IPNJ Central PereiraIPNJ Central PereiraIPNJ Central PereiraIPNJ Central Pereira
  • Inicio
  • Nuestra Iglesia
    • Equipo pastoral
    • Equipo ministerial
    • Nuestra iglesia
    • Experiencia en comunidad
    • Un Legado
      • Noel Ospina Muriel
      • Manuel Antonio Ospina Muriel
      • Álvaro Alzate Pérez
    • Directorio
  • Oremos juntos
  • En vivo
  • Blog
  • Calendario
  • Corario
    • Escucha nuestra Playlist
  • Contacto
✕
Somos fogatas
18 enero, 2021
Lo que somos en Cristo Jesús
15 febrero, 2021
Mostrar todo

Del niño músico a Director Nacional de Salmistas

1 febrero, 2021

Quiero contarles como empecé en el ámbito musical. Mis padres conocieron al Señor en la década de los 70 y pertenecieron a la IPUC por varios años, organización en la cual nací y estuve hasta los 6 años de vida. Sólo recuerdo muy pocas cosas por mi corta edad.

Entre los años 89 y 90 pasamos a ser miembros fundadores de la IPNJ (Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús) Central Pereira, donde fuimos pastoreados por el Hermano Manuel Ospina Muriel, el pastor Hernando Caicedo Bustamante y posteriormente el Hermano Álvaro Álzate Pérez. La iglesia tuvo un hermoso inicio. Por varios años contamos con el Ministerio Musical Abiel, respaldando el ministerio de alabanza local y a su vez en los eventos nacionales.

Fueron pasando los meses y mi anhelo era tocar la batería, ya que desde que estábamos en la IPUC (Iglesia Pentecostal Unida de Colombia), mis padres me compraron un tamborcito y unos palitos con los cuales en cada culto yo simulaba tocar la batería, mirando al hermano Winston Ríos quien era el baterista en ese entonces. Muchas veces era incómodo para los hermanos que se hacían delante de la banca donde yo me sentaba, ya que la utilizaba para simular los platillos y le daba duro con los palitos.

Estando en la nueva sede de la IPNJ Central Pereira, seguía desarrollando este talento que Dios me había dado, ya que mi mamá contaba en muchas ocasiones y como un gran testimonio, que ella estuvo 4 años después de casarse buscando tener un hijo y no se daban las cosas, hasta que ella un día movida a fe pidió a Dios y oró como Ana diciéndole: “si me das un hijo lo dedicaré para tu servicio” y así fue; en el año de 1983 nací en la ciudad de Pereira y fui presentado por el Pastor Manuel Ospina Muriel y dedicado al servicio de Dios cuando tenía 7 años.

Empecé a subirme a la plataforma después de que terminaban los cultos, como muchos niños lo hacen hoy en día y por lo cual no me incomoda porque me recuerdan mis inicios. Me subía a darle duro a la batería hasta que me regañaban y me bajaban. Así fueron pasando los días hasta que un día teníamos un servicio especial de integración en la iglesia y ese día no llegó el baterista. El grupo estaba compuesto por el hermano Manuel Ospina Jr. en los teclados, el hermano Iván Fernando Ariza en el sintetizador, el hermano Pedro Jara en el bajo eléctrico, el hermano Alexander Valencia en la guitarra y voz principal, quien vale recalcar que fue mi mentor, y en las voces las hermanas Osiris Ortiz y Miryam Galvis.

Le dije a mi papá que yo quería tocar la batería. Mi padre se acercó a nuestra pastora en ese entonces, nuestra hermana Marina Amaya, esposa del pastor Manuel Ospina, de quien siempre estaré agradecido porque ella fue la que habló con el hermano Manuel y le pidió que me diera la oportunidad y él aceptó. Ese día recuerdo que mi papá me llevó hasta la batería, ya que desde niño fui muy tímido, me senté en la batería y recuerdo que ese día impacté a los que estaban allí presentes, ya que no toque con destreza y como un profesional, pero me defendí y lo hice muy bien.

Recuerdo que ese día me quedé dormido en la batería mientras se predicó la palabra de Dios. Después de ese día las cosas cambiaron. Me empezaron a dar la oportunidad de tocar en repetidas ocasiones; inclusive el hermano Winston me sentaba con él y me dejaba tocar una o dos canciones durante un servicio y trató de irme puliendo y encaminándome. A él le agradezco inmensamente, porque aprendí mucho mientras lo veía tocar.

Después de un tiempo, el hermano Hernando Caicedo, quien fue pastor asistente por algunos años, nos visitaba en casa y me empezó a enseñar lo que el sabía de música. En piano, en guitarra, en canto y empecé a ejecutar otros instrumentos. Luego el hermano Manuel entregó la iglesia al hermano Álvaro Álzate, quien llegaría a pastorearnos por más de 26 años y quien depositó su confianza en mí para el servicio a Dios en la música, como él lo decía.

El grupo ABIEL llegaría a su fin y quedaría yo solo al lado de mi pastor, quien con sus conocimientos musicales empezó a formarme como salmista. Él nos visitaba en casa y se sentaba al piano a mostrarme lo poco que él sabía: tonalidades, canciones…, hasta que un domingo, después de estar la iglesia sin músicos por un buen tiempo el hermano Álvaro dejó salir de sus labios la frase con la que empecé este escrito “En esta mañana vamos a darle la oportunidad al niño músico”, ya que tenía unos 9 años, ya llegando a los 10 y ese día él me dio un tono y por ese tono las hermanas que dirigían las alabanzas empataron una serie de canciones, las cuales no sé ni cómo toqué, porque en realidad no sabía bien los círculos armónicos, pero desde ese día mi vida no volvió a hacer igual, porque me inquieté por aprender y aprender cada día más y así fue pasando el tiempo.

A la edad de 12 años, decidí bautizarme en el nombre de Jesús. Fue en el año de 1995, por mi pastor, el hermano Álvaro Álzate Pérez. Empecé a formar a más salmistas, ya que me encontraba solo. Había varios jóvenes en esa época, que empecé a involucrarlos en la música: El hermano John Jairo Villamil quien entendía de piano y empezó a apoyar en ese instrumento, el hermano Marlon Alejandro Álzate, Leonardo Sarmiento y Oswaldo Orozco a quienes les enseñé batería y empezaron a turnarse para tocarla.

Luego que pasó un tiempo empecé a enseñarle a los Hermanos Ospina: Alejandro y Christian, quienes son nietos del hermano Manuel Ospina Muriel. Les insistía en aprender y ellos fueron haciéndolo, hasta que formé el Grupo Abiel Junior, con niños salmistas que estaban apenas iniciando y a su vez fue la escuela de muchos que participaban año tras año de las confraternidades de niños y niñas y en las cuales empezamos a ver que había muchos talentos en todos estos niños. Logramos tener la participación de muchos, hasta que fueron creciendo y logramos formar nuevamente el Ministerio Musical Abiel, en el cual participaron diferentes salmistas: Alexander Valencia, Manuel Ospina, Dufay Álzate, Adriana Silva, Amparo Villamil, Wilfredo Caicedo, Ángela Vivas y Alfredo Puerta.

Pasaron los años y con algunos de esos niños que participaban de las confraternidades y del grupo Abiel Junior pasaron a estar conmigo en el grupo principal Alejandro Ospina, Christian Ospina, Amparo Villamil, Adriana Silva, Maritza Villamil, Cesar Cruz, Nathali Cruz, Jheinner Casas, Mateo Caicedo, Robert Chisco, Andrés Felipe Ospina, Santiago Ospina y este su servidor, Edison Bedoya, como director por muchos años. Fuimos de bendición por muchos años viajando con instrumentos y equipos de una ciudad a otra, participando en un sinnúmero de confraternidades nacionales, cultos especiales, campamentos, oxigenaciones, vigilias etc. donde fuimos usados poderosamente por Dios. A su vez con estos salmistas, cada uno empezó a formar a otros y hasta el día de hoy se sigue enseñando a las nuevas generaciones e incentivando a otros a servir a Dios en la música.

En el año 2013, por iniciativa de nuestro Hermano Alexander Valencia, se decide enviar una propuesta a la Junta Nacional de la IPNJ, para crear el Departamento de Salmistas y Adoradores, el cual fue aprobado y desde allí empezamos a trabajar en todo el país para sacar este ministerio adelante.

Por la dirección del Minsad (Ministerio de Salmistas y Adoradores) han pasado varios salmistas, como el hermano Jaime Morales Junior, Christian Ospina, Alexander Valencia y en el Periodo 2018 al 2020 fui elegido como Director Nacional. Después de estar trabajando como auxiliar de zona desde el 2016, se me da la oportunidad de dirigir este precioso departamento, el cual amo con todo mi corazón, ya que se ve reflejado el trabajo que se ha desarrollado por muchos años y el cual sin saberlo empecé a realizarlo desde que era un niño: Enseñar a otros, formar nuevos salmistas y engrandecer el reino de Dios por medio de la alabanza.

Hay varias preguntas que quiero contestar como conclusión a los salmistas que en algún momento se tomen el tiempo de leer este escrito:

¿Vale la pena apoyar a nuestros niños y niñas en nuestras iglesias?

Como decía al inicio, yo pasé por muchas situaciones, que al ver a otros que vienen detrás de mi pasar por ellas, me veo reflejado: Salmistas que tocan y se salen del servicio, niños que terminado el culto se suben a la plataforma a tocar todos los instrumentos, muchos jugábamos a tocar instrumentos. Yo con los hermanos Ospina en el estudio de Grabación MAOM (Iniciales de Manuel Antonio Ospina Muriel), pasábamos horas y horas jugando a ser un grupo de alabanza y ese anhelo se cumplió en nuestras vidas. Por muchos años tocamos juntos. Vale la pena apoyar a los que se quieren formar como salmistas y adoradores. En cada iglesia hay un potencial; talentos ocultos que hay que pulirlos y darles la oportunidad.

¿Los salmistas son los más señalados en las iglesias?

Siempre será el ministerio más atacado por Satanás, ya que vamos de la mano con cada pastor. Es el ministerio más importante, después del pastor. Los salmistas tenemos un compromiso a diario de hacer guerra espiritual y llevar al pueblo de Dios a un momento de intimidad con él, en cada servicio, en cada ministración. Por muchos años hemos tenido dificultades, algunos hemos caído, nos hemos equivocado, hemos sido infieles, pero Dios que es fiel y justo, nos ha levantado, nos ha restaurado y por su gracia es que estamos en pie, luchando cada día con nuestras imperfecciones y nuestros defectos, pero seguimos en pie.

¿Vale la pena servir a Dios?

Por muchos años hemos servido a Dios sin esperar nada a cambio. Dios nos ha sustentado y nos ha retribuido por ese trabajo desinteresado. Debemos servir a Dios cada día sin esperar nada a cambio. Él nos tiene un galardón muy grande en el cielo, por el trabajo que usted y yo hagamos en esta tierra.

En todos sus años de experiencia y de servicio a Dios, ¿Qué consejo les da a las nuevas generaciones?

El mejor consejo es que sirvamos a Dios cada día, pero que lo hagamos bien: En santidad, con corazones sinceros, sabiendo que Dios es nuestro jefe y Él tiene grandes retribuciones por esta labor y que no dejemos que nuestros sueños y anhelos sean truncados, Dios nos ayudará a cumplirlos. Debemos vivir una vida de oración de búsqueda a diario de las cosas de Dios.

¿Cómo debemos servir a Dios?

No dejemos que el diablo cauterice nuestras mentes y corazones y sirvamos a Dios en pecado, no importándonos nada, porque Dios nos dejará que sigamos adelante con nuestros pecados ocultos, pero cuando seamos llamados a cuenta, todo eso saldrá a la luz, la invitación es a que seamos temerosos de Dios y cuando nos sintamos mal, que estemos obrando mal, tomemos un tiempo de restauración y seamos sinceros con Dios y con nosotros mismos.

Como Director Nacional del MINSAD, ¿Qué experiencia le deja?

Aprendí muchas cosas. Una de ellas es que somos un ministerio que debemos de tener mucho compromiso con el servicio a Dios, ya que somos el punto de referencia de muchas personas que todo el tiempo nos están viendo y nos tienen como puntos de referencia y de igual manera, es el más golpeado por el dardo enemigo. Debemos ayudarnos todos en oración y los espirituales restaurad con amor a los que en algún momento tengamos alguna falla o altibajo. También aprendí que el trabajo no se ve reflejado inmediatamente. La semilla queda y vamos viendo los frutos con el paso de los años. En mi caso empecé desde los 9 años y a mis 36 años estoy viendo el fruto de todo ese trabajo que hice y seguiré haciendo hasta el día en que Dios venga por su iglesia.

Por: Edison Bedoya

Artículos relacionados

Bienaventurado
26 junio, 2020

Bienaventurado


Leer más

Suscríbete a nuestro blog por correo electrónico

Ingresa tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibirás un aviso cada vez que publiquemos una nueva entrada.

Únete a otros 8 suscriptores

Artículos recientes

  • Dios no necesita tu diezmo, el desea tu ciezmo
  • Como escogidos de Dios
  • El gran caos
  • Jesús es el Señor

Categorías

  • Iglesia
  • IPNJ
  • MinG
  • Minsad
  • Servicio
  • Testimonio
  • Vida cristiana

Información de contacto y horarios

Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús, Central en Pereira
Carrera 9 # 8-52
+57 304 107 3446 - +57 (606) 346 6960
info@ipnjcentralpereira.com
Miércoles - Servicio General: 7:00pm
Sábado - Reunión de Jóvenes: 6:00pm
Domingo - Escuela Dominical: 10:00am

© 2019 Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús Central Pereira. Todos los derechos reservados