1. Sólo existe un evangelio
Gálatas 1:9: «Como ya lo hemos dicho, ahora lo repito: si alguien les anda predicando un evangelio distinto del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición!«
Por muy inspiracional, motivador o elocuente que sea el mensaje que se escucha, debemos comprobar que lo que se nos enseña sea lo mismo que se encuentra en la Palabra de Dios. Y la única forma en que puedes hacer esto, es acercándote por tu propia cuenta a la Biblia.
Ten cuidado de los lugares donde se predica que: «son lo únicos con la revelación de Dios», «son la iglesia verdadera», «el resto de iglesias no predican la verdad» y frases similares. Pero ten mucho más cuidado de los lugares donde sólo se habla de dinero, no se habla de santidad, no son coherentes con lo que predican y aplican y donde ponen por encima de la Biblia sus pensamientos, reglas y enseñanzas.
2. Identifícate con la visión
Proverbios 29:18a «Donde no hay visión, el pueblo se extravía«
Hay congregaciones con diferentes objetivos organizacionales: énfasis misionero, obras sociales, evangelismo, etc. O donde quizás se desarrolla un ministerio en especial hacia los jóvenes, mujeres, la familia, la música, entre muchos más. El rumbo hacia donde va la iglesia local debe ser el mismo hacia donde quieres llegar, siendo parte activamente, participando y apoyando la visión.
Partiendo del primer punto, el segundo tiene que ver con identificarte con la iglesia y su razón de ser organizacional. En este punto identificar aspectos como su misión, su cultura, su ubicación, sus horarios de servicios y actividades, su tipo de liderazgo, etc. Influirán de forma directa en que puedas sentirte parte de ella y más que eso aportar para su crecimiento, así como tu creces junto a ella.
3. Debemos estar dispuestos a ser discípulos
Hechos 11:26b: «Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez.«
La palabra «cristiano» está directamente relacionada con ser discípulo. Por lo tanto, cuando quieres encontrar un lugar para congregarte debes estar dispuesto a escuchar, aprender, corregir y crear hábitos acordes a la enseñanza.
No se trata simplemente de ser cristiano porque voy cada ocho días a la iglesia, se trata de formarse, participar y tener por objetivo el replicar lo aprendido en otros.
4. Un segundo hogar
Salmo 133 «¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!«
Debes estar en un lugar donde te sientes en casa, en familia y creces espiritualmente entendiendo y viviendo el propósito de Dios para tu vida.
En este punto hay que marcar una diferencia entre estar en un lugar donde simplemente me siento en zona de confort a estar en un sitio donde sé que puedo desarrollar el llamado de parte de Dios y hay un crecimiento integralmente.
En la iglesia nos llamamos «hermanos» y «hermanas» porque somos una familia, donde queremos honrar y serle fiel a nuestro Padre.
5. Desarrolla tu rol
1 Pedro 4:10 «Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.«
Pon al servicio de tu comunidad el don que Dios te ha dado. Cuando estamos en el «primer amor» muchas veces queremos empezar a servir/ministrar de inmediato, pero no te aceleres, sé constante, disciplinado, aprende, llénate de Dios y escucha su voz para empezar a dar pasos en el área de servicio/ministerio al cual Él te ha llamado. Pero tampoco seas un simple expectante del mover de Dios en tu iglesia, Él quiere que formes parte de su equipo y esto no depende de la posición en que te gustaría jugar, sino en qué posición quiere Dios ponerte a jugar, Él conoce muy bien las capacidades que hay en ti.
6. La Iglesia de Dios
Colosenses 1:18 «Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero.«
Ama, valora, aprovecha el lugar donde Dios te ha puesto, pero también entiende que la Iglesia de Dios es una, somos parte de su cuerpo, pero Él es la cabeza, quien nos dirige. Por eso también ora por todos los lugares de reunión alrededor del mundo y por todas las personas que Dios, al igual que a ti, ha llamado y está moldeando.
Qué emocionante es saber que somos parte de la iglesia de Dios que alrededor de todo el mundo se reúne para seguir anunciando sus buenas nuevas y exaltarle.
Si no tienes un lugar donde congregarte, las puertas de nuestra congregación están abiertas. Si Dios ya te ha puesto en un lugar, deseamos que sigas creciendo y que no dejes de congregarte.
Por: Alejandro Ospina