común:
“Después de ellos, Benjamín y Jasub reconstruyeron el sector que está frente a sus propias casas. Azarías, hijo de Maseías y nieto de Ananías, reconstruyó el tramo que está junto a su propia casa.” – Nehemías 3:23 NVI
Gracias por el sentido de pertenencia que tienen por esta casa y por desear verla más hermosa, gracias por aportar acorde a sus capacidades, gracias por construir un pedacito del cielo en la tierra donde podemos disfrutar de la presencia de Dios, de su palabra, su protección y cuidado, del poder compartir como una familia y buscar ayudar al necesitado. ¡Esta obra es de todos!
Concluimos con la obra que algunos se ocupan de otras cosas
“También me enteré de que a los levitas no les habían entregado sus porciones y de que los levitas y cantores encargados del servicio habían regresado a sus campos.” – Nehemías 13:10 NVI
Hemos visto como algunas personas se han desconectado durante este proceso. En nuestro caso, entendemos algunas circunstancias y contextos que imposibilitan el acompañamiento o la realización de sus funciones habituales como líderes o servidores, pero nuestro llamado a quienes sin excusa verdadera se han “alejado a sus campos” es motivarlos a que se ocupen nuevamente de las funciones y actividades que tenemos en esta obra a la cual Dios nos ha llamado.
Hay mucho por hacer y necesitamos de todos, vamos a trabajar a toda máquina, cada uno en lo suyo como el cuerpo de Cristo.
Concluimos con la obra que siempre habrá oposición
Y esto no lo digo por una persona en específico, sino por tres: Sambalat, Tobías y Guesén, aunque habían más (Nehemías 6:14).
Es más fácil de asimilar las críticas y la oposición cuando provienen de afuera, pero golpean más duro cuando provienen de “los de uno”.
Paradójicamente Dios emplea a “personas de afuera” para su propósito y de seguro ellos también recibirán recompensa. En el caso de Nehemías Dios usó al mismo rey Artajerjes para enviar y provisionar a Nehemías de materiales necesarios para la obra.
Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros? Nuestro agradecimiento profundo para todos aquellos que muestran fidelidad, lealtad y sentido de pertenencia. Le pedimos a Dios que guarde nuestros corazones para hacer todo conforme a su voluntad dejando de un lado la religiosidad y las costumbres que a veces nos causan tanto daño.
Concluimos con la obra que se avecina una gran fiesta
“Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es su fortaleza».” – Nehemías 8:10 NVI
¡Hay motivo para celebrar y con la ayuda de Dios lo vamos a hacer!, todos están cordialmente invitados a nuestra gran fiesta. Será una fiesta de gratitud, adoración, alegría, esperanza.
Concluimos con la obra que lo mejor está por venir
Toda la obra que efectuó Nehemías los llevó a reencontrarse con Dios, con su palabra, sus promesas y los llevó a reconocer sus errores y los de sus antepasados. Dios nos otorga segundas oportunidades, ¿aceptaremos su invitación? ¿tendremos la valentía para dejar todo aquello que nos está alejando de Dios? ¿seremos fieles y obedientes a su palabra?
Creemos que esta obra que estamos efectuando es un punto de partida para lo mejor que está por venir. Queremos ver vidas y familias restauradas. Queremos ver milagros, liberaciones y sanidades. Queremos ver un despertar de una nueva generación que se levanta y se consagra al servicio de Dios, así como de generaciones antecesoras que están dispuestas a dar su último suspiro en esta tierra honrando y dando toda su vida a Dios. Queremos ver líderes apasionados que trastornan al mundo, que alcanzan e impactan vidas con el mensaje de Cristo. Queremos ver una congregación que adora genuinamente y que predica sanamente. Queremos ver una iglesia que crece, influencia y conecta.
Por: Alejandro Ospina