Himnario Lluvias de Bendición

    I
    Loores dad a Cristo el Rey,
    Suprema potestad;
    //De su divino amor la ley,
    Postrados aceptad//

    II
    Vosotros, hijos de Israel,
    Residuo de la grey;
    //Loores dad a Emmanuel,
    y proclamadle Rey//

    III
    Gentiles que por gracia de Él
    Gozáis de libertad,
    //Al que de vuestro ajenjo y hiel
    Os libra, hoy load//

    IV
    Naciones todas, escuchad
    y obedeced su ley
    //De gracia y de santidad,
    y proclamadle Rey//

    V
    Dios quiera que con los que están
    Del trono en derredor,
    //Cantemos por la eternidad
    A Cristo el Salvador//
    I
    Compañeros nazarenos que luchamos por Jesús,
    En la América Latina ganando almas para Dios,
    Redoblemos nuestro esfuerzo haciendo brillar la luz
    De plena salvación.

    CORO
    Ganaré a mis compatriotas,
    Ganaré a mis compatriotas,
    Ganaré a mis compatriotas,
    En nombre de Jesús.

    II
    Un millón de almas salvadas es ahora nuestro ideal
    Que lavadas sean por Cristo nuestro grande Salvador;
    A las cuales con ternura guiemos a la santidad,
    Por el Consolador.

    III
    Cada miembro de la Iglesia luchar debe por ganar
    A los pobres pecadores muertos en su gran pecar,
    Hasta hacer que el Evangelio lo conozca más y más
    El mundo contumaz.

    IV
    Nazarenos, nazarenas, Dios nos llama a cooperar
    En salvar al mundo malo por su gratis salvación,
    Trabajemos con anhelo hasta el éxito alcanzar,
    Por Cristo el Salvador.
    I
    Al cielo vuelen los ecos santos
    Que arranco alegre de mi laúd;
    Al cielo vuelen mis dulces cantos,
    Mis dulces cantos de gratitud.

    CORO
    ¡Alza tu canto, oh lengua mía!
    ¡Alza tu canto mi corazón!
    Llénese el alma de alegría,
    Con alegría de devoción.

    II
    Ya siento el fuego de los amores,
    De los amores del grato Edén;
    Ya no me acosan aquí dolores,
    Porque contemplo a Jerusalén.

    III
    Padre, en tu regia, santa morada,
    Donde la dicha no tiene fin;
    Allí mi patria miro esmaltada
    De bellas flores de tu jardín.

    IV
    Oh padre, impárteme tu consuelo;
    Nada en la tierra yo espero ya;
    Y haz que pueda entrar al cielo,
    Que allí tan sólo mi dicha está.
    I
    Te loamos ¡Oh, Dios!
    Con unánime voz,
    Que en Cristo tu Hijo
    Nos diste perdón.

    CORO
    ¡Aleluya! Te alabamos,
    ¡Cuán grande es tu amor!
    ¡Aleluya! Te adoramos,
    Bendito Señor.

    II
    Te loamos, Jesús,
    Quien tu trono de luz
    Has dejado por darnos,
    Salud en la cruz.

    III
    Te damos loor,
    Santo Consolador,
    Que nos llenas de gozo
    Y santo valor.

    IV
    Unidos load,
    A la gran -----
    Que es la fuente de gracia
    Virtud y verdad.
    I
    Dad al padre toda gloria,
    Dad al hijo todo honor,
    Y al espíritu divino,
    Alabanzas de loor.

    CORO
    Adoradle, adoradle,
    Adorad al salvador;
    Tributadle toda gloria,
    Pueblo suyo por su grande amor.

    II
    ¡Adoradle, oh iglesia!
    Por Jesús tu redentor,
    Rescatada por su gracia,
    Libre por su grande amor

    III
    Entonadle un canto nuevo,
    Huestes libres del Señor;
    Tierra, cielos, mar y luna,
    Gloria dan al trino Dios.

    ÚLTIMO CORO
    Yo te adoro, yo te adoro,
    Yo te adoro, buen Jesús,
    Yo te adoro reverente,
    ¡oh, Cordero santo de mi Dios!
    I
    Roca de la eternidad,
    Fuiste abierta para mi
    Sé mi escondedero fiel;
    Sólo encuentro paz en Ti,
    Rico, limpio manantial,
    En el cual lavado fui.

    II
    Aunque fuese siempre fiel,
    Aunque llore sin cesar,
    Del pecado no podré
    Justificación lograr;
    Sólo en Ti teniendo fe
    Deuda tal podré pagar.

    III
    Mientras tenga que vivir,
    Mi postrer suspiro dar,
    Cuando vaya a responder
    En tu augusto tribunal,
    Sé mi escondedero fiel,
    Roca de la eternidad.
    I
    Sublime gracia del Señor
    Que un infeliz salvó;
    Fui ciego mas hoy miro yo,
    Perdido y Él me halló.

    II
    Su gracia me enseñó a temer,
    Mis dudas ahuyentó,
    ¡Oh cuán precioso fue a mi ser
    Al dar mi corazón!

    III
    En los peligros o aflicción
    Que yo he tenido aquí;
    Su gracia siempre me libró
    Y me guiará feliz.

    IV
    Y cuando en Sion por siglos mil
    Brillando esté cual sol;
    Yo cantaré por siempre allí
    Su amor que me salvó.
    I
    Divino Jesús, con todo fervor,
    Tributo a Ti, mi dulce cantar.
    Pues sólo tu amor me pudo salvar,
    ¡Te adoro buen Salvador!

    CORO
    Si cerca yo voy de Ti, mi Señor,
    Se va mi pesar, se va mi dolor,
    ¡Es grato, oh sí, vivir para Ti!
    ¡Te adoro buen Salvador!

    II
    Divino Jesús, tu santo amor,
    Me da dicha y paz, me da santidad,
    Cual Tú, nadie hay tan rico en bondad.
    ¡Te adoro buen Salvador!

    III
    Divino Jesús, por gracia y favor,
    Tu luz y amistad me brindas doquier,
    Si débil estoy, me das tu poder,
    ¡Te adoro buen Salvador!

    IV
    Divino Jesús, ¡Precioso Señor!
    ¿Con qué lograré poder compensar,
    Tu místico amor, excelso, sin par?
    ¡Te adoro buen Salvador!
    I
    Cantares cristianos, sublime expresión
    Del alma que ofrece su incienso de amor;
    A ti Padre excelso que por compasión,
    Nos diste en Cristo un gran Salvador.

    CORO
    Cantemos hermanos a la ---------,
    Que mil bendiciones nos da sin cesar.
    La tersa hermosura de la santidad,
    Inspire ardiente el sacro cantar.

    II
    Escucha bondoso, bendito Jesús
    El canto de gloria que la multitud,
    Al verse salvada por Ti en la cruz,
    Te ofrece gozosa can fe y gratitud.

    III
    ¡Espíritu Santo, buen Consolador!
    Unidos los fieles con fe y devoción,
    Humildes te alaban con todo fervor,
    Cual muestra inefable de su adoración.

    IV
    Al Padre, al Hijo, al Consolador,
    Unísonos todos fervientes rogad:
    Su gracia nos cubra, con férvido amor,
    y fiel nos imparta su luz y verdad.
    I
    ¡Oh, qué amigo nos es Cristo!
    Él llevó nuestro dolor,
    Y nos manda que llevemos
    Todo a Dios en oración.
    ¿Vive el hombre desprovisto
    De paz, gozo y santo amor?
    Esto es porque no llevamos
    Todo a Dios en oración.

    II
    ¿Vives débil y cargado
    De cuidados y temor?
    A Jesús, refugio eterno
    Ddile todo en oración.
    ¿Te desprecias tu amigos?
    Cuéntaselo en oración;
    En sus brazos de amor tierno
    Paz tendrá tu corazón.

    III
    Jesucristo en nuestro amigo,
    De esto pruebas Él nos dio
    Al sufrir el cruel castigo
    Que el culpable mereció.
    Y su pueblo redimido
    Hallará seguridad
    Fiando en este Amigo eterno
    Y esperando en su bondad.
    I
    En Jesucristo, mártir de paz,
    En horas negras de tempestad,
    Hallan las almas dulce solaz,
    Grato consuelo, felicidad.

    CORO
    Gloria cantemos al redentor,
    Que por nosotros quiso morir;
    La santa gracia del Salvador,
    Siempre dirija nuestro vivir.

    II
    En los peligros, en el dolor,
    A cada paso su protección,
    Calma la infunde, santo vigor,
    Nuevos alientos al corazón.

    III
    Cuando en la lucha falta la fe,
    Y el alma sienta desfallecer,
    Cristo no dice: «yo os colmaré
    De rica gracia, santo poder»
    I
    Tengo un pastor que del alma ahuyenta el duelo,
    Tengo un pastor cuyo nombre es sin igual;
    Tengo un pastor que me imparte su consuelo,
    Al verme solo en mis luchas contra el mal.

    CORO
    Tengo un Pastor, amante Pastor,
    Mi tierno Pastor es Cristo.

    II
    Tengo un Pastor que las tempestades calma,
    Tengo un Pastor que apacigua el turbio mar;
    Tengo un Pastor que me sana cuerpo y alma,
    Y tiernamente mitiga mi pesar.

    III
    Tengo un Pastor que derrota al enemigo,
    Tengo un Pastor que victoria y triunfo da;
    Tengo un Pastor que doquiera va conmigo,
    Y en la lucha cruel ami lado siempre está.

    IV
    Tengo un Pastor cuyo nombre es admirable,
    Tengo un Pastor, rico don del Dios de amor;
    Mi buen Pastor sobre todo es adorable,
    Supremo bien es Jesús mi Salvador.
    I
    ¡Oh!, Cristo mío, eres Tú mi amigo fiel;
    Seguro amparo sólo en Ti tendré,
    En mis aflicciones, buen Jesús, iré a Ti,
    Y consuelo y dicha me darás ¡oh! si.

    CORO
    Cristo, ven más cerca;
    Paz perfecta en mi alma pon;
    Cerca, sí mas cerca,
    De mi corazón.

    II
    Cuando en la noche, vea yo estrellas mil,
    Tu voz hermosa pueda mi alma oír.
    Haz que yo medite en tu tierno y dulce amor,
    Y que yo te alabe, lleno de fervor.

    III
    Cuando esta vida tenga yo que abandonar,
    Corona hermosa Tú me ceñirás;
    Y con dulce canto tu bondad alabaré,
    Y en mansión de gloria siempre moraré.
    I
    ¡Señor yo te conozco! La noche azul serena
    Me dice desde lejos: «tu Dios se esconde allí;»
    Pero la noche obscura, la de nublados llenas,
    Me dice más pujante: «tu Dios se acerca a ti»

    II
    Te acercas, si; conozco las orlas de tu manto
    En esa ardiente nube con que ceñido estás;
    El resplandor conozco de tu semblante santo,
    Cuando al cruzar el éter relampagueando vas.

    III
    ¿Quién ante ti parece? ¿Quién es en tu presencia
    Más que un artista seca que el aire va a romper?
    Tus ojos son el día, tu soplo la existencia;
    Los cánticos que llegan al grande Jehová.

    IV
    ¡Señor, yo te conozco! Mi corazón te adora;
    Mi espíritu de hinojos ante tus pies está;
    Pero mi lengua calla, porque mi lengua ignora
    Los cánticos que llegan al grande Jehová.
    I
    ¡Oh hermano! ¿Has sentido el poder pentecostal
    Ingresar a tu alma y quemar el ánimo carnal?
    Con su fuego el Espíritu te santificará,
    Si ahora le recibes, y es para todos ya.

    CORO
    Sí, es para todos ya;
    Quien buscare hallará;
    Cristo en la cruz murió
    Y esta bendición compró
    ¡Oh sí! Para darla a todos ya.

    II
    Dios ofrece este don de santidad de corazón,
    A sus hijos obedientes, los que tienen su perdón;
    Purifica los deseos, quita la raíz del mal
    Y consume cada ansia y tendencia mundanal.

    III
    El divino fuego quitara tus dudas y temor
    Y no habrá más tinieblas, mas habrá perfecto amor:
    A vivir te ayudara en este mundo sin pecar,
    Y con libertad gozosa tú podrás testificar.

    IV
    La presencia milagrosa de este gran consolador
    Nos da fuerzas y virtud en el servicio del Señor;
    Nos da paz inexplicable, santo gozo celestial,
    Nos da himnos de victoria y la vida eternal.
    I
    ¿Te sientes casi resuelto ya?
    ¿Te falta poco para creer?
    Pues, ¿por qué dices a Jesucristo
    «Hoy no, mañana te seguiré»

    II
    ¿Te sientes casi resuelto ya?
    Pues vence el casi y a Cristo ven,
    Que hoy es tiempo, pero mañana
    Sobrado tarde pudiera ser.

    III
    Sabe que el casi no es de valor
    En la presencia del justo juez.
    ¡Ay del que muere casi creyendo!
    ¡completamente perdido es!
    I
    Llamado a santidad, pueblo de Dios,
    Que con su sangre Jesús os compró,
    Que de entre el mundo de mal os sacó,
    De esclavitud de pecado os libró.

    CORO
    Santidad hoy a Jehová, nuestro canto y loor,
    Santidad hoy a Jehová, mientras vamos a Sion,
    Sí, cantad, cantad canción,
    Santidad hoy a Jehová sea por siempre.

    II
    Creados a santidad, hijos de luz,
    Con Jesucristo debéis siempre andar,
    Con albo manto, sin mancha o pecar,
    Llena vuestra alma de espíritu y luz.

    III
    Llamada a santidad, esposa fiel,
    Espera siempre al Esposo y Señor,
    Al cielo eleva tu rostro y amor
    Hasta que en gloria aparezca Emmanuel.
    I
    La tierna voz del Salvador,
    Nos habla conmovida:
    Venid al médico de amor,
    Que da a los muertos vida.

    CORO
    Él tiene toda potestad,
    Puede sanar la enfermedad;
    Lleno de gracia y de bondad,
    Es nuestro Jesucristo.

    II
    Confía, tú, quien Satanás,
    Por años ha ligado,
    Tu fe te sana, vete en paz,
    Mediante su palabra.

    III
    Los sordos oyen, ciegos ven,
    Pues Cristo es el que habla,
    Los cojos sanan y andan bien,
    Mediante su palabra.

    IV
    Así señales seguirán,
    A los que son creyentes,
    Demonios fuera echarán,
    Y sanarán las gentes.
    I
    De mi tierno salvador
    Cantaré el inmenso amor,
    Gloríame en el favor de Jesús;
    De tinieblas me llamó,
    De cadenas me libró,
    De la muerte me salvó, mi Jesús.

    CORO
    ¡Mi Jesús! ¡mi Jesús!
    ¡Cuán precioso es el nombre de Jesús!
    Con su sangre me limpió,
    De su gozo me llenó,
    De su vida me dotó, mi Jesús.

    II
    ¡Oh, qué triste condición
    Del impío corazón!
    Me salvó de perdición, mi Jesús.
    Del pecado, el perdón,
    De la ruina, salvación;
    Por tristeza, bendición dio Jesús.

    III
    En el mundo al vagar,
    Solitario sin hogar,
    No sabía que dulce paz da Jesús.
    Mas las lágrimas de ayer,
    Han pasado, y placer
    Ya comienzo a tener en Jesús.

    IV
    De los falso a su verdad,
    De lo inmundo a santidad,
    Ya me trajo la bondad de Jesús.
    Hechos fuertes en virtud,
    De su perennal salud,
    Himnos dad de gratitud a Jesús.
    I
    Mucho más es que un ideal,
    La preciosa santidad,
    Palpitante bendición actual,
    Axiomática verdad.

    CORO
    ¿Quién a Dios su ser le da?
    ¿Quién hoy se consagrará?
    Con gran eficacia, obra la gracia,
    Para siempre santidad.

    II
    Cristo quiere que seamos luz,
    Al mundo de oscuridad,
    Disipemos al negro capuz,
    Viviendo la santidad.

    III
    La experiencia de la santidad,
    Es templanza, paz, amor,
    Fe, paciencia, gratitud, bondad,
    Tolerancia y valor.

    IV
    Es el Santo Espíritu, virtud,
    Y la santidad cabal,
    Emancipa de la esclavitud,
    Del pecado original.
    I
    Cuando la trompeta suene
    En aquel día final
    E que el alba eterna rompa en claridad,
    Cuando las naciones salvas
    A su patria lleguen ya,
    Y que sea pasada lista, allí he de estar.

    CORO
    Cuando allá se pase lista,
    Cuando allá se pase lista,
    Cuando allá se pase lista,
    a mi nombre yo feliz responderé.

    II
    En aquel día sin nieblas
    En que muerte ya no habrá
    Y su gloria el Salvador impartirá;
    Cuando los llamados entren
    A su celestial hogar,
    Y que sea pasada lista, allí he de estar.

    III
    Trabajemos por el Maestro
    Desde el alba al vislumbrar;
    Siempre hablemos de su amor y fiel bondad,
    cuando todo aquí fenezca
    Y nuestra obra cese ya,
    Y que sea pasada lista, allí he de estar.
    I
    Todo a Cristo yo me rindo,
    Con el fin de serle fiel;
    Para siempre quiero amarle
    Y agradarle sólo a Él.

    CORO
    Yo me rindo a Él,
    Yo me rindo a Él.
    Todo a Cristo yo me entrego,
    Quiero serle fiel.

    II
    Todo a Cristo yo me rindo,
    A sus pies postrado estoy;
    Los placeres he dejado
    Y le sigo desde hoy.

    III
    Todo a Cristo yo me rindo,
    Sí, de todo corazón,
    Yo le entrego alma y cuerpo
    Busco hoy su santa unción.

    IV
    Todo a Cristo he rendido,
    Siento el fuego de su amor;
    ¡Oh, que gozo hay en mi alma!
    ¡Gloria, gloria a mi Señor!
    I
    Resucitó triunfante, Jesús mi Salvador,
    Ya vive el Rey glorioso, del mundo Redentor;
    Su dulce voz escucho, conmigo siempre va;
    Palpar su mano no puedo; muy cerca está.

    CORO
    ¡Él vive ya! ¡triunfante vive ya!
    El victorioso Salvador conmigo siempre va.
    ¡Él vive ya! ¡sí, Cristo vive aquí!
    ¡Yo sé que Cristo vive en mi, yo sé que vive en mi!

    II
    En todo el mundo brota su amor y su poder,
    Su gran misericordia me sigue por doquier:
    Cual buen pastor me guía, feliz yo vivo aquí,
    Pues siento su presencia, Él vive en mi.

    III
    ¡Cantad, cantad, cristianos! con alma y voz cantad,
    A Cristo, Rey de gloria, con júbilo aclamad;
    Él nos ha prometido que al mundo volverá,
    El día ya se acerca, Jesús vendrá.
    I
    Me guía Él, con cuánto amor,
    Me guía siempre mi Señor;
    Al ver mi esfuerzo en serle fiel,
    Con cuánto amor me guía Él.

    CORO
    Me guía Él, me guía Él
    Con cuánto amor me guía Él,
    No abrigo dudas ni temor,
    Pues me conduce el buen Pastor.

    II
    En el abismo del dolor
    O en donde brille el sol mejor,
    En dulce paz o en lucha cruel,
    Con gran bondad me guía Él.

    III
    Tu mano quiero yo tomar
    Jesús, y nunca vacilar,
    Pues sólo a quien te sigue fiel
    Se oyó decir: me guía Él.

    IV
    Y mi carrera al terminar
    Y así mi triunfo realizar
    No habrá ni dudas ni temor
    Pues me guiará el buen Pastor.
    I
    ¿Has buscado la paz y divino solaz
    Y deseas que crezca tu fe?.
    Pero te es menester alma y cuerpo traer
    Al altar cual ofenda a tu Rey.

    CORO
    ¿Te has puesto en el santo altar de tu Dios?
    ¿Te has entregado al Señor?
    Sólo así tú tendrás su descanso y solaz,
    Y sus ricas delicias de amor.

    II
    Para andar con Jesús y gozarte en la luz,
    Y vivir libre de la maldad;
    Lleva presto al altar para sacrificar
    Lo que tengas a su voluntad.

    III
    No podemos saber, ni por gracia tener;
    La dulzura de su bendición;
    De colmarnos de amor del bendito Señor,
    Sin rendirnos en consagración.

    IV
    Satisfecho estarás, paz y gozo tendrás,
    Un amor cual las ondas del mar;
    Y verás lo que es el sentarte a tus pies,
    Cuando traigas tu todo al altar.
    I
    Templos de Dios sois, así está escrito,
    Templos de su Espíritu de verdad;
    ¿A Él le es dada, libre entrada?
    ¿Franca es la puerta de tu voluntad?

    CORO
    Dejar entrar, para, morar,
    Al Santo espíritu;
    Él ha venido, pacto cumplido,
    Bendito Espíritu de Dios.

    II
    EL que perdona, quiere limpiarte;
    Toda la escoria de tu alma quitar;
    Purificado, muerto al pecado,
    El Santo Espíritu podrá entrar.

    III
    ¡Oh! Peregrino en el desierto,
    Entra en la tierra de leche y miel;
    Santificado, de Dios llenado,
    Guiado serás por su Espíritu fiel.
    I
    Dios no nos deja huérfanos
    Mas como prometió,
    Nos manda el Santo Espíritu,
    Que llena de su gran virtud
    Al ser que le esperó.

    CORO
    ¿Ha venido a ti?
    ¿ha venido a ti
    El Espíritu consolador?
    Dios convencerá al mundo de mal
    Cuando venga el consolador.

    II
    ¡Oh! Santos, Dios os llama hoy,
    Su plenitud tomad;
    Es para todos por igual
    El santo Huésped celestial,
    Espíritu de verdad.

    III
    Jesús promete un pentecostés
    A cada corazón;
    Postrados, pues, roguémosle,
    Y esperemos por la fe,
    El prometido don.

    IV
    Creyentes, para todos hay
    El gran Consolador,
    Y las señales seguirán,
    En otras lenguas hablarán
    Promesas de verdad.
    I
    Fuego divino, clamamos a ti,
    Ven de lo alto, desciende aquí;
    ¡Oh, ven, despiértanos con tu fulgor!
    ¡Ven, y avívanos con tu calor!

    CORO
    Baja del cielo, bendito fuego,
    Baja poder celestial;
    Baja del cielo, bendito fuego,
    Ven, llama pentecostal.

    II
    Baja, Espíritu Consolador,
    Baja, y llénanos de santo amor;
    Al mundo baja cual dijo Jesús,
    Danos poder, vida, gracia y luz.

    III
    En mi alma arde, ¡oh! Llama de amor,
    Arde en mi pecho y dame valor;
    Consume todos los restos del mal,
    Desciende ya, fuego pentecostal.
    I
    Aprendí el gran secreto
    De morar en el Señor;
    Mi descanso es completo
    Sin afán y sin dolor;
    Tomo mi vigor en Cristo,
    Él mi fortaleza es,
    Y su gran poder he visto,
    Vivo en su validez.

    CORO
    Moro en Cristo mi Jesús
    Y me gozo en su luz;
    Pues mi vida está escondida
    En el seno de su amor.

    II
    Este mundo he dejado
    El viejo hombre me aparté;
    Pues estoy crucificado
    Cristo vive en mi por fe;
    Él me da su misma mente,
    Heredero soy con Él,
    De mi gozo Él es la fuente,
    Su palabra es como miel.

    III
    Su presencia es preciosa
    Y mis culpas ya quitó;
    En la santidad gloriosa
    Por su sangre vivo yo.
    Su espíritu me ha dado
    Quien me enseña del Señor,
    Y mi vida ha llenado,
    Con su paz y puro amor.
    I
    ¡Te quiero, mi Señor!
    Habita en mí,
    Y vencedor seré,
    Por fe en Ti.

    CORO
    Te quiero, sí, te quiero,
    Siempre te anhelo;
    Bendíceme ahora,
    Acudo a Ti

    II
    ¡Te quiero, oh, Jesús,
    Mi salvador!
    Oh, hazme en verdad
    Tu servidor.

    III
    Tu voluntad, Señor,
    Enséñame;
    Y de tu gran amor,
    ¡Oh! cólmame.

    IV
    Oh, mi gran bienhechor,
    En tentación;
    Concédeme valor
    Y protección.
    I
    Engrandeced conmigo a Dios,
    Sus loores repetid;
    Su dulce nombre ensalzad
    Y siempre bendecid.
    Nos vio en gran suplicio,
    Culpables yendo al juicio,
    ¡Nos dio en sacrificio
    Al redentor!

    CORO
    Te alaben las naciones,
    Te alaben con canciones,
    Por grandes bendiciones
    Por los siglos de la eternidad,
    La eternidad sin fin.
    Te alaben tus criaturas
    En tierra y las honduras
    Y en todas las alturas,
    Por los siglos de la eternidad.

    II
    Engrandeced al salvador,
    Autor de la salud,
    Y dadle gracias por su amor,
    Su paz y su virtud.
    Cantad, cantad hosanna
    Su ayuda está cercana,
    ¡Al ser doliente sana
    El redentor!

    III
    Engrandeced con libertad
    Al gran consolador,
    Que guía al hombre a la verdad,
    Le da perfecto amor.
    Alumbra al alma oscura,
    De paz le asegura,
    ¡Revela dulzura
    Del redentor!
    I
    Cristo, tu santo amor, diste a mí;
    Nada a Ti Señor, te niego aquí.
    Me postro en gratitud, cumplo con prontitud,
    Me obliga tu actitud, me rindo a Ti.

    II
    Ante en trono estoy, ruegas por mí,
    Cristo, al padre, voy sólo por Ti.
    La cruz podré llevar, tu amor ya proclamar,
    Un dulce canto alzar, algo por Ti.

    III
    Un corazón de amor quiero Jesús,
    Como el tuyo Señor, lleno de luz;
    A Ti poder servir, el tiempo redimir
    Las almas dirigir, algo por Ti

    IV
    Lo que yo tengo y soy, por tu favor,
    Alegre o triste voy, tuyo, Señor.
    Tu rostro veré, contigo estaré,
    Y siempre yo seré, algo por Ti.
    I
    Maravillosa gracia
    Vino Jesús a dar,
    Más alta que los cielos,
    Más honda que la mar,
    Más grande que mis culpas
    Clavadas en la cruz
    Es la maravillosa gracia de Jesús.

    CORO
    Inefable es la divina gracia,
    Es inmensurable cual la mar,
    Como clara fuente, siempre suficiente
    A los pecadores rescatar.
    Perdonando todos mis errores
    Cristo me limpió de mi maldad;
    Alabaré su dulce nombre por la eternidad.

    II
    Maravillosa gracia,
    Gracia de compasión,
    Gracia que sacia el alma
    Con plena salvación,
    Gracia que lleva al cielo,
    Gracia de paz y luz
    Es la maravillosa gracia de Jesús.

    III
    Maravillosa gracia,
    Llama con dulce vos,
    Llámanos a ser hechos
    Hijos de nuestro Dios;
    Colma de su consuelo
    Nos llena de virtud
    Es la maravillosa gracia de Jesús.
    I
    En consagración sincera
    Yo me entrego a Ti, Señor;
    Lo carnal echando fuera
    Con sus dudas y temor;
    Obra en mí en gran manera,
    Perfeccióname en tu amor.

    CORO
    Yo me entrego a Ti, ¡oh Cristo!
    Obra en mi la santidad;
    Tuyos son mi cuerpo y alma,
    Haz en mí tu voluntad.

    II
    Del pecado me has salvado
    Y criatura nueva soy,
    Mas del mal no estoy limpiado;
    Que me santifiques hoy
    Por tu sangre derramada
    Mientras esperando estoy.

    III
    Todo a Ti yo abandono,
    Toma Tú mi voluntad;
    Haz de mi corazón tu trono
    Puro y limpio de maldad;
    Rey de mi alma te corono
    Tuya es por la eternidad.

    IV
    Tu promesa yo reclamo;
    Dame un limpio corazón;
    Por tu Espíritu yo clamo
    Como grandioso don,
    Tú me colmas mientras llamo,
    De la purificación.
    I
    He consagrado a mi Jesús,
    Mi vida y mi amor;
    Y siento en mí la dulce paz,
    Que da mi Redentor.

    CORO
    En Jesús tengo paz, dulce paz
    En Jesús tengo paz, dulce paz
    El espíritu mora en mí,
    Y en mi alma hay dulce paz.

    II
    En cada lucha terrenal,
    Jesús conmigo está;
    No temeré llevar la cruz,
    Su gracia me dará.

    III
    Con sufrimientos mi Jesús,
    Compró mi salvación;
    Muriendo allá en una cruz,
    La paz me concedió.
    I
    Hay pureza, libertad y en Jesús seguridad
    Para el consagrado corazón;
    Hay vigor y dulce paz y victoria más y más
    Frutos de la santificación.

    CORO
    Hay poder, hay poder de salvar y de santificar;
    Tengo paz y libertad
    Desde que ando en santidad;
    Hay poder de limpiar y de guardar.

    II
    Aunque tu alma tropezó con el mal que heredó
    Hay remedio eficaz del mal;
    Tu maldad se quitará, lo carnal se deshará
    Por aquel poder pentecostal.

    III
    Gracia tiene plenitud, gozo, gloria y virtud
    Para ti si quieres recibir;
    Cristo da el perfecto amor que hecha fuera tu temor
    Y en la santidad podrás vivir.
    I
    Mi espíritu, alma y cuerpo,
    Mi ser, mi vida entera,
    Cual viva, santa ofrenda,
    Entrego a Ti, mi Dios.

    CORO
    Mi todo a Dios consagro
    En Cristo, el vivo altar;
    ¡Descienda el fuego santo,
    Su sello celestial!

    II
    Soy tuyo, Jesucristo,
    Comprado con tu sangre;
    Contigo haz que ande,
    En plena comunión.

    III
    Espíritu divino,
    Del padre la promesa;
    Sedienta mi alma anhela
    De Ti la santa unción.
    I
    Andando yo errante sin Dios y sin perdón,
    Jesús amante y tierno me tuvo compasión,
    En su bondad me invita, con gozo acepté,
    De gracia infinita, mi alma llena fue.

    CORO
    ¡Me santificó! ¡Con su gran poder!,
    En aquel instante cambio yo sentí;
    Su gracia me llenó y transformó mi ser,
    El amor triunfante vino sobre mí.

    II
    En abrumante prueba sentía desmayar,
    Pedí potencia nueva para poder triunfar,
    Buen Dios omnipotente mi alma tiene sed,
    De tu preciosa fuente de gracia y merced.

    III
    Pedí su gran promesa, «Bautízame Señor»
    Quemando la impureza me dio perfecto amor,
    con fuego de los cielos purificó mi ser,
    conforme a mi ruego, me dio su gran poder.

    IV
    ¡Ya vino! Sí, ¡ya vino! Mi alma cantará,
    Espíritu divino, que me confortará,
    De herencia de pecado, el limpiará mi ser,
    Mi vida ha cambiado: ¡Glorioso amanecer!
    I
    Donde me guíe seguiré,
    Pongo en Jesús mi humilde fe;
    Lo que sufrió en Getsemaní,
    Y en el calvario fue por mi.

    CORO
    Cristo por siempre vivirá,
    Me cuidará y me guiará,
    Él es mi amigo fiel, yo sé,
    Porque al calvario por mí fue.

    II
    Grato es su voluntad hacer,
    Y por su mano guiado ser;
    En sus pisadas quiero ir,
    Siéndole fiel hasta el morir.

    III
    Voy adelante sin temor,
    Fiando por siempre en mi Señor;
    Un día feliz su faz veré,
    Porque al calvario por mí fue.
    I
    Cantaré la bella historia
    Que Jesús murió por mí;
    Cómo allá en el calvario
    Dio su sangre carmesí.

    CORO
    Cantaré la bella historia
    De Jesús mi Salvador,
    Y con los santos en la gloria
    A Jesús daré loor.

    II
    Cristo vino a rescatarme,
    Vil, perdido me encontró;
    Con su mano fiel y tierna
    Al redil Él me llevó.

    III
    Mis heridas y dolores
    El Señor Jesús sanó;
    Del pecado y los temores
    Su poder me libertó.

    IV
    En el río de la muerte
    El Señor me guardará.
    Es su amor tan fiel y fuerte,
    Que jamás me dejará.
    I
    Tuyo soy, Jesús, ya escuché la voz,
    De tu amor hablándome aquí;
    Mas anhelo en alas de fe subir,
    Y más cerca estar de Ti.

    CORO
    Aun más cerca, cerca de tu cruz,
    Llévame, ¡oh, Salvador!
    Aun más cerca, cerca, cerca de tu cruz,
    Llévame ¡oh, buen pastor!

    II
    A seguirte a Ti me consagro hoy,
    Constreñido por tu amor,
    Y mi espíritu, alma y cuerpo doy
    Por servirte, mi Señor.

    III
    ¡Oh! Cuán pura y santa delicia es,
    De tu comunión gozar,
    Y contigo hablar y tu dulce voz
    Cada día escuchar.

    IV
    De tu grande amor no comprenderé,
    Cuál es la profundidad,
    Hasta que contigo Jesús esté
    En gloriosa eternidad.
    I
    Dios relata en su Palabra
    Cómo el Gran Consolador
    Vino a los que le esperaban,
    Les llenó de su fervor.
    Puede ahora repetirse
    Este gran pentecostés
    Cristo lo ha prometido
    Y por siempre el mismo es.

    CORO
    Dios está mandando el fuego;
    Ha caído ya en mí.
    Santo fuego de los cielos
    Caerá, hermano en ti.

    II
    Cuando a los ciento veinte
    Este fuego descendió,
    Consumiendo su impureza
    Su ánimo carnal quitó.
    La bendita experiencia
    ¡Oh, hermano! es para ti;
    Dios dará poder, victoria
    Y servicio para sí.

    III
    La divina llama quema
    Todo orgullo y temor;
    Purifica los deseos,
    Llena con perfecto amor.
    La iglesia victoriosa
    Esperando el fuego real,
    De los cielos ve bajarse
    El poder pentecostal.
    I
    Dejo el mundo y sigo a Cristo
    Porque el mundo pasará,
    Mas su amor, amor bendito,
    Por los siglos durará.

    CORO
    ¡Oh, qué gran misericordia!
    ¡Oh, de amor sublime don!
    ¡Plenitud de vida eterna,
    Prenda viva de perdón!

    II
    Dejo el mundo y sigo a Cristo,
    Paz y gozo en El tendré,
    Y al mirar que va conmigo,
    Siempre salvo cantaré.

    III
    Dejo el mundo y sigo a Cristo,
    Su sonrisa quiero ver,
    Como luz que mi camino
    Haga aquí resplandecer.

    IV
    Dejo el mundo y sigo a Cristo
    Acogiéndome a su cruz,
    Y después ir a mirarle
    ¡Cara a cara en plena luz!
    I
    Fuente de la vida eterna
    Y de toda bendición,
    Ensalzar tu gracia tierna,
    Debe cada corazón.
    Tu piedad inagotable,
    Abundante en perdonar;
    Único ser adorable,
    Gloria a Ti debemos dar.

    II
    De los cánticos celestes,
    Te quisiéramos cantar,
    Entonados por las huestes
    Que lograste rescatar;
    Almas que a buscar viniste,
    Porque les tuviste amor;
    De ellas te compadeciste
    Con tiernísimo favor.

    III
    Toma nuestros corazones
    Llénalos de tu verdad,
    De tu Espíritu los dones,
    Y de toda santidad.
    Guíanos en obediencia,
    Humildad, amor y fe;
    Nos ampare tu clemencia;
    Salvador, propicio sé.
    I
    En las aguas de la muerte
    Sumergido fue Jesús,
    Mas su amor no fue apagado
    Por sus penas en la cruz.
    Levantóse de la tumba,
    Sus cadenas quebrantó,
    Y triunfante y victorioso,
    A los cielos ascendió.

    II
    En las aguas del bautismo
    Hoy confieso yo mi fe:
    Jesucristo me ha salvado
    Y en su amor me gozaré,
    En las aguas humillantes
    A Jesús siguiendo estoy,
    Desde ahora para el mundo
    Y el pecado muerto soy.

    III
    Ya que estoy crucificado,
    ¿Cómo más podré pecar?
    ya que soy resucitado,
    Santa vida he de llevar.
    Son las aguas del bautismo,
    Mi señal de salvación,
    Y yo quiero consagrarme
    Al que obró mi redención.
    I
    De paz inundada mi senda ya esté
    O cúbrala un mar de aflicción,
    Mi suerte cualquiera que sea, diré:
    Alcancé, alcancé salvación.

    CORO
    Alcancé, salvación
    Alcancé, alcancé salvación.

    II
    Ya venga la prueba o me tiente Satán,
    No amengua mi fe ni mi amor;
    Pues Cristo comprende mis luchas, mi afán
    Y su sangre obrará en mi favor.

    III
    Feliz yo me siento al saber que Jesús,
    Libróme de yugo opresor,
    Quitó mi pecado, clavólo en la cruz,
    Gloria demos al buen Salvador.

    IV
    La fe tornaráse en gran realidad
    Al irse la niebla veloz,
    Desciende Jesús con su gran majestad,
    ¡Aleluya! Estoy bien con mi Dios.
    I
    Cerca, más cerca, ¡oh Dios, de Ti!
    Cerca yo quiero mi vida llevar;
    Cerca, más cerca, ¡oh Dios, de Ti!
    Cerca a tu gracia que puede salvar,
    Cerca a tu gracia que puede salvar.

    II
    Cerca, más cerca, cual pobre soy,
    Nada Señor, yo te puedo ofrecer;
    Sólo mi ser contrito te doy,
    Pueda contigo la paz obtener,
    Pueda contigo la paz obtener.

    III
    Cerca, más cerca, Señor de Ti,
    Quiero ser tuyo dejando el pecar;
    Goces y pompas vanas aquí,
    Todo Señor pronto quiero dejar,
    Todo Señor pronto quiero dejar.

    IV
    Cerca, más cerca, mientras el ser,
    Aliente vida y busque tu paz;
    Y cuando al cielo pueda ascender,
    Ya para siempre conmigo estarás,
    Ya para siempre conmigo estarás.
    I
    Paracleto celestial,
    Eres guía del mortal,
    A las fuentes del amor,
    Del bendito Salvador.
    Tú convences de maldad,
    Tú enseñas santidad,
    Paracleto eternal,
    Guía fiel, sí, guía leal.

    II
    Tú ensalzas a Jesús,
    El Autor de paz y luz;
    Fortaleces Tú la fe,
    De la redimida grey.
    Eres el Consolador,
    Siempre lleno de amor.
    Hasta el final serás,
    Emisario de solaz.

    III
    ¡Oh, Paloma celestial!
    ¡Guárdanos de todo mal!
    Cambia el frío corazón,
    Esta es nuestra petición.
    Danos hay el santo ardor,
    ¡Oh, fiel Vivificador!
    Tú, enviado del Señor,
    De Dios Don, por su amor.
    I
    Según tu dicho al expirar
    Que en gratitud oí,
    Me acordaré mi Redentor,
    Me acordaré de ti.

    II
    Tu cuerpo herido a mi alma es
    Divino pan aquí,
    Y con la copa de tu amor,
    Me acordaré de Ti.

    III
    Me acordaré de tu dolor,
    Y de tu amor por mí,
    Y mientras viva ¡Oh, mi Señor,
    Me acordaré de Ti!

    IV
    Y cuando desfallezca al fin
    Y llegue a sucumbir
    Jesús, que en gloria eterna estás,
    Acuérdate de mí.
    I
    Para los regenerados hay segunda bendición;
    Pueden ser santificados y tener un corazón
    Ya santificado enteramente, no habrá condenación:
    Esta bendición se llama santidad.

    CORO
    Hoy buscad santidad,
    Dios ofrece este don, perfecto amor;
    Suplicad santidad,
    Sin la cual jamás veréis al Salvador.

    II
    Da en sacrificio vivo tu alma y cuerpo al Señor;
    Ponte en el santo altar, y el fuego purificador
    Quemará raíz de mal, te alumbrará con su fulgor,
    Y tendrás la bendición de santidad.

    III
    Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación,
    De justicia, paz y gozo llenará tu corazón,
    Él os guardará por siempre sin temor o reprensión
    En la hermosura de la santidad.
    I
    Dios nos ha dado promesas:
    Lluvias de gracia enviaré,
    Dones que os den fortaleza;
    Gran bendición os daré.

    CORO
    Lluvias de gracia,
    Lluvias pedimos, Señor,
    Mándanos lluvias copiosas,
    Lluvias del consolador.

    II
    Cristo nos dio la promesa
    Del santo Consolador,
    Dándonos paz y pureza,
    Para su gloria y honor.

    III
    Muestra, Señor, al creyente
    Todo tu amor y poder,
    Tú eres de gracia la fuente,
    Llena de paz nuestro ser.

    IV
    Obra en tus siervos piadosos
    Celo, virtud y valor,
    Dándonos dones preciosos,
    Dones del consolador.
    I
    Santo Espíritu, desciende
    A mi pobre corazón,
    Llénalo de tu presencia,
    Y haz en él tu habitación.

    CORO
    Llena hoy, llena hoy
    Llena hoy mi corazón!
    ¡santo Espíritu desciende
    Y haz en mí tu habitación!

    II
    De tu gracia puedes darme
    Inundando el corazón,
    Ven, que mucho necesito,
    Dame hoy tu bendición.

    III
    Débil soy, ¡oh! sí muy débil,
    Y a tus pies postrado estoy,
    Esperando que tu gracia
    Con poder me llene hoy.

    IV
    Dame paz, consuelo y gozo,
    Cúbreme hoy en tu perdón;
    Tú confortas y redimes,
    Tú das grande salvación.

    V
    Santo Espíritu, Tú eres
    Ese prometido don;
    Mucho anhelo recibirte,
    Dame hoy tu santa unción.

    VI
    Ven, bautízame ahora,
    Obediente espero aquí;
    Ven a ser mi eterno guía,
    Haz tu voluntad en mí.
    I
    ¿Quieres tú ser salvo de tu innato mal
    Y crucificar el ánimo carnal?
    Pide a Dios su gran bautismo celestial
    Por su gran Consolador.

    CORO
    Cuando el gran Consolador
    Llene tu alma de virtud,
    Tú tendrás victoria y el perfecto amor
    Por el gran Consolador.

    II
    ¿Quieres que este Huésped venga a consolar,
    A santificarte y aconsejar?
    Ven a consagrarte y Él te habrá de dar
    Este gran Consolador.

    III
    ¿Quieres libertad del egoísmo vil?
    ¿Quieres demostrar espíritu gentil?
    ¿Y tener descanso de tus cuitas mil?
    Busca el gran Consolador.
    I
    A la tierra prometida
    Felizmente vine yo
    Por caminos de victoria
    Donde el Vencedor me guió;
    Voy venciendo a los gigantes
    Por los montes y en el plan,
    Poseyendo sus terrenos;
    Voy triunfando de Satán

    CORO
    Morando estoy en Beulah,
    Tierra real de libertad;
    Con la cruz por mi bandera
    Ando en plena santidad.

    II
    Veo de lejos el desierto
    Donde el hambre y sed sufrí,
    Tropezando muchas veces,
    Y en las zarzas me perdí;
    Mas clamando a Cristo el fuerte,
    Él fijó mi corazón,
    Y mis pies puso en la peña
    En camino al bello Sion.

    III
    Esta tierra de hermosura
    Fluye siempre leche y miel,
    Ricos frutos esparciendo
    Mil perfumes cual verjel;
    Fuentes de agua viva abundan,
    Suaves brisas gozo dan,
    Prendas del hogar eterno
    Do los santos gozarán.

    IV
    Paz y gozo y esperanza,
    Frutos del perfecto amor,
    En mi corazón limpiado
    En la guerra dan vigor:
    Con Jesús voy conquistando,
    Voy triunfante por la fe,
    Asombrado de la gloria
    Y potencia de mi Rey.
    I
    La santa quietud Dios me dio,
    Molestias carnales quitó,
    La paz inviolable infundió,
    Su paz, el don de su amor.

    CORO
    Paz, dulce paz,
    Célico don del Señor.
    La siento en mi ser más y más
    Su paz, el don de su amor.

    II
    Mis cuitas, pesar y ansiedad,
    Murmurio y afán de verdad,
    Tornáronse por su bondad
    En paz, El don de su amor.

    III
    Reposo y celeste placer,
    Y dulce solaz han de haber;
    Él hace abundar en mi ser
    Su paz, el don de su amor.

    IV
    Podrás a la carne morir,
    Su brazo guardarte sentir,
    Sabrás cuán glorioso es vivir
    En paz, el don de su amor.
    I
    En el monte calvario estaba una cruz,
    Emblema de afrenta y dolor,
    Y yo amo a Jesús do murió en esa cruz
    Por salvar al más vil pecador.

    CORO
    ¡Oh! Yo siempre amaré a Jesús,
    En sus triunfos mi gloria será,
    Y algún día en vez de una cruz,
    Mi corona Jesús me dará.

    II
    Y aunque el mundo desprecie a mi Cristo Jesús
    Para mí tiene suma atracción:
    Pues un día llevó el Cordero de Dios
    De mi alma la condenación.

    III
    En la cruz mi Jesús do su sangre vertió,
    Hermosura contemplo sin par;
    Pues un día triunfante a la muerte venció,
    Y mi ser puede santificar.

    IV
    Yo seré siempre fiel a mi Cristo Jesús,
    Sus desprecios con Él llevaré,
    Y algún día feliz con los santos en luz
    Para siempre su gloria veré.
    I
    Grande gozo hay en mi alma hoy,
    Pues Jesús conmigo está;
    Y su paz que ya gozando estoy
    Por siempre durará.

    CORO
    Grande gozo ¡Cuán hermoso!
    Paso todo el tiempo bien feliz,
    Porque veo de Cristo la sonriente faz,
    Grande gozo siento en mí.

    II
    Hay un canto en mi alma hoy,
    Melodías a mi Rey;
    En su amor feliz y libre soy
    Y salvo por la fe.

    III
    Paz divina hay en mi alma hoy,
    Porque Cristo me salvó;
    Las cadenas rotas ya están,
    Jesús me libertó.

    IV
    Gratitud hay en mi alma hoy
    Y alabanzas a Jesús;
    Por su gracia a la gloria voy,
    Gozándome en la luz.
    I
    Lejos de mi Salvador,
    En tristeza y temor,
    Yo vagaba en este mundo de dolor;
    Pero Cristo me encontró,
    Mis pecados perdonó,
    Y mi alma con su gracia Él llenó.

    CORO
    ¡Aleluya! Él me salva
    Y me guarda del maligno por la fe,
    ¡Aleluya!, ¡Aleluya!
    En su amparo y poder yo moraré.

    II
    Dudas ya no tengo más,
    Y no sirvo a Satanás,
    Pues Jesús me llena de su amor y paz;
    Mi limpiado corazón,
    Tiene dulce comunión,
    Con el gran autor de esta salvación.

    III
    ¡Cuán precioso es su amor!
    ¡Cuán glorioso el Salvador!
    Siempre quiero darle gracias y loor.
    ¡Cuán hermoso es el hogar,
    Que fue Él a preparar,
    Donde cantaré su gloria sin cesar!

    IV
    ¡Oh amigo! hay salud,
    Y hay gracia en plenitud,
    Que tú debes aceptar con gratitud;
    Si rechazas esta paz;
    A la perdición irás,
    Y en eterna oscuridad tú vivirás.
    I
    Ama a tus prójimos, piensa en sus almas,
    Diles la historia del tierno Señor;
    Cuida del huérfano, hazte su amigo;
    Cristo le es Padre y fiel Salvador.

    CORO
    Salva al incrédulo, mira el peligro;
    Dios le perdonará, Dios le amará.

    II
    Aunque recházanle, tiene paciencia
    Hasta que puédales dar la salud;
    Venle los ángeles cerca del trono;
    Vigilaráles con solicitud

    III
    Dentro del corazón, triste, abatido,
    Mora el Espíritu de salvación,
    Dándole el ánimo para salvarse,
    Llévala al Maestro con abnegación.

    IV
    Salva a tus prójimos, Cristo te ayuda,
    Fuerza de Dios será tuya en verdad;
    Él te bendecirá en tus esfuerzos,
    Con Él disfrutarás la eternidad.
    I
    Cada día alegre tú podrás estar,
    Y la paz de Dios a otros demostrar,
    Da tu vida a Jesús,
    Anda siempre en la luz;
    Él pondrá alegría en tu corazón.

    CORO
    Bello el celeste son,
    Suena en tu corazón.
    Dale gracias y loor
    Al amante Salvador,
    Pues hay alegría en tu corazón.

    II
    A pesar de muchas pruebas y aflicción,
    Tú podrás gozar los cánticos de Sion;
    Dicha y gozo hallarás;
    Jubileo tú tendrás,
    Y tiernas canciones en tu corazón.

    III
    Plenitud de gracia, gloria y vigor,
    Da Jesús a los que moran en su amor,
    Alabanza y gratitud;
    Esperanza, fe y virtud,
    Suenan dulcemente en tu corazón.
    I
    Jesús es precioso, mi buen Salvador,
    Por siempre le alabo por su gran amor;
    Si débil me encuentro me ayuda el Señor,
    Él es mi precioso Jesús.

    CORO
    Precioso es Jesús, mi Jesús,
    Precioso es Jesús, mi Jesús,
    Mi gloria será su rostro al mirar,
    Él es mi precioso Jesús.

    II
    Y cuando en pecado y sin salvación,
    Llamando a las puertas de mi corazón;
    Me dijo: acepta hoy mi gran perdón,
    Él es mi precioso Jesús.

    III
    Más ya por su gracia mí alma salvó,
    Quitó mi tristeza, mi llanto enjugó,
    Mis dudas y males ya me los quitó,
    Él es mi precioso Jesús.

    IV
    Jesús es precioso, mi fiel Redentor,
    Mi senda ilumina con su gran fulgor,
    Yo sé que por mí viene mi Salvador,
    Él es mi precioso Jesús.
    I
    En las olas inmensa, de embravecido mar,
    Que asaltan de mi alma la pobre embarcación,
    De rodillas a Cristo clamé, y el huracán,
    Deshecho fue al instante a la voz de Dios.

    CORO
    Es Cristo la roca, el ancla de mi fe,
    Los males, lamentos y ayes de temor,
    Terminaran por siempre, con mi supremo Rey;
    Es Jesucristo mi refugio.

    II
    Me guarda de peligros, de pruebas, de dolor;
    Él manda que los vientos no agiten tempestad,
    Los mares se detienen, la ola reposó,
    Y en Cristo fijo el ancla, confiando más.

    III
    Mi dulce Salvador, sí, mi hermoso Amigo y Dios,
    Que libra de tristezas y aleja amarga hiel,
    Por fe yo iré al cielo, mansión del Ser de amor,
    La fuente inagotable de dicha y bien.
    I
    En un aposento alto,
    Con unánime fervor,
    Ciento veinte esperaban
    La promesa del Señor.

    CORO
    Dios, manda tu gran poder,
    Dios, manda tu gran poder,
    Dios, manda tu gran poder,
    A cada corazón.

    II
    Con estruendo de los cielos,
    Descendió la gran virtud;
    Todos fueron bautizados
    Con el Santo Espíritu.

    III
    Este gran poder antiguo,
    Es del fiel celeste don;
    Prometido a los creyentes
    De humilde corazón.

    IV
    Dios está restituyendo,
    Este gran pentecostés,
    Y el Espíritu sus dones
    Nos reparte otra vez.
    I
    Vine, a Cristo Jesús y encontré,
    Gloriosa paz, perfecta paz;
    Aunque las olas azoten mi ser,
    Tengo dulce paz.

    CORO
    ¡Paz, paz, gloriosa paz!
    ¡Paz, paz, gloriosa paz!
    Desde que Cristo mi alma salvó
    Tengo dulce paz.

    II
    Paz insondable cual es el mar,
    Gloriosa paz, perfecta paz;
    Puedo en el seno de Dios reposar,
    Tengo dulce paz.

    III
    Paz inefable, de Dios rico don,
    Gloriosa paz, perfecta paz;
    Infunde aliento a mi corazón,
    Tengo dulce paz.

    IV
    En los conflictos con el tentador,
    Gloriosa paz, perfecta paz;
    Cristo amante me hará vencedor,
    Tengo dulce paz.
    I
    Dulce comunión la que gozo ya
    En los brazos de mi salvador,
    ¡Qué gran bendición en su paz me da!
    ¡Oh! yo siento, en mi su tierno amor.

    CORO
    Libre, salvo,
    De cuidados y temor.
    Libre, salvo,
    En los brazos de mi Salvador.

    II
    ¡Cuán dulce es vivir, cuán dulce es gozar,
    En los brazos de mi Salvador!
    Allí quiero ir y con el morar
    Diendo objeto de su tierno amor.

    III
    No hay que temer, ni que desconfiar,
    En los brazos de mi Salvador.
    Por su gran poder, el me guardará
    De los lazos del engañador.
    I
    ¡Oh! Yo quiero andar con Cristo,
    Quiero oír su tierna voz,
    Meditar en su palabra
    Y cumplir su voluntad.
    Consagrar a Él mi vida,
    Mis dolores y afán;
    Y algún día con mi Cristo,
    Gozaré la claridad.

    CORO
    ¡Oh, sí, yo quiero andar con Cristo!
    ¡Oh, sí, yo quiero vivir con Cristo!
    ¡Oh, sí, yo quiero morir con Cristo!
    Quiero serle un testigo fiel.

    II
    ¡Oh! yo quiero andar con Cristo,
    Él es mi ejemplo fiel;
    En la Biblia yo lo leo,
    Y yo sé que es la verdad.
    Cristo era santo en todo,
    El Cordero de la cruz;
    Y yo anhelo ser cristiano,
    seguidor de mi Jesús.

    III
    ¡OH! Yo quiero andar con Cristo,
    De mi senda Él es la luz,
    Dejaré el perverso mundo
    Para ir al Salvador.
    Este mundo nada ofrece,
    Cristo ofrece salvación;
    Y es mi única esperanza
    Vida eterna hallar con Dios.
    I
    A Jesucristo ven sin tardar,
    Que entre nosotros hoy Él está,
    Y te convida con dulce afán,
    Tierno diciendo: «ven»

    CORO
    ¡Oh cuán grata es nuestra reunión,
    Cuando allá, Señor, en tu mansión,
    Contigo estemos en comunión,
    Gozando eterno bien!

    II
    Piensa que Él solo puede colmar
    Tu triste pecho de gozo y paz;
    Y porque anhela tu bienestar,
    Vuelve a decirte: «ven»

    III
    Su voz escucha sin vacilar,
    Y grato acepta lo que hoy te da,
    Tal vez mañana no habrá lugar,
    No te detengas, «ven»
    I
    Yo vagué en noche oscura,
    Pecador perdido fui,
    Caminé por senda dura
    Mas Jesús hallóme a mí.

    CORO
    y yo sé, sí, yo sé,
    Que Jesús quiere salvar al malhechor.
    Y yo sé, sí, yo sé,
    Que su sangre limpia al más vil pecador.

    II
    De mi Dios yo soy un hijo,
    Su poder me transformó
    Con amor me satisfizo
    Con su paz me consoló.

    III
    «Ven a mí» Jesús invita,
    «Soy tu Amigo y Redentor»
    Su merced es infinita
    Hacia el pobre pecador.
    I
    Ved la fuente sanadora
    La que abrió el Salvador
    Cuyas aguas refrescantes,
    Son de perennal valor.

    CORO
    ¡Oh, preciosa fuente sanadora!
    Para todos fluye libre;
    ¡Oh, preciosa fuente sanadora!
    ¡Gloria a Dios! me sana a mi.

    II
    En la fuente que nos sana,
    He hallado el perdón;
    Y lavado toda mancha,
    De mi pobre corazón.

    III
    En la fuente que nos sana,
    Cristo ofrece la salud;
    Pues venid, enfermos todos,
    Probaréis su gran virtud.

    IV
    Esta fuente que nos sana,
    Aun hoy día es eficaz;
    Ven, sumérgete en ella,
    Cree, y sano quedarás.
    I
    Dios de tal manera al mundo amó
    Que a su Hijo entregó,
    Para que todo aquel que crea
    Eterna vida hallará.

    CORO
    ¡Oh, sí! es una verdad,
    Lo que prometió nuestro Dios;
    Lo creí, lo probé y estoy cierto
    Que es verdad lo que Él prometió.

    II
    Perdido era yo, vagando doquier,
    Esclavo de mi maldad
    Hasta que oyó feliz mi ser Esta promesa eternal.

    III
    El «todo aquel» de mi Salvador
    Confié que era para mí,
    Y Él me lavó de mi maldad
    Desde que en Él creí.

    IV
    y ahora mi ser, rebosa feliz
    La vida eterna que Él dio.
    Por eso yo le alabo aquí
    Porque mi alma redimió.
    I
    Eternamente nos puede salvar,
    Cristo por siempre nos puede guardar;
    En sus promesas confiado yo estoy,
    Puede cuidarme pues Él me salvó.

    CORO
    Salvo eternamente soy yo, por divino poder;
    Salvo mientras confío en Cristo con todo mi ser.

    II
    Eternamente con Él andaré,
    Muy decidido siguiendo por fe;
    Obedeciéndole, ¡cuán dulces son
    Sus bendiciones a mi corazón!

    III
    Eternamente prevalecerán,
    Los que en Jesús su confianza pondrán,
    Consolación por su Espíritu da;
    Eternamente a sus fieles guiará.

    IV
    Eternamente me da de su amor,
    No hay más tinieblas, ni afán, ni temor,
    Una corona de vida tendré;
    Eternamente con Él reinaré.
    I
    ¡Cuán completo es el cambio operado en mi ser!
    Dios mora en mi corazón;
    Ya la luz que buscaba feliz puedo ver,
    Dios mora en mi corazón.

    CORO
    Dios mora en mi corazón
    Dios mora en mi corazón
    Cual diluvio de gozo a mi alma inundó
    Dios mora en mi corazón.

    II
    Ya no vago perdido por sendas de error,
    Dios mora en mi corazón;
    Dióme paz y perdón en su tierno amor,
    Dios mora en mi corazón.

    III
    Esperanza bendita en mi senda brilló,
    Dios mora en mi corazón;
    De mi vida la duda por fin se alejó,
    Dios mora en mi corazón.

    IV
    Voy feliz, muy feliz a la eterna ciudad,
    Dios mora en mi corazón;
    Quiero ver la hermosura de su santidad,
    Dios mora en mi corazón.
    I
    Escogí yo a Jesucristo
    Andaré con mi Señor,
    Nada de Él a mi alma aparta
    Mientras yo confíe en Él;
    Ando solo en mi camino
    Aunque sea penoso y cruel,
    Por el mundo despreciado,
    Cristo, yo te seguiré.

    II
    Aunque el huerto esté delante
    Y el innoble tribunal;
    Aunque las nocturnas sombras
    Y mí lleguen como a Él;
    Negra oscuridad no espanta,
    Ante ti nada será
    Y si Tú me guías siempre,
    Cristo, yo te seguiré.

    III
    Aunque todo el mundo tiemble,
    Y esconda el sol su faz;
    Aunque en contra estén los fuertes,
    Puedo siempre en ti confiar.
    Si la cruz mi vida asombra,
    La cargaste Tú también,
    Como sea el sufrimiento,
    Cristo, yo te seguiré.

    IV
    Cuando ya la lucha acabe,
    Y la peregrinación,
    Y vencida esté la muerte
    En el triunfo ya final,
    Cuando las celestes puertas
    Ee abrirán de par en par,
    Y los vencedores entren,
    Yo a mi Cristo seguiré.
    I
    Hallé un Salvador admirable
    En Cristo mi Rey y Señor;
    Su gran devoción inmutable
    A mi alma hace darle loor.

    CORO
    ¡Cuán admirable es Jesús el Señor!
    Constante y fiel es Cristo;
    Otro cual Él yo jamás podré hallar
    Jesús es mi Amigo en verdad.

    II
    Mayor es su amor al materno
    Que pueda por su hijo tener
    Su grande cariño es eterno;
    Jamás compararlo podré.

    III
    El mundo y sus muchos placeres
    Son nada ante el gozo que Él da;
    La paz que Jesús me concede
    Tristeza jamás destruirá.

    IV
    En medio de las tempestades
    Jesús mi piloto será;
    De todo Él sabrá libertarme,
    Mi alma segura estará.
    I
    El mundo perdido en pecado se vio;
    ¡Jesús es la luz del mundo!
    Mas en las tinieblas la gloria brilló,
    ¡Jesús es la luz del mundo!

    CORO
    ¡Ven a la luz; no quieras perder
    Gozo perfecto al amanecer!
    Yo ciego fui, mas ya puedo ver,
    ¡Jesús es la luz del mundo!

    II
    En día la noche se cambia con Él;
    ¡Jesús es la luz del mundo!
    Irás en la luz si a su leyeres fiel,
    ¡Jesús es la luz del mundo!

    III
    ¡Oh, ciegos y presos del lóbrego error!
    ¡Jesús es la luz del mundo!
    Él manda lavaros y ver su fulgor,
    ¡Jesús es la luz del mundo!

    IV
    Ni soles ni lunas el cielo tendrá,
    ¡Jesús es la luz del mundo!
    La luz de su rostro lo iluminará,
    ¡Jesús es la luz del mundo!
    I
    Ya sea en el valle do el peligro esté,
    O que en la luz gloriosa de paz habite yo,
    A mi Jesús diré: «Tu voluntad haré,»
    Si Cristo me guía doquiera yo iré.

    CORO
    Si Cristo conmigo va, yo iré,
    Yo no temeré, con gozo iré, conmigo va;
    Es grato servir a Jesús, llevar la cruz;
    Si Cristo conmigo va, yo iré.

    II
    Si al desierto quiere Jesús que vaya yo
    Llevando buenas nuevas de santa salvación,
    Si allí en dura lid, mi campo señaló,
    A Cristo yo sigo, sin más dilación.

    III
    Aunque mi parte sea mi dura cruz llevar,
    Diré a mis hermanos también su gran poder,
    Contento quedaré, mi luz haré brillar,
    Testigo de Cristo, doquiera yo iré.

    IV
    La voluntad de Cristo yo quiero obedecer,
    Pues en la Santa Biblia encuentro mi saber,
    Y con su gran poder al mundo venceré,
    Si Él va conmigo, doquiera yo iré.
    I
    Cuando leo en la Biblia cómo llama Jesús,
    Y bendice a los niños con amor,
    Yo también quisiera estar,
    Y con ellos descansar
    En los brazos del tierno Salvador.

    II
    Ver quisiera sus manos sobre mí reposar,
    Cariñosos abrazos de Él sentir,
    Sus miradas disfrutar,
    Las palabras escuchar:
    A los niños dejad a mí venir.

    III
    Mas aún a su estrado en oración puedo ir,
    Y también de su amor participar;
    Pues si pongo en Él mi fe,
    Le veré y le escucharé
    En el reino que Él fue a preparar.

    IV
    Todos los redimidos y salvados por Él,
    Al Cordero celebran inmortal;
    Cantan voces mil y mil
    En el coro infantil,
    Pues es de ellos el reino celestial.

    V
    Muchos hay que no saben de esa bella mansión,
    Y no quieren a Cristo recibir;
    Les quisiera yo mostrar
    Que para ellos hay lugar,
    En el cielo do los convida a ir.

    VI
    Yo ansío aquel tiempo venturoso, sin fin,
    El más grande, el más lúcido, el mejor,
    Cuando de cualquier nación
    Niños mil sin distinción
    A los brazos acudan del Señor.
    I
    Hallé un buen amigo, mi amado salvador,
    Contaré lo que Él ha hecho para mí;
    Hallándome perdido e indigno pecador,
    Me salvó y hoy me guarda para sí.
    Me salva de pecado, me guarda de Satán;
    Promete estar conmigo hasta el fin; ¡Aleluya!;
    Él consuela mi tristeza, Me quita todo afán;
    ¡Grandes cosas Cristo ha hecho para mí!

    II
    Jesús jamás me falta, jamás me dejará,
    Es mi fuerte y poderoso protector;
    Del mundo me separo y de la vanidad,
    Para consagrar mi vida la señor.
    Si el mundo me persigue, si sufro tentación,
    Confiando en Cristo puedo resistir; ¡Aleluya!;
    La victoria me es segura y elevo mi canción:
    ¡Grandes cosas Cristo ha hecho para mi!

    III
    Yo sé que Jesucristo muy pronto volverá,
    Y entre tanto me prepara un hogar;
    En la casa de mi Padre mansión de luz y paz,
    Do el creyente fiel con Él ha de morar;
    Llegándome a la gloria, ningún pesar tendré,
    Contemplaré su rostro siempre allí; ¡Aleluya!;
    Con los santos redimidos gozoso cantaré:
    ¡Grandes cosas Cristo ha hecho para mi!
    I
    Mirad la pobre humanidad
    Morando en densa oscuridad,
    Buscando luz y libertad,
    Divino amor y voluntad.

    CORO
    Rodearemos a todo el mundo,
    Con santidad a nuestro Dios,
    Con luz refulgente y hermosa
    La luz verdadera de Dios.

    II
    Oíd, hermanos, el clamor,
    De las ovejas sin pastor,
    Perdidas van en aflicción,
    Sin esperanza o salvación.

    III
    Las buenas nuevas predicad,
    A todo el mundo proclamad,
    Que Cristo puede ya salvar,
    y los pecados perdonar.

    IV
    Hambrientos hay al derredor
    Con ansiedad de conocer
    Cómo Jesús brinda poder
    A los que buscan salvación.
    I
    Luchad, luchad valientes atletas nazarenos,
    Que el triunfo sólo se halla tras rudo batallar.
    Orad, orad constantes con corazones llenos
    De fe profunda y pura que alienta sin cesar.

    CORO
    ¡Oh juventud cristiana! ¡Oh juventud leal!
    Se fiel a tu maestro que te ama sin cesar;
    Ninguno te desprecie; más siempre ejemplo sé
    En caridad y gracia; en santidad y fe.

    II
    Decid, decid doquiera la historia del calvario
    Que salva y que redime al mundo contumaz;
    Llevad, llevad las almas al frente del santuario
    Que allá a los pies de Cristo se encuentra dulce paz.

    III
    ¡Oh! Jóvenes valientes, heroicos y guerreros,
    De Cristo la bandera en alto tremolad;
    Leales sed y firmes, veraces y sinceros,
    Que os premiará el maestro allá en la eternidad.
    I
    Cariñoso Salvador,
    Huyo de la tempestad
    A tu seno protector,
    Fiándome de tu bondad.
    Sálvame Señor Jesús,
    De las olas del turbión.
    Hasta el puerto de salud
    Guía mi pobre embarcación.

    II
    Otro asilo ninguno hay;
    Indefenso acudo a Ti;
    Mi necesidad me trae,
    Porque mi peligro vi.
    Solamente en ti, Señor,
    Puedo hallar consuelo y luz;
    Vengo lleno de temor
    A los pies de mi Jesús.

    III
    Cristo, encuentro todo en Ti,
    Y no necesito más;
    Caído me pusiste en pie:
    Débil, ánimo me das;
    Al enfermo das salud,
    Das la vista al que no ve;
    Con amor y gratitud
    Tu bondad ensalzaré.
    I
    En la montaña podrá no ser,
    Ni sobre rugiente mar;
    Podrá no ser en la ruda lid
    Do Cristo me quiere emplear.
    Mas si Él me ordenare seguir aquí,
    Senderos que yo ignoré,
    Confiando en Él le diré: «Señor,
    Do Tú quieras que vaya, iré.»

    CORO
    Do Tú necesites que vaya iré,
    A los valles, los montes o el mar.
    Decir lo que quieras, Señor, podré,
    Lo que quieras que sea, seré.

    II
    Quizá hay palabras de santo amor
    Que Cristo me ordena hablar,
    Y en los caminos do reina el mal
    Algún pecador salvar.
    Señor, si quisieres mi guía ser,
    Mi oscura senda andaré;
    Tu fiel mensaje podré anunciar
    Y así lo que quieras diré.

    III
    El vasto mundo lugar tendrá
    Do pueda con noble ardor
    Gastar la vida que Dios me da
    Por Cristo mi Salvador.
    Y siempre confiando en tu gran bondad
    Tus dones todos tendré;
    Y alegre haciendo tu voluntad,
    Lo que quieras que sea, seré.
    I
    Junto a la cruz do Jesús murió,
    Junto a la cruz do salud pedí,
    Ya mis maldades Él perdonó,
    ¡A su nombre gloria!

    CORO
    ¡A su nombre gloria!
    ¡A su nombre gloria!
    Ya mis maldades Él perdonó,
    ¡A su nombre gloria!

    II
    Junto a la cruz donde le busqué
    ¡Cuán admirable perdón me dio!
    Ya con Jesús siempre viviré,
    ¡A su nombre gloria!

    III
    Fuente preciosa de salvación,
    ¡Qué grande gozo yo pude hallar!,
    Al encontrar en Jesús perdón,
    ¡A su nombre gloria!

    IV
    Tu, pecador que perdido estás,
    Hoy esta fuente ven a buscar,
    Paz y perdón encontrar podrás,
    ¡A su nombre gloria!
    I
    Como sol tras lluvia cruel,
    Cual descanso tras dolor;
    Como una esperanza fiel,
    Es la paz que da el Señor.

    CORO
    ¡Oh! la paz que Cristo da,
    Nunca, nunca acabará,
    Es cual salmo musical,
    y cual calma celestial,
    Es la paz que Cristo da,
    Sí, la paz que Cristo da.

    II
    Cual rocío bienhechor,
    Cual del alba bella luz,
    Cual una amistad de amor,
    Es la paz que da Jesús.

    III
    Cual arroyo encantador
    Cuyas aguas dan salud,
    Cual angélica canción,
    Es la paz que da Jesús.
    I
    Vagaba yo en oscuridad
    Hasta que vi a Jesús,
    Mas por su amor y su verdad
    Ya vivo en plena luz.

    CORO
    Gozo y luz hay en mi alma hoy,
    Gozo y luz hay, ya que salvo soy;
    Desde que a Jesús vi y a su lado fui,
    He sentido el gozo de su amor en mi.

    II
    Las nubes y la tempestad
    No encubren a Jesús;
    Y en medio de la oscuridad
    Me gozo en su luz.

    III
    Andando en la luz de Dios
    Encuentro plena paz;
    Voy adelante sin temor
    Dejando el mundo atrás.

    IV
    Veréle pronto tal cual es
    Raudal de pura luz;
    Y eternamente gozaré,
    A causa de su cruz.
    I
    Sé Tú mi luz, oh mi buen Señor
    En todo trance aquí;
    Las densas sombras y el dolor,
    Muy dulces son cerca de Ti.

    CORO
    Cerca de Ti, Señor,
    Hay gozo y solaz,
    Te doy loor por tu santo amor,
    Pues ya tengo paz.

    II
    Tu ley anhelo obedecer,
    En medio del desdén,
    Afirma Tú hoy mi proceder,
    Y sé mi fuerte y fiel sostén.

    III
    Ya no me acosa más el dolor,
    En este mundo cruel;
    Tu tierna mano, buen protector,
    Es mi escondedero fiel.

    IV
    ¡Oh Cristo! dame tu protección
    Cuando en temor esté;
    Y al mirar mi postrer visión,
    Fiel guardarás mi débil pie.
    I
    No me importan riquezas de precioso metal,
    Si más rico tesoro puedo ir a gozar.
    En las páginas bellas de tu libro eternal,
    Dime, ¡oh Cristo bendito si mi nombre allí está!

    CORO
    ¡Oh, el libro precioso
    De tu reino eternal!
    Soy feliz para siempre
    Si mi nombre allí está.

    II
    Muchos son mis pecados cual la arena del mar,
    Mas tu sangre preciosa me los puede limpiar;
    Porque Tú has prometido ¡oh bendito Emanuel!
    Si tus culpas son negras, blancas yo las haré.

    III
    ¡Oh ciudad deliciosa con mansiones de luz!
    Do triunfante el cristiano goza ya con Jesús;
    Do no entra el pecado, ni tristeza, ni mal;
    Allí tengo mi herencia, si mi nombre allí está.
    I
    Todas las promesas del Señor Jesús,
    Son apoyo poderoso de mi fe;
    Mientras luche aquí buscando yo su luz,
    Siempre en sus promesas confiaré.

    CORO
    Grandes, fieles,
    Las promesas que el Señor Jesús ha dado,
    Grandes fieles,
    En ellas para siempre confiaré.

    II
    Todas la promesas para el hombre fiel,
    El Señor en sus bondades cumplirá;
    Y confiado sé que para siempre en Él,
    Paz eterna mi alma gozará.

    III
    Todas las promesas del Señor serán,
    Gozo y fuerza en nuestra vida terrenal;
    Ellas en la dura lid nos sostendrán,
    Y triunfar podremos sobre el mal.
    I
    Cristo está buscando obreros hoy,
    Que quieran ir con Él;
    ¿Quién dirá: «Señor contigo voy,
    Yo quiero serte fiel»?

    CORO
    ¡Oh! Señor, es mucha la labor
    Y obreros faltan ya;
    Danos luz, ardiente fe y valor
    Y obreros siempre habrá.

    II
    Cristo quiere mensajeros hoy,
    Que anuncien su verdad;
    ¿Quién dirá: «Señor yo listo estoy,
    Haré tu voluntad»?

    III
    Hay lugar si quieres trabajar,
    De Cristo en la labor;
    Puedes de su gloria al mundo hablar,
    De su bondad y amor.

    IV
    ¿Vives ya salvado por Jesús.
    Su amor conoces ya?
    ¡Habla pues, anuncia que en la luz,
    De Cristo vives ya!
    I
    Cristo busca limpios corazones
    Que le sirvan siempre con fidelidad;
    Que a los pecadores insten fervorosos
    Que se vuelvan del pecado a la verdad.

    CORO
    Id a trabajar allá en los campos del Señor,
    Que para la siega se presentan blancos hoy,
    ¡Oh, fieles siervos de Dios!
    A quien debéis todo honor,
    Oíd su voz, salid a trabajar.

    II
    Labios puros Cristo necesita,
    Que con gozo anuncien plena salvación;
    Lenguas consagradas sólo a su servicio,
    Que proclamen al cautivo redención.

    III
    Cristo busca manos bien dispuestas
    Para trabajar con buena voluntad;
    Siembras ya maduras piden vuestra ayuda,
    Las doradas mieses pronto cosechad.

    IV
    Vidas santas Cristo necesita,
    Que a los pecadores muestren su poder;
    Libres de ansiedades, en Jesús confiadas
    Y que pueda de ellas siempre disponer.
    I
    Mil veces con el Maestro,
    En santa comunión,
    Escucho los acentos,
    De hermosa agrupación.

    CORO
    ¡Aleluya, amén!
    ¡Aleluya, amén!
    ¡Aleluya, amén!
    ¡Amén, amén!

    II
    De aquellos que sufrieron,
    Desprecios, hambrE y sed,
    Mas hoy glorificados,
    Están con el Señor.

    III
    Escucho los acentos,
    Del canto sin igual,
    y mi alma al punto se une,
    Al coro celestial.

    IV
    Unido estoy con ellos,
    Ahora por la fe,
    Mas pronto frente al trono,
    Con ellos cantaré.
    I
    Yo quiero ser limpio, oh mi buen Jesús,
    Deseo por siempre andar en tu luz;
    Tan sólo en tu sangre limpieza tendré,
    Lavado y más blanco que nieve seré.

    CORO
    Más blanco, sí, que la nieve seré;
    Lavado en la sangre y limpio por fe.

    II
    Que en mi alma no puede lo impuro quedar,
    Tu sangre mis manchas las puede quitar;
    Pecados e ídolos desecharé
    Lavado y más blanco que nieve seré.

    III
    Tú, Cristo me ayudas a sacrificar,
    Humilde llevando mi todo a tu altar,
    Te entrego mi vida y así por la fe
    Lavado y más blanco que nieve seré.

    IV
    Por esta pureza doy gracias a Ti
    Que santificado por tu gracia fui;
    Tu sangre limpiándome vi por la fe
    Lavado y más blanco que nieve quedé.

    Coro Final
    Más blanco, sí, que la nieve quedé;
    Lavado en tu sangre, soy limpio por fe.
    I
    Caminando voy a la ciudad mejor,
    Aunque me agobien sombras y dolor,
    Dulce esperanza me alentará,
    No hay en mi temor pues Dios me cuidará.

    CORO
    Dios me cuidará, Dios me cuidará,
    Él es mi Pastor, nada me faltará,
    Estando con Él, ¿Qué podré temer?
    Él es toda gracia y sin par poder.

    II
    El cielo y la tierra se pueden mudar,
    Mas el alto Dios no se podrá cambiar,
    Mi buen Señor siempre fiel conmigo va,
    Por su santa gracia Él me cuidará.

    III
    Oro, plata y fama pueden sucumbir,
    Mi vigor también podrá de mi huir,
    Dios es inmutable, nunca cambiará,
    Él será mi Roca; Él me cuidará.

    IV
    «No te dejaré desampararé»
    Es la gran promesa que alienta fe,
    Mi alma en Dios feliz por siempre estará,
    Con sublime amor mi senda cuidará.
    I
    Juventud entusiasta y risueña,
    Hueste heroica de Cristo Jesús;
    Pon en alto por siempre la enseña
    Del glorioso evangelio de luz.
    Juventud, haz que el mundo conmueva
    De Jesús la eternal salvación,
    Que nos limpia potente y eleva
    Hasta hallar del Paracleto unción.

    II
    Juventud entusiasta y serena
    La valiente y de grande poder,
    Sé invencible, de fe siempre llena,
    Sé la heroica hasta el triunfo obtener.
    Juventud no desmayes, las pruebas
    Y las dudas habrás de vencer;
    Lleva siempre gozosa las nuevas
    Pues en Cristo hallarás el poder.

    III
    Juventud entusiasta y serena,
    La que busca en Jesús santidad;
    Sé esforzada por ser siempre buena
    En Jesús el autor de verdad.
    Habla siempre de Cristo tu Amigo,
    Fuente eterna de dicha y amor;
    Sé doquiera su amante testigo
    Que proclame su gran salvación.
    I
    Da lo mejor al Maestro;
    Tu juventud, tu vigor,
    Dale el ardor de tu alma,
    Lucha del bien en favor.
    Cristo nos dio el ejemplo
    Siendo Él joven de valor;
    Séle devoto ferviente,
    Dale de ti lo mejor.

    CORO
    Da lo mejor al Maestro;
    Tu juventud, tu vigor;
    Dale el ardor de tu alma,
    De la verdad lucha en pro.

    II
    Da lo mejor al Maestro;
    Dale de tu alma el honor:
    Que sea Él en tu vida
    El móvil de cada acción.
    Dale y te será dado
    El Hijo amado de Dios,
    Sírvele día por día;
    Dale de ti lo mejor.

    III
    Da lo mejor al Maestro;
    Nada supera su amor,
    Se dio por ti a sí mismo
    Dejando gloria y honor.
    No murmuró al dar su vida
    Por salvarte del error
    Ámale más cada día;
    Dale de ti lo mejor.
    I
    Oh! Jóvenes venid, su brillante pabellón,
    Cristo ha desplegado ante la nación,
    A todos en sus filas os quiere recibir
    Y con Él a la pelea os hará salir.

    CORO
    ¡Vamos a Jesús, alistados sin temor!,
    ¡Vamos a la lid, inflamados de valor!
    Jóvenes luchemos todos contra el mal:
    En Jesús llevamos nuestro general.

    II
    ¡Oh! Jóvenes venid, el caudillo Salvador,
    Quiere recibiros en su derredor;
    Con Él a la batalla salid sin vacilar,
    Vamos pronto compañeros, vamos a luchar.

    III
    Las armas invencibles del jefe guiador,
    Son el evangelio y su grande amor;
    Con ellas revestidos, y llenos de poder,
    compañeros, acudamos, vamos a vencer.

    IV
    Los fieros enemigos engendros de Satán,
    Se hallan sostenidos por su capitán;
    ¡Oh! Jóvenes vosotros poneos sin temor,
    A la diestra del caudillo nuestro Salvador.

    V
    Quien venga a la pelea, su voz escuchará,
    Cristo la victoria le concederá;
    Salgamos, compañeros, luchemos bien por Él,
    Con Jesús conquistaremos inmortal laurel.
    I
    Mi vida di por ti,
    Mi sangre derramé,
    Por ti inmolado fui,
    Por gracia te salvé;
    //:Por ti, por ti mi vida di,
    ¿Qué has dado tú por mí?://

    II
    Mi celestial mansión,
    Mi trono de esplendor
    Dejé por rescatar
    Al mundo pecador;
    //:Sí, todo yo dejé por ti,
    ¿Qué dejas tú por mí?://

    III
    Reproches, aflicción,
    y angustias yo sufrí,
    La copa amarga fue
    Que yo por ti bebí;
    //:Reproches yo por ti sufrí
    ¿Qué sufres tú por mí?://

    IV
    De mi celeste hogar
    Te traigo el rico don
    Del Padre Dios de amor
    La plena salvación;
    //:Mi don de amor te traigo a ti
    ¿Qué ofreces tú por mí?://
    I
    Jubilosas nuestras voces
    Elevamos con fervor,
    Para dar la bienvenida
    A los siervos del Señor.
    Bienvenidos los campeones
    De la fe y de la verdad,
    A quien nuestros corazones
    Hoy les brindan su amistad.

    CORO
    Bienvenidos, bienvenidos
    Adalides de Jehová;
    Parabienes no fingidos,
    Parabienes no fingidos,
    Parabienes no fingidos,
    La congregación os da.

    II
    Bienvenidos los soldados
    De las huestes de Jesús,
    Los que luchan denodados
    Por el triunfo de la luz.
    Uno solo es nuestro anhelo,
    Trabajamos con tesón.
    Para hacer que el Rey del cielo
    Reine en cada corazón.
    I
    ¡Estad por Cristo firmes,
    Soldados de la cruz!
    Alzad hoy la bandera,
    En nombre de Jesús;
    Es vuestra la victoria,
    Con Él por Capitán;
    Por Él serán vencidas,
    Las huestes de Satán.

    II
    ¡Estad por Cristo firmes!
    Os llama a la lid;
    ¡Con Él, pues a la lucha,
    Soldados todos id!
    Probad que sois valientes,
    Luchando contra el mal;
    Es fuerte el enemigo,
    Mas Cristo es sin igual.

    III
    ¡Estad por Cristo firmes!
    Las fuerzas son de Él;
    El brazo de los hombres,
    Es débil y es infiel;
    Vestíos la armadura,
    Velad en oración,
    Deberes y peligros,
    Demandan gran tesón.
    I
    Enviados somos del Señor las nuevas a llevar,
    De su grandiosa salvación que brinda libertad
    Deseamos siempre obedecer yen su obra siempre estar,
    «Arrepentíos» porque Dios «su reino acerca ya»

    CORO
    Decid doquier:«Su reino acerca ya»
    Y anunciad hoy: «Su reino acerca ya»
    Embajadores, predicad del mundo en derredor
    «Arrepentíos» porque Dios «su reino acerca ya»

    II
    ¿Por qué más tiempo aquí arriesgáis vuestra alma inmortal
    Cuando Jesús el precio dio y quiere salvos seáis?
    Es nuestro Padre celestial quien con potente voz
    Os llama a salvación buscar y el mal abandonar.

    III
    La vida pronto acabará tras pronto más vagar;
    La eternidad pronto vendrá y cesará el correr;
    El fin de todo viene ya do no habrá tiempo más
    Cuando crujir y lloro habrá, el juicio al contemplar.
    I
    Aviva tu obra, oh Dios
    Ejerce tu poder,
    Los muertos han de oír la voz
    Que hoy hemos menester.

    II
    A tu obra vida da;
    Las almas tienen sed;
    Hambrientas de tu buen maná
    Aguardan tu merced.

    III
    Aviva tu labor;
    Glorioso fruto dé;
    Mediante el gran Consolador
    Abunde nuestra fe.

    IV
    La fuente espiritual
    Avive nuestro amor;
    Será tu gloria sin igual
    Y nuestro el bien, Señor.
    I
    Sembraré la simiente preciosa,
    Del glorioso evangelio de amor,
    Sembraré, sembraré mientras viva,
    Dejaré el resultado al Señor.

    CORO
    Sembraré, sembraré;
    Mientras viva, simiente de amor.
    Segaré, Segaré,
    Al hallarme en la casa de Dios.

    II
    Sembraré en corazones sensibles,
    La doctrina del Dios de perdón;
    Sembraré, sembraré mientras viva,
    Dejaré el resultado al Señor.

    III
    Sembraré en corazones de mármol,
    La bendita palabra de Dios;
    Sembraré, sembraré mientras viva,
    Dejaré el resultado al Señor.
    I
    Iglesia de Cristo dice el Salvador,
    Te he llamado para ser la luz,
    Siempre inunda al mundo con tu resplandor,
    Cuéntale la historia de la cruz.

    CORO
    Cuéntales la historia del bendito Cristo,
    Que a los pecadores compasivo ve;
    Diles que en el Gólgota Dios ha provisto,
    Salvación eterna por la fe.

    II
    El gemido escucha de la humanidad,
    Que perdida vaga sin Jesús;
    Dile que el Señor da plena libertad
    Cuéntale la historia de la cruz.

    III
    ¿A quien enviaremos y quién nos irá,
    Como lo hizo Cristo en Emaús?
    ¿Quién el alma triste hoy consolará?
    Cuéntale la historia de la cruz.

    IV
    Ve a las multitudes que errabundas van,
    Diles del amor de mi Jesús;
    Piensa en los millares que muriendo están,
    Cuéntales la historia de la cruz.
    I
    Grato es decir la historia
    Del celestial favor;
    De Cristo y de su gloria
    De Cristo y de su amor;
    Me agrada referirla,
    Pues sé que es la verdad;
    Y nada satisface
    Cual ella mi ansiedad.

    CORO
    ¡Cuán bella es esa historia!
    Mi tema allá en la gloria
    Será la antigua historia
    De Cristo y de su amor.

    II
    Grato es decir la historia
    Que brilla cual fanal,
    Y en glorias y portentos
    No reconoce igual;
    Me agrada referirla,
    Pues me hace mucho bien.
    Por eso a ti deseo
    Decírtela también.

    III
    Grato es decir la historia
    Que antigua, sin vejez,
    Parece al repetirla
    Más dulce cada vez;
    Me agrada referirla,
    Pues hay quien nunca oyó
    Que para hacerle salvo
    El buen Jesús murió.
    I
    Dime la antigua historia del celestial favor,
    De Cristo y de su gloria, de Cristo y de su amor.
    Dímela con llaneza propia de la niñez,
    Porque es mi mente flaca y anhelo sencillez.

    CORO
    Dime la antigua historia,
    Cuéntame la victoria,
    Háblame de la gloria
    De Cristo y de su amor.

    II
    Dime esa grata historia en lentitud,
    Y así conoceré la obra que Cristo hizo por mí.
    Dímela con frecuencia, pues soy dado a olvidar,
    Y el matinal rocío suele el sol disipar.

    III
    Dime tan dulce historia, con tono claro y fiel;
    Murió Jesús, y salvo yo quiero ser por Él.
    Dime esa historia siempre, si en tiempo de aflicción
    Deseas a mi alma traer consolación.

    IV
    Dime la misma historia, si crees que tal vez
    Me ciega de este mundo la falsa brillantez.
    Y cuando ya me alumbre de la gloria la luz,
    Repíteme la historia: «Quien te salva es Jesús»
    I
    ¿Debo yo vivir en grande incertidumbre
    Sin saber si un heredero real yo soy?
    ¿Debo andar en vías oscuras y sin lumbre
    Y vagar y no saber a dónde voy?

    CORO
    salvo soy de seguro, ¡aleluya!
    Redimido por la sangre de Jesús,
    Y yo sé que me libró y mis culpas perdonó;
    Salvo soy de seguro, ¡aleluya!

    II
    ¿Tengo que salvarme por algún esfuerzo?
    ¿Por mis obras ganaré la redención?
    ¿Llevaré por siempre un corazón perverso?
    ¿No hay seguridad que tenga salvación?

    III
    La cultura y la fineza no transforman
    Ni los vínculos de vicio quebrarán;
    Por sus fuerzas unos hombres se reforman
    Mas se quedan siempre siervos de Satán.

    IV
    Por los méritos de Cristo solamente
    Mis pecados son clavados en la cruz
    Siendo ahora perdonado libremente
    Ya no hay duda, mas yo ando en plena luz.
    I
    Nada hay que me pueda apartar,
    De Cristo y de su amor,
    Pues Él de veras sabe amar
    Al pobre pecador.

    CORO
    Yo te amo ¡oh, mi Salvador!
    Más que a lo terrenal;
    Me das consuelo, paz y amor,
    Y el reino celestial.

    II
    Saber que Cristo es mi sostén,
    Me alegra el corazón,
    Pues Él es mi supremo bien,
    Me da la salvación.

    III
    Señor, si cerca estás de mí,
    Ahuyéntase el temor;
    Perdón completo encuentra en Ti,
    El pobre pecador.

    IV
    Jesús, mi amable y buen Pastor,
    De Dios supremo Don,
    Aparta mi alma de dolor,
    Me da consolación.
    I
    Quiero que habléis de aquel grande amor
    Que en el calvario Dios nos mostró;
    Quiero que habléis del buen salvador,
    ¡Habladme más de Cristo!

    CORO
    Quiero escuchar la historia fiel
    De mi Jesús, mi salvador;
    Quiero vivir tan sólo por Él,
    ¡Habladme más de Cristo!

    II
    Cuando me asalte la tentación
    Y que sus redes tienda a mi pie;
    Quiero tener en Él protección,
    ¡Habladme más de Cristo!

    III
    Cuando en la lucha falte la fe
    Y el alma sienta desfallecer,
    Quiero saber que ayuda tendré,
    ¡Habladme más de Cristo!
    I
    A la lucha compañeros sin cesar marchad,
    Cristo es nuestro jefe, jamás cejaremos;
    Pues nuestro Maestro la victoria nos dará,
    Fieles yendo hasta el final.

    CORO
    Marchad, marchad, luchando hasta el morir,
    Que Cristo el Rey a nuestro lado está;
    Luchad, luchad, hasta el triunfo alcanzar,
    Si el son de la trompeta oís.

    II
    ¡Oh soldados del Maestro que en la brega estáis,
    Sed valientes siempre en la ruda lucha,
    Que Jesús el Capitán a nuestro lado va
    Dándonos de su poder!

    III
    Habrá pruebas, habrá luchas y enemigos mil,
    Mas si somos fieles, venceremos todo,
    A Jesús sigamos, Él es nuestro paladín
    Y al triunfo nos llevará.
    I
    ¡A los campos a segar, vedlos blancos, blancos ya!
    ¡Idos allá! ¡Idos allá!
    Todo el día trabajad, sólo de Jesús hablad,
    ¡Id a la mies! ¡Id, predicad!

    CORO
    ¡Id a la mies! ¡Id a la mies!
    ¡Id a la mies! ¡Id a la mies!
    El amor del Salvador os compele a la labor,
    Sin demorar, id con valor.

    II
    En el valle, monte o mar el Señor os manda ya,
    A cosechar, ¡idos allá!
    La cosecha almas son que Jesús quiere salvar,
    Idos allá, a cosechar.

    III
    Cantaremos con fervor el amor del Salvador,
    Él nos mandó a su labor,
    Pronto llegará el fin, sonará el gran clarín,
    Él nos dará, vida sin fin.
    I
    Que mi vida sin cesar
    Sirva sólo a Ti, Señor,
    y mis manos puedas guiar,
    Al impulso de tu amor,
    Al impulso de tu amor.

    II
    Toma Tú mis pies, oh Dios,
    Y haz que hermosos puedan ser;
    Para honrarte sea mi voz
    Sólo para ti doquier,
    Sólo para ti doquier.

    III
    Toma, oh Dios mis labios hoy
    y haz que tus mensajes den;
    Mis dineros te los doy
    Porque tuyos son también,
    Porque tuyos son también.

    IV
    Tuya es mi voluntad
    Quiero andar en sujeción;
    Pon tu trono y majestad
    En mi tierno corazón,
    En mi tierno corazón.
    I
    Nuestra patria hay que redimir,
    Proclamemos fieles la verdad,
    Hoy tenemos tal vez que sufrir,
    Más después dulce paz y tranquilidad.

    CORO
    Levantemos la bandera,
    Santas huestes de la cruz.
    Nada os obligue a retroceder.
    En la lucha por doquiera,
    Resplandezca nuestra luz,
    Confiad que Dios nos imparte gracia y poder.

    II
    Las malignas falanges del mal,
    Nos acechan siempre por doquier,
    Ya se escucha la nota marcial,
    A la lid, a la lid, nada hay que temer.

    III
    Mil combates hay que sostener,
    Lucharemos todos por la fe,
    Adelante sin retroceder,
    ¡Con valor! ¡Con valor! que Cristo nos ve.

    IV
    Nuestro triunfo se vislumbra ya,
    Derrotado huye ya Satán,
    Nadie dude, pues al frente va,
    ¡Mi Jesús y Señor! Magno Capitán.
    I
    Dame la fe de mi Jesús,
    La fe bendita del Señor,
    Que al afligido dé la paz,
    La fe que salva de temor;
    Fe de los santos galardón,
    Gloriosa fe de salvación.

    II
    Dame la fe que trae poder,
    De los demonios vencedor;
    Que fieras no podrán vencer,
    Ni dominarla el opresor,
    Que pueda hogueras soportar
    Premio de mártir alcanzar.

    III
    Dame la fe que vencerá,
    En todo tiempo, mi Jesús;
    Dame la fe que fijará
    Mi vista en tu divina cruz;
    Que pueda proclamar tu amor;
    Tu voluntad hacer, Señor.

    IV
    Dame la fe que da el valor,
    Que ayuda al débil a triunfar.
    Que todo sufre con amor,
    Y puede en el dolor cantar,
    Que pueda el cielo escalar,
    O aquí con Cristo caminar.
    I
    ¡Trabajad! ¡Trabajad! Somos siervos de Dios,
    ¡seguiremos la senda que el Maestro trazó!
    Renovando las fuerzas con bienes que da,
    El deber que nos toca cumplido será.

    CORO
    ¡Trabajad! ¡Trabajad!
    ¡Esperad y velad!
    ¡Confiad! ¡Siempre orad!
    Que el Maestro pronto volverá.

    II
    ¡Trabajad! ¡Trabajad! Hay que dar de comer,
    Al que pan de la vida quisiere tener;
    Hay enfermos que irán a los pies del Señor,
    Al saber que de balde los sana su amor.

    III
    ¡Trabajad! ¡Trabajad! Fortaleza pedid,
    El reinado del mal con valor combatid;
    Conducid los cautivos al Libertador,
    Y decid que de balde redime su amor.
    I
    La merced de nuestro Padre,
    Es un faro en su brillar,
    Él nos cuida y nos protege
    Con las luces de alta mar.

    CORO
    ¡Mantened el faro ardiendo!
    ¡Arrojad su luz al mar!
    Que si hay nautas pereciendo
    Los podréis así salvar.

    II
    Reina noche de pecado,
    Ruge airada negra mar,
    Almas hay que van buscando
    Esas luces de alta mar.

    III
    Ten tu lámpara encendida
    Que en la tempestad habrá,
    Algún náufrago perdido
    Y tu luz le salvará.
    I
    ¡A la batalla y a la victoria
    Vamos con Dios nuestro Rey!
    Que con su brazo, fuerte, robusto,
    Siempre defiende su grey.
    Pues sin temor avancemos
    Entusiasmados por fe,
    Siempre alegres cantemos
    ¡Gloria a Dios, nuestro Rey!

    CORO
    No es la carrera de los valientes
    Ni de los fuertes la paz,
    Mas de los fieles en Cristo
    Es el eterno solaz.

    II
    ¡A la batalla y a la victoria!
    ¿Quién será este buen Rey?
    ¿Quiénes las tropas, las que le siguen
    En esta lucha de fe?
    Es Jehová el Poderoso
    De todos reyes el Rey.
    Acompañado por todos
    Los que ya son de su grey.

    III
    ¡A la batalla y a la victoria!
    Bajo tan buen general,
    Derrotaremos, sí, en seguida
    Todas las fuerzas del mal.
    Reinos y tronos, aun mundos
    Todos al fin pasarán,
    Pero los fieles en Cristo
    Vida eterna tendrán.
    I
    ¡Oh, cuán dulce es fiar en Cristo,
    Y entregarse todo a Él;
    Esperar en sus promesas,
    Y en sus sendas serle fiel!

    CORO
    Jesucristo, Jesucristo,
    Ya tu amor probaste en mí;
    Jesucristo, Jesucristo,
    Siempre quiero fiar en Ti.

    II
    Es muy dulce fiar en Cristo
    Y cumplir su voluntad,
    No dudando su palabra,
    Que es la luz y la verdad.

    III
    Siempre es grato fiar en
    Cristo cuando busca el corazón,
    Los tesoros celestiales
    De la paz y del perdón.

    IV
    Siempre en Ti confiar yo quiero
    Mi precioso Salvador;
    En la vida y en la muerte
    Protección me dé tu amor.
    I
    Un llamado llega desde el turbio mar,
    Da la luz, da la luz;
    Almas hay a quienes hay que rescatar,
    Da la luz, da la luz.

    CORO
    Da la luz del evangelio fiel,
    Haz que brille por doquier;
    Que la senda alumbre del infiel,
    Con sus rayos de poder.

    II
    Si este llamamiento quieres contestar,
    Da la luz, da la luz;
    Una buena ofrenda debes tú de dar;
    Da la luz, da la luz.

    III
    Que la gracia abunde: pide en oración,
    Da la luz, da la luz;
    Y que Cristo reine en cada corazón,
    Da la luz, da la luz.

    IV
    Nunca nos cansemos de esta gran labor,
    Da la luz, da la luz;
    Llevaremos joyas para el Salvador,
    Da la luz, da la luz.
    I
    Soy peregrino aquí, mi hogar lejano está
    En la mansión de luz, eterna paz y amor;
    Embajador yo soy del Reino celestial
    En los negocios de mi Rey.

    CORO
    Este mensaje fiel oíd,
    Que dijo ya celeste voz;
    «Reconciliaos ya» dice el Señor y Rey,
    ¡Reconciliaos hoy con Dios!

    II
    Que del pecado vil arrepentidos ya,
    Han de reinar con Él los que obedientes son,
    Es el mensaje fiel que debo proclamar,
    En los negocios de mi Rey.

    III
    Mi hogar más bello es que el valle de Sarón,
    Eterno gozo y paz reinan por siempre en él
    Y allí Jesús dará eterna habitación,
    Es el mensaje de mi Rey.
    I
    De heladas cordilleras,
    De playas de coral
    De etiópicas riberas
    Del mar meridional,
    Nos llaman afligidas
    A darles libertad,
    Naciones sumergidas
    En densa oscuridad.

    II
    Nosotros, alumbrados
    De celestial saber,
    ¿A tantos desgraciados
    Veremos perecer?
    A las naciones demos
    De Dios la salvación;
    El Nombre proclamemos
    Que obró la redención.

    III
    Llevada por los vientos
    La historia de la cruz,
    Despierte sentimientos
    De amor hacia Jesús:
    Prepare corazones,
    Enseñe su verdad
    En todas las naciones
    Según su voluntad.
    I
    Por una senda estrecha andaba yo,
    Y allí a un extraño vi,
    La carga que llevaba a mí mostró,
    Era una cruz que conocí.

    CORO
    Ven, trae tu cruz y sígueme,
    Oí su tierna voz llamar;
    Negarle nunca puedo a quien por mí
    Su vida quiso dar.

    II
    Clamé al Señor Jesús, y Él me habló,
    Sus manos lastimadas vi,
    Las huellas del desprecio que Él sufrió,
    Sufrió por redimirme a mi.

    III
    «Tu cruz permíteme cargar,» hablé,
    Y otra cruz me señaló,
    La misma que con miedo deseché
    CUando antes Él me la ofreció.

    IV
    La senda sigo que su fin tendrá
    En gloria eterna, paz y amor.
    Do por la cruz corona me dará
    Mi guía fiel, mi Salvador.
    I
    Castillo fuerte es nuestro Dios,
    Defensa y buen escudo;
    Con su poder nos librará
    En este trance agudo.
    Con furia y con afán acósanos Satán;
    Por armas deja ver
    Astucia y gran poder;
    Cual él no hay en la tierra.

    II
    Nuestro valor es nada aquí,
    Con Él todo es perdido;
    Mas por nosotros pugnará
    De Dios el Escogido.
    ¿Sabéis quién es? Jesús,
    El que venció en la cruz,
    Señor de Sabaoth.
    Y pues Él sólo es Dios,
    Él triunfa en la batalla.

    III
    Aunque estén demonios mil
    Prontos a devorarnos,
    No temeremos, porque Dios
    Sabrá aun prosperarnos.
    Que muestre su vigor
    Satán, y su furor;
    dañarnos no podrá;
    Pues condenado es ya
    Por la Palabra santa.
    I
    Pues la gracia de mi Señor y Rey,
    Me compró y libertó,
    En mi corazón hay alegre son,
    De loor al Redentor.

    CORO
    Todo en todo es Jesucristo,
    Más que el mundo para mí,
    Es más bello que los lirios
    O que una rosa carmesí.

    II
    El desierto en huerto Jesús tornó,
    Con su flor de buen olor
    Y como el rubí más precioso a mí,
    Es mi amante Salvador.

    III
    Él me da solaz y descanso y paz,
    En la dulce comunión,
    Él vive en mi ser soy feliz doquier,
    Llena Él mi corazón.

    IV
    Al venir desdén Él es mi sostén,
    Sustentado de Él yo voy,
    No me encanta más el poder falaz,
    Con Jesús saciado estoy.
    I
    ¡Oh, amor de Dios! tu inmensidad
    El hombre no podrá contar,
    Ni concebir la gran verdad
    Que Dios al mundo pudo amar.
    Al primer par, de su hogar
    Echados, compadeció;
    Y les vistió, les perdonó,
    Y un Redentor prometió.

    CORO
    ¡Oh, amor de Dios! Brotando está,
    Inmensurable, eternal;
    Por las edades durará,
    Inagotable raudal.

    II
    Si fuera tinta todo el mar,
    Y todo el cielo un gran papel,
    Y cada hombre un escritor,
    Y cada hoja un pincel,
    Nunca podrían describir
    El gran amor de Dios
    Que al hombre pudo redimir
    De su pecado atroz.

    III
    y cuando el tiempo pasará,
    Con cada reino mundanal,
    Y cada trono caerá,
    Con cada trama y plan carnal,
    El gran amor del Redentor
    Por siempre durará;
    La gran canción de salvación
    Su pueblo cantará.
    I
    Padre, tu Palabra es
    Mi delicia y mi solaz:
    Guíe siempre aquí mis pies,
    Y a mi pecho traiga paz.

    CORO
    Es tu ley, Señor,
    Faro celestial,
    Que en perenne resplandor,
    Norte y guía da al mortal.

    II
    Si obediente oí tu voz,
    En tu gracia fuerza hallé,
    Y con firme pie y veloz,
    Por tus sendas caminé.

    III
    Tu verdad es mi sostén,
    Contra duda y tentación,
    Y destila calma y bien
    Cuando asalta la aflicción.

    IV
    Son tus dichos para mí,
    Prendas fieles de salud;
    Dame pues que te oiga a Ti,
    Con filial solicitud.
    I
    Servir a Jesús, proclamar su verdad
    Es grande placer y felicidad;
    En Cristo y la Biblia glorioso es confiar,
    ¡Qué bueno es servir a Jesús!

    CORO
    ¡Qué bueno es servir, sí, servir a Jesús!
    ¡Qué bueno es servir a Jesús!
    Aunque aquí nos parezca el camino muy cruel
    Siempre en Cristo hay paz y solaz.

    II
    ¡Qué bueno es servir a Jesús siempre aquí!
    Ser siempre veraz, luchando feliz;
    Riquezas de gloria en Él hay, oh sí,
    ¡Qué bueno es servir a Jesús!

    III
    Si pena y tristeza te quieren cercar
    Y triste tu ser desea el dulce hogar;
    No temas, tus luchas, Jesús premiará,
    ¡Qué bueno es servir a Jesús!
    I
    Por una deuda preso fui,
    Sin que pudiera yo cumplir,
    Cuánto debía no lo sé,
    Mas todo lo pagó mi Rey.

    CORO
    ¡Oh, cuánto debo a Jesús!
    Por mí murió en dura cruz.
    ¡Qué grande incomprensible amor!
    ¡Oh, cuánto debo a mi Señor!

    II
    Jesús en cruel Getsemaní
    Al tentador venció por mí,
    Con agonía y dolor,
    ¡Incomparable es su amor!

    III
    Cuando en la cruz su vida dio,
    Cuando Él su sangre derramó,
    Abrió precioso manantial,
    Límpida fuente sin igual.

    IV
    y cuando al cielo llegaré,
    Con Él por siempre moraré;
    Por toda la eternidad,
    Lo alabaré por su bondad.
    I
    Miles de almas cantarán,
    En la gloria mas allá,
    Poderoso y grande coro formarán;
    Cantarán del dulce amor,
    Que hasta el cielo los llevó
    Y el cantar del coro aquel no tiene igual.

    CORO
    Cuando aquel gran coro empiece allá a cantar
    Al Rey Jesús;
    ¡Oh, cuán dulces melodías sonarán!
    Al Rey Jesús,
    Por millones cantarán en aquel coro,
    No habrá pruebas ni tristeza ni cruel lloro,
    Cantaremos al precioso salvador Señor y Rey.

    II
    Claras voces sonarán,
    Todos fieles cantarán
    La victoria ya obtenida sobre el mal;
    Ningún Ángel se unirá,
    Solamente escuchará
    Y aleluyas todo el cielo llenarán.

    III
    A través de la expansión,
    Se oirá la gran canción,
    Cada acorde hasta la altura se alzará:
    Cual las aguas de la mar,
    El sonido allí será
    Cuando al fin los peregrinos se unirán.

    IV
    Notas tristes no tendrá,
    Sino melodías sin par,
    Aquel coro en sus hosannas al cantar;
    Será siempre su canción,
    Alabando al Redentor:
    ¡Aleluya a nuestro Rey tributo dad!
    I
    Es el tiempo de la siega y tú sin vacilar,
    Declarando con holgura «no hay que trabajar»
    Mientras tanto que el maestro te vuelve a llamar,
    Joven, joven, ven trabaja ya.

    CORO
    Ven, y ve los campos blancos, cómo están
    Aguardando manos que los segarán.
    Joven, ¡despierta! Hazlo pronto y alerta,
    Sé el primero en decirle «heme aquí, Señor»
    Por doquier se inclina la madura mies
    Que las auras mueven, y ¡qué bella es!
    Joven, ¡despierta! Hazlo pronto y alerta,
    Pocos días hay que restan para el segador.

    II
    Las gavillas que recojas, joyas de esplendor,
    Brillarán en la corona que dará el Señor.
    Busca pronto eternas joyas, Dios es premiador,
    Joven, joven, ven trabaja ya.

    III
    Va pasando la mañana, y nunca volverá,
    Pronto el tiempo de la siega aquí terminará,
    Te hallarás al fin vacío ante tu Criador.
    Joven, joven, ven trabaja ya.
    I
    Es Jesucristo mi todo, dulce es cantar su loor,
    ¡Oh cuán sublime e infinito es su divino amor!
    Cuando me vio errabundo cual hijo pródigo,
    vino a buscar y a salvarme, a su redil me llevó.

    CORO
    ¡Cristo! ¡Cristo! Tú eres mi Salvador,
    ¡Cristo! ¡Cristo! Tuyo seré, Señor;
    Te seguiré por doquiera, si Tú guiando vas,
    Y al terminar mi carrera en gloria veré tu faz.

    II
    Cristo es el lirio del valle, la rosa es de Sarón,
    Cristo el radiante lucero, la roca de salvación;
    Él es la fuente de vida y gozo eternal,
    Ya satisface mi alma con el maná celestial.

    III
    Cristo nació en un pesebre, la amarga copa bebió,
    Cual inocente cordero, en el Calvario murió;
    Resucitó de la tumba, y al cielo ascendió,
    Mas pronto viene en su gloria, esta promesa nos dio.
    I
    El gran día viene, muy pronto viene,
    El gran día del juicio final;
    cuando justos y malos el gran Juez apartará,
    Esperemos el juicio final.

    CORO
    ¿Estás listo? ¿Estás listo?
    La trompeta ya da la señal.
    ¿Estás listo, esperando,
    El juicio final?

    II
    Día triste viene, muy pronto viene,
    El gran día del juicio final;
    cuando el pueblo rebelde reprobado allí será,
    Esperemos el juicio final.

    III
    El gran día viene, de pleno gozo,
    Cuando Cristo vendrá en poder,
    Mas el gozo lo sienten los amados del Señor:
    Esperemos a nuestro Señor.
    I
    Cuando por nosotros venga Cristo nuestro Salvador,
    Nos levantará;
    Para que cada uno tenga vida eterna y sin dolor,
    ¡Nos levantará!

    CORO
    Más allá, más allá,
    Brillaremos en la gloria con Jesús;
    Cuando destruirá la muerte le veremos más allá,
    En la Sion sin par.

    II
    ¡Oh! la muerte detenernos no podrá porque Jesús
    Nos levantará;
    Al sepulcro venceremos, viviremos con Jesús.
    ¡Nos levantará!

    III
    Los amados que se han ido volveremos a mirar,
    ¡Nos levantará!
    Será toda la alabanza para quien nos redimió
    ¡Nos levantará!
    I
    Un día Cristo volverá,
    Al ascender lo prometió;
    Del mismo modo volverá
    Y su pueblo ha de ver al Rey Jesús.

    CORO
    Muy pronto, sí, Jesús vendrá,
    Y alegre le verá su pueblo;
    En vela todos debemos estar,
    Para poderle mirar.

    II
    Los mensajeros del Señor,
    Afirman que Jesús vendrá
    Y el Espíritu de Dios,
    Las promesas de la Biblia nos abrió.

    III
    ¡Oh, gloria sin comparación,
    Será mirar a nuestro Rey!
    Su rostro hermosos brillará,
    Eclipsando el fulgor del mismo sol.

    IV
    ¡Oh, bienvenido Rey Jesús!
    Tu iglesia ya esperando está
    Y vana no será la fe,
    Nuestra dicha es, Señor, que Tú vendrás.
    I
    Yo espero el día alegre cuando Cristo volverá
    Pues vendrá al mundo pronto y nos arrebatará:
    ¡Oh, qué gozo este pensamiento a mi alma da:
    El que Cristo venga al mundo otra vez!

    CORO
    ¡Oh! Jesús vendrá al mundo otra vez
    Sí, Jesús vendrá al mundo otra vez;
    Le veremos en las nubes con los ángeles de luz,
    Cuando Cristo venga al mundo otra vez.

    II
    La venida de Jesús será el remedio del dolor
    Que aflige siempre a este pobre mundo pecador;
    Toda lágrima se enjugará por nuestro Salvador;
    Cuando Cristo venga al mundo otra vez.

    III
    Llegarán los santos a Sion con gozo eternal,
    Y en todo el santo monte nada daña ni hace mal,
    Pues conocerán a Dios, entonces, todos por igual,
    Cuando Cristo venga al mundo otra vez.

    IV
    El pecado, pena y muerte en este mundo cesarán
    Mártires y santos con Jesús por siempre reinarán,
    cada alma gozará de paz perfecta, sin afán,
    Cuando Cristo venga al mundo otra vez.
    I
    La venida majestuosa del Cordero vencedor,
    Es el tema palpitante por el mundo en derredor.
    Ved la forma portentosa cómo cumple la señal,
    Tarda sólo un instante, el Ungido celestial.

    CORO
    Jesús vendrá, sí , Él vendrá,
    Con gozo cantaremos: en las nubes volverá;
    Jesús vendrá, sí, Él vendrá,
    En gloria le veremos con poder y majestad.

    II
    Ya el sacro vaticinio, se convierte en realidad,
    Pero sigue refractaria la irredenta humanidad;
    Todo pueblo y dominio del Calvario se enteró,
    Su alegría será precaria porque a Cristo rechazó.

    III
    La venida de mi Cristo, fin será para el dolor,
    Cantaremos la victoria sobre el fiero tentador.
    Oh, hermano, ¿estás listo? ¿gozas plena salvación?
    Si es así, démosle gloria por su rica bendición.
    I
    Canten los ángeles con dulce voz
    Canten los hombres con sonora voz;
    Cristo vendrá, nuestro Rey vencedor,
    Cristo vendrá otra vez.

    CORO
    Viene otra vez, viene otra vez,
    En gloria viene al mundo otra vez;
    Viene otra vez, viene otra vez,
    Él viene pronto a reinar.

    II
    Ved en la tierra, los aires y el mar,
    Grandes señales cumpliéndose ya,
    Todo indicando que pronto vendrá
    Nuestro glorioso Señor.

    III
    Todos los muertos en Cristo saldrán,
    De sus sepulcros y alegres irán,
    Para encontrar a su Rey vencedor,
    Cristo vendrá otra vez.

    IV
    Ven en las nubes, ¡oh buen Salvador!
    ¡Ven a la tierra glorioso a reinar!
    ¡Ven, que tu Iglesia te espera, Jesús!
    Cristo vendrá otra vez.
    I
    Día de victoria y gozo celestial,
    Cuando Cristo volverá,
    ¡Qué glorioso encuentro con mi Salvador,
    En las nubes se verá!

    CORO
    En las nubes Él vendrá
    En aquel día final,
    Cristo el Salvador muy pronto volverá,
    Por aquellos que Él amó.

    II
    Día de gran gozo, día sin igual,
    Cuando Cristo volverá,
    De la tierra al cielo Él nos llevará
    A su seno paternal.

    III
    Oye la trompeta que anunciando está,
    La venida del Señor,
    Ya no más dolores ya no más afán
    Con Jesús triunfó el amor.
    I
    Jesús pronto volverá, al mundo en gran poder,
    Promesa nos dio, el regresará, sí, viene el Salvador,
    Señales abundan hoy, cumpliéndose ya están,
    Por su gracia listo estoy, le espero sin más afán.

    CORO
    Muy pronto Jesús vendrá, Él viene, no tardará,
    Él ha de venir, Él descenderá del cielo, el Rey vendrá.
    Despiértate pecador, el tiempo es corto ya,
    Viene pronto el salvador, no sabes cuándo será.

    II
    Cuando Cristo volverá, el pueblo que le amó,
    No más sufrirá, al cielo irá, pues Cristo ya le salvó.
    Mas el que rechaza aquí, a Cristo y su amor,
    Sufrirá por siempre allí, tinieblas y gran dolor.

    III
    Del norte, al sur vendrán, de China, del África,
    De todas las razas miles vendrán rodeando la mesa allá,
    Con Cristo se gozarán, las bodas al celebrar
    Y jamás se cansarán, de aquel tan feliz hogar.
    I
    Hay país de hermosura
    Y de célica ternura
    Donde sólo llegaremos por la fe;
    Al entrar por sus portales
    Y vivir como inmortales
    Las campanas de victoria escucharé.

    CORO
    ¡Oh sublime, bello tema!
    De los ángeles antema:
    ¡Gloria, gloria!
    ¡Aleluya a nuestro Rey!
    En aquel país de encantos
    Reunido con los santos,
    Las campanas de victoria escucharé.

    II
    Ni tristeza habrá ni llanto
    En aquel país de encanto
    Cuando todos llegaremos por la fe;
    Mas raudal de bendiciones
    Y de Cristo tiernos dones,
    Las campanas de victoria escucharé.

    III
    Cuando todo aquí termine
    Y la muerte nos domine,
    Cuando fiel a mi Señor ensalzaré,
    Nunca más habrá temores,
    Amarguras y dolores:
    Las campanas de victoria escucharé.
    I
    Voy feliz al dulce hogar, por fe en Jesús
    Y luchando por traer, almas a la luz;
    Dardos encendidos mil vienen contra mí,
    Mas yo sé que por fe, venceré aquí.

    CORO
    ¡Oh, sí, quiero verle, ver al Salvador,
    Quiero ver su rostro lleno de amor,
    En aquel gran día yo he de cantar,
    Ya paso todo afán, todo mi pesar.

    II
    En las olas del turbión Cristo guardará,
    Mi barquilla guiará hasta el puerto allá;
    Yo tranquilo puedo estar, mi piloto es Él,
    Es mi Rey, tengo fe, sé que Él es fiel.

    III
    En servir al Salvador por los valles voy,
    Donde muchas sombras hay, mas seguro estoy;
    Muchos triunfos obtendré, nunca faltará,
    Mi Jesús, es la luz, Él me sostendrá.
    I
    Salvo en los tiernos brazos de mi Jesús seré,
    Y en su amoroso pecho dulce reposaré.
    Este es sin duda el eco de celestial canción,
    Que de inefable gozo llena mi corazón.

    CORO
    Salvo en los tiernos brazos
    De mi Jesús seré,
    Y en su amoroso pecho
    Dulce reposaré.

    II
    Tiende Jesús los brazos, bríndame su amistad:
    A su poder me acojo, no hay para mí ansiedad.
    No temeré si ruge hórrida tentación,
    Ni causará el pecado daño en mi corazón.

    III
    De sus amantes brazos la gran solicitud,
    Me libra de tristeza, me libra de inquietud.
    Y si tal vez hay pruebas, fáciles pasarán;
    Lágrimas si vertiere pronto se enjugarán.

    IV
    Y cruzaré la noche lóbrega, sin temor,
    Hasta que venga el día de perennal fulgor.
    ¡Cuán placentero entonces con Él será morar!
    Y en la mansión de gloria siempre con Él reinar.
    I
    Mi sol muy pronto cesará,
    Da fin ya mi correr;
    Mis duras pruebas dejé ya,
    Mi triunfo puedo ver.

    CORO
    Ángeles, venid y estad junto a mí,
    En alas de nieve mi ser llevad
    A mi eternal hogar,
    En alas de nieve mi ser llevad
    A mi eternal hogar.

    II
    Bien sé los míos cerca están
    Y pronto los veré,
    El agua siento del Jordán,
    El cual yo cruzaré.

    III
    Muy cerca estoy de Canaán,
    Los santos veo venir;
    Por eso canto con afán,
    Pues pronto he de partir.

    IV
    Llevad mi ardiente corazón
    A quien murió por mí;
    Su sangre dióme salvación
    Y el mal por Él vencí.
    I
    Cuando cesen los conflictos de la vida terrenal
    Y dejemos este mundo de aflicción,
    Entraremos por las puertas de la patria celestial
    En la nueva Jerusalén.

    CORO
    Cantaremos con los santos la canción de redención,
    En Jerusalén, en Jerusalén
    Con acentos de alegría alabando al Salvador,
    En la gran Jerusalén.

    II
    Aunque el mar embravecido y las olas del turbión,
    Siempre agiten nuestra pobre embarcación,
    Fiando en Cristo llegaremos a la playa celestial
    De la nueva Jerusalén.

    III
    Consagremos nuestras vidas al servicio del Señor,
    Siempre hablemos de su grande Salvación,
    Si en su viña trabajamos nos espera galardón,
    En la nueva Jerusalén.

    IV
    En aquel país hermoso do jamás se dice «adiós»
    Gozaremos el descanso sin afán;
    Cara a cara allá veremos a Jesús quien nos salvó,
    En la nueva Jerusalén.
    I
    Cerca de ti, Señor,
    Quiero morar;
    Tu grande, tierno amor,
    Quiero gozar.
    Llena mi pobre ser,
    Limpia mi corazón,
    Hazme tu rostro ver,
    En comunión.

    II
    Pasos inciertos doy,
    El sol se va;
    Mas si contigo estoy,
    No temo ya.
    Himnos de gratitud,
    Ferviente cantaré
    Y fiel a Ti, Jesús,
    Siempre seré.

    III
    Día feliz veré,
    Creyendo en Ti,
    En que yo habitaré,
    Cerca de Ti.
    Mi voz alabará,
    Tu dulce nombre allí
    Y mi alma gozará,
    Cerca de Ti.
    I
    En el mundo la Iglesia,
    Peregrina ha de estar;
    Anhelante ella espera,
    Su feliz, eterno hogar.

    CORO
    Nos veremos, nos veremos
    Nos veremos en la tierra más allá;
    Nos veremos, nos veremos
    Junto al río cristalino más allá.

    II
    Nada aquí es permanente,
    Todo ha de terminar;
    Mas miramos adelante,
    En el cielo nuestro hogar.

    III
    Las familias en la tierra,
    Se desunen al morir;
    Mas esperan la mañana,
    En que se han de reunir.

    IV
    Con Jesús cual unos reyes,
    Pronto habremos de estar;
    Juntos, miles de millares,
    Con Jesús para morar.
    I
    Yo quiero trabajar por el Señor,
    Confiando en su palabra y en su amor,
    Quiero yo cantar y orar
    Y ocupado siempre estar,
    En la viña del Señor.

    CORO
    Trabajar y orar
    En la viña, en la viña del Señor;
    Sí, mi anhelo es orar
    Y ocupado siempre estar,
    En la viña del señor.

    II
    Yo quiero cada día trabajar
    Y esclavos del pecado libertar;
    Conducirlos a Jesús,
    Nuestro guía, nuestra luz,
    En la viña del Señor.

    III
    Yo quiero ser obrero de valor,
    Confiando en el poder del Salvador.
    El que quiera trabajar,
    Hallará también lugar,
    En la viña del Señor.
    I
    Cuando mis luchas terminen aquí
    Y ya seguro en los cielos esté,
    Cuando al Señor mire cerca de mí,
    ¡Por las edades mi gloria será!

    CORO
    ¡Esa será gloria sin fin,
    Gloria sin fin, gloria sin fin!
    Cuando por gracia su faz pueda ver,
    ¡Esa mi gloria sin fin ha de ser!

    II
    Cuando por gracia yo pueda tener
    En sus mansiones morada de paz,
    Y que allí siempre su faz pueda ver,
    ¡Por las edades mi gloria será!

    III
    Gozo infinito será contemplar,
    Todos los seres que yo tanto amé,
    Mas la presencia de Cristo gozar,
    ¡Por las edades mi gloria será!
    I
    Canten del amor de Cristo,
    Ensalzad al redentor,
    Tributadle santos todos,
    Grande gloria y loor.

    CORO
    Cuando estemos en gloria,
    En presencia de nuestro Redentor,
    A una voz la historia,
    Diremos del gran vencedor.

    II
    La victoria es segura,
    A las huestes del Señor.
    ¡Oh, pelead con la mirada
    Puesta en nuestro Protector!

    III
    El pendón alzad, cristianos,
    De la cruz y caminad;
    De triunfo en triunfo,
    Siempre firmes avanzad.

    IV
    Adelante en la lucha,
    ¡Oh, soldado de la fe!
    Nuestro el triunfo, oh escucha,
    Los clamores, ¡Viva el Rey!
    I
    Meditad en que hay un hogar
    En la margen del río de luz,
    Donde van para siempre a gozar
    Los creyentes en Cristo Jesús.

    CORO
    Más allá, más allá
    Meditad en que hay un hogar,
    Más allá, más allá, más allá
    En la margen del río de luz.

    II
    Meditad en que amigos tenéis
    De los cuales marchamos en pos,
    Y pensad en que al fin los veréis,
    En el alto palacio de Dios.

    CORO
    Más allá, más allá
    Meditad en que amigos tenéis,
    Más allá, más allá, más allá
    De los cuales marchamos en pos.

    III
    En que mora Jesús meditad,
    Donde seres que amamos están,
    Y a la patria bendita volad
    Sin angustias, temores ni afán.

    CORO
    Más allá, más allá
    En que mora Jesús meditad,
    Más allá, más allá, más allá
    Donde seres que amamos están.

    IV
    Reunido a los míos seré,
    Mi carrera a su fin toca ya;
    Y en mi hogar celestial entraré,
    Do mi alma reposo tendrá.
    I
    Jesús, yo he prometido, servirte con amor;
    Concédeme tu gracia, mi Amigo y Salvador.
    No temeré la lucha, si Tú a mi lado estás,
    Ni perderé el camino, si Tú guiando vas.

    II
    El mundo está muy cerca, y abunda en tentación;
    Suave es el engaño, y es necia la pasión:
    Ven Tú, Jesús más cerca, mostrando tu piedad,
    Y escuda al alma mía de toda iniquidad.

    III
    Cuando mi mente vague, ya incierta, ya veloz,
    Concédeme que escuche, Jesús, tu clara voz:
    Anímame si paro; inspírame también:
    Repréndeme, si temo en todo hacer el bien.

    IV
    Jesús, Tú has prometido a todo aquel que va,
    Siguiendo tus pisadas, que al cielo llegará.
    Sostenme en el camino, y al fin con dulce amor,
    Trasládame a tu gloria, mi Amigo y Salvador.
    I
    No hay tristeza en el cielo,
    Ni llanto ni amargo dolor.
    No hay corazón angustiado
    Do reina el Dios de amor;
    Las nubes de nuestro horizonte,
    Jamás aparecen allá,
    El sol en su gloria esplendente
    Derrama su luz celestial.

    CORO
    Yo voy a la patria del alma
    Do Cristo prepara mi hogar;
    Do todos los santificados
    Irán para siempre a morar;
    El día feliz ya se acerca,
    En que el sol para mi se pondrá:
    ¡Oh! que gozo será cuando mire al Señor,
    En aquella hermosa ciudad.

    II
    No hay aflicción en el cielo,
    Ni pruebas existen allá;
    El alma que en Cristo reposa
    Segura en su seno estará;
    No hay tentación en el cielo
    Ni sombras de muerte atroz.
    El árbol de vida florece
    Do fluye el rió de Dios.

    III
    ¡Cuán dulce será en el cielo,
    Pasadas las penas aquí,
    Volvernos a ver reunidos
    Con nuestros amados allí;
    Por todos los siglos eternos!
    ¡Qué dicha inefable ha de ser!
    Estar en presencia de Cristo,
    Gozando de eterno placer.
    I
    Tal como soy, sin más decir,
    Que a otro yo no puedo ir,
    Y Tú me invitas a venir;
    Bendito Cristo heme aquí.

    II
    Tal como soy, sin demorar
    Del mal queriéndome librar;
    Tú sólo puedes perdonar;
    Dendito Cristo, heme aquí.

    III
    Tal como soy, en aflicción;
    Expuesto a muerte y perdición;
    Buscando vida y perdón,
    Bendito Cristo, heme aquí.

    IV
    Tal como soy, tu gran amor,
    Me vence y busco tu favor,
    Servirte quiero con valor;
    Bendito Cristo, heme aquí.
    I
    Hermoso manto real; bello país de luz,
    Hermoso y dulce hogar habrá allá con Jesús;
    Corona allí tendré brillando en derredor
    En la eternal mansión a donde iré.

    CORO
    Manto real, bello país,
    Un dulce hogar, pueblo feliz,
    Corona habré yo de esplender,
    En la mansión de Dios a donde iré.

    II
    En la mansión de Dios lindas cosas veré,
    Y alegre el corazón, tesoros mirare;
    Allí no habrá maldad, ni muerte llegará,
    No habrá dolor ni mal siempre jamás.

    III
    Gran gozo es para mí, que para siempre allí,
    Estaré con Jehová, libre de todo mal.
    Sin penas ni temor, mucho gozaré yo,
    ¡Déjame, oh Dios, llegar al dulce hogar!
    I
    ¿Qué me puede dar perdón?
    Sólo de Jesús la sangre.
    ¿Y un nuevo corazón?
    Sólo de Jesús la sangre.

    CORO
    Precioso es el raudal,
    Que limpia todo mal;
    No hay otro manantial,
    Sólo de Jesús la sangre.

    II
    Fue el rescate eficaz,
    Sólo de Jesús la sangre;
    Trajo santidad y paz,
    Sólo de Jesús la sangre.

    III
    Veo para mi salud,
    Sólo de Jesús la sangre,
    Tiene de sanar virtud,
    Sólo de Jesús la sangre.

    IV
    Cantaré junto a sus pies,
    Sólo de Jesús la sangre,
    El Cordero digno es,
    Sólo de Jesús la sangre.
    I
    En la mansión do Cristo está,
    Allí no habrá tribulación;
    Ningún pesar, ningún dolor,
    Que me quebrante el corazón.

    CORO
    Allí no habrá tribulación;
    Ningún pesar, ningún dolor,
    Y cuando esté morando allá,
    Diré que no hay tribulación.

    II
    Será muy triste estarme aquí,
    Muy lejos, sí, del Salvador,
    Pues moran ya con Él allí,
    Los redimidos por su amor.

    III
    Perfecto amor encontré,
    En la mansión del Salvador;
    Perfecta paz allí tendré,
    Mejor que la que gozo hoy.

    IV
    Entonces, sí, yo gozaré
    De toda la felicidad,
    Y ya con Cristo reinaré,
    Por toda la eternidad.
    I
    Comprado con sangre por Cristo,
    Con gozo al cielo yo voy;
    Librado de gracia infinita,
    Ya se que su hijo yo soy.

    CORO
    Lo sé, lo sé,
    Comprado con sangre yo soy;
    Lo sé, lo sé,
    Con Cristo al cielo yo voy.

    II
    Soy libre de pena y culpa,
    Su gozo Él me hace sentir,
    Él llena de gracia mi alma,
    Con Él es tan dulce vivir.

    III
    En Cristo yo siempre medito,
    Y nunca le puedo olvidar;
    Callar sus favores no quiero,
    Voy siempre a Jesús alabar.

    IV
    Seguro sé que la belleza,
    Del gran Rey yo voy a mirar;
    Ahora me guarda y me guía,
    Y siempre me quiere ayudar.

    V
    Yo sé que me espera corona,
    La cual a los fieles dará
    Jesús Salvador; en el cielo
    Mi alma con Él estará.
    I
    Hay un precioso manantial,
    De sangre de Emmanuel,
    Que purifica a cada cual,
    Que se sumerge en él.

    CORO
    Sí, salvo soy, sí, salvo soy,
    Sí, salvo soy, sí, salvo soy,
    Por la sangre de Cristo, mi Señor,
    Por la sangre de Cristo, mi Señor,
    Por la sangre de Cristo, mi Señor,
    La sangre de su cruz.

    II
    El malhechor se convirtió,
    Pendiente de una cruz;
    Él vio la fuente y se lavó,
    Creyendo en Jesús.

    III
    Y yo también mi pobre ser,
    Allá logré lavar;
    La gloria de su gran poder,
    Me gozo en ensalzar.

    IV
    ¡Eterna fuente carmesí!
    ¡Raudal de puro amor!
    Se lavará por siempre en Ti,
    El pueblo del Señor.
    I
    Por fe contemplo redención,
    La fuente carmesí;
    Jesús capaz es de salvar,
    Su vida dio por mí.

    CORO
    La fuente sin igual hallé,
    De vida y luz el manantial;
    Oh, gloria a Dios, me limpia a mí,
    Me limpia a mí, me limpia a mí!

    II
    Mi vida entrego a mi Jesús,
    Las dudas ya se van:
    El hombre viejo muerto está,
    En Cristo vivo ya.

    III
    ¡Cuán inefable gozo es,
    Saber que salvo soy!
    Entronizado está Jesús,
    En este corazón.

    IV
    ¡Oh, gracia excelsa de mi Dios,
    Profundo es el amor!
    De mi Jesús, mi buen Jesús,
    Cordero de mi Dios.
    I
    Que Dios amase un pecador cual yo
    Y que cambiase en gozo su pesar;
    Que a su redil me trajo su bondad,
    ¡Oh, cuán maravilloso amor!

    CORO
    ¡Oh, amor, divino amor!
    ¡Oh, amor, divino amor!
    Que Dios amase un pecador cual yo
    ¡Oh, cuán maravilloso amor!

    II
    Que Jesucristo con muy gran dolor
    Al Gólgota por mí fuese a morir;
    Mejor asunto no hay para decir
    Que su divino amor.

    III
    Fui un despreciado y grande pecador,
    Mas Dios me amó y su hijo amado dio;
    Que a un vil esclavo diera redención,
    Aunque su gracia despreció.

    IV
    Hoy por su amor soy hecho su hijo yo
    Y no me pide ser siervo ya más;
    Por «tierras lejos» no vago ya
    Pues su gracia encuentro yo en su amor.
    I
    Encontré un lugar do descansar,
    Al amparo de su Salvación,
    Allí puedo a Cristo contemplar,
    En la sangre de expiación.

    CORO
    Bajo de la sangre de la expiación,
    Bajo de la sangre de la expiación,
    Bien seguro me hallo y constante moro
    En la sangre de expiación.

    II
    ¿Cuándo mi loor podré yo dar,
    A Jesús que mi maldad quitó?
    En un mundo nuevo vivo ya,
    En la sangre de la expiación.

    III
    Ningún mal a mi alma dañará,
    Pues me cuida Cristo con amor,
    A mi lado siempre Cristo irá,
    En la sangre de expiación.

    IV
    Su grande poder mi alma sanó,
    Con su sacrificio me salvó,
    Guardaráme limpio el Salvador,
    En la sangre de expiación.
    I
    Vencido por mis culpas, sentí desilusión,
    Mi vida atribulada, muy triste el corazón,
    Sabiendo bien que todo iría de mal en peor,
    Mi alma compungida lloraba de dolor.

    CORO
    Muy triste por el mundo mis cuitas lamenté,
    Hasta que en Jesucristo socorro encontré;
    La carga onerosa por gracia me quitó
    Y en ese mismo instante de gozo me llenó.

    II
    En vano busqué ayuda de fuerza mundanal,
    La lucha fue más cruda, mas grave fue mi mal
    ¡Qué carga tan gravosa, ya era mi vivir!
    Mi senda era tortuosa y mucho mi sufrir.

    III
    Por mi el santo Cordero, en tosca cruz murió,
    Mis infracciones todas amante canceló,
    La sangre derramada es fuente de perdón
    A todo aquel que cree de todo corazón.

    IV
    Del fardo de pecado, congojas y dolor,
    Serás emancipado si vienes al Señor.
    ¡Bendito sea mi Cristo mis culpas Él llevó,
    Aún late en mi pecho, la paz que me otorgó.
    I
    ¡Oh, bondad tan infinita,
    Hacia el mundo pecador,
    Dios, en Cristo revelando
    Su eternal y santo amor!

    CORO
    Es Jesús para mí,
    La esperanza de salud,
    Sólo en Él hallaré,
    La divina plenitud.

    II
    Como el vasto firmamento,
    Como el insondable mar,
    Es la gracia salvadora,
    Que Jesús al alma da.

    III
    Aunque fueren tus pecados,
    Rojos como el carmesí;
    En el río del Calvario,
    Hay limpieza para ti.
    I
    Estando en miserias y mal pertinaz,
    Viviendo en pecado, sin Cristo, sin paz,
    Clamé con angustia, pedí su perdón
    Entonces Jesús me dio la salvación.

    CORO
    Del cieno inmundo me levantó,
    En una roca me afirmó,
    Un canto nuevo por fin me dio,
    Un canto fiel: ¡aleluya!

    II
    En una gran roca Jesús me afirmó,
    Mis débiles pasos así estableció,
    Si fiel permanezco no habré de temer
    Pues Él con su gracia me ha de sostener.

    III
    Me dio canto nuevo, celeste, sin par,
    Sus notas alegres habré de cantar,
    Mi alma rebosa de gozo y de amor,
    Mis labios alabarán a mi Señor.

    IV
    Alabo su tierna bondad para mi,
    Bendigo su sangre vertida por mi;
    Diré por doquiera que Cristo Jesús,
    Está listo a darnos de su tierna luz.
    I
    Vagando yo en la oscuridad,
    El Señor me buscó y me salvó;
    Jesús me halló perdido en la maldad,
    Con su sangre mi culpa borró.

    CORO
    Él es mi fuerte y gran salvador,
    Es mi fuerte y gran Salvador;
    Yo perdido fui, mas Cristo me salvó,
    Él es mi fuerte y gran salvador.

    II
    En mi pecado y desesperación,
    Su cruz me enseño el Señor;
    Me hizo ver que aunque en perdición,
    Me alcanzaba su gracia y amor.

    III
    Me gozo en esta grande salvación,
    En gloria mi nombre ha de estar;
    Del Santo Espíritu vino la unción,
    Él por siempre me ha de guardar.

    IVV Un día alegre Cristo volverá
    Y con el a la gloria iré;
    Y Transformado mi cuerpo será,
    Cual el cuerpo de Cristo, mi Rey.
    I
    Tan triste y tan lejos de Dios me sentí,
    Y sin el perdón de Jesús,
    Mas cuando su voz amorosa oí,
    Que dijo, «Oh, ven a la luz»

    CORO
    Ya todo dejé para andar en la luz,
    No moro en tinieblas ya más;
    Ya todo dejé por seguir a Jesús
    Y vivo en la luz de su faz.

    II
    ¡Qué Amigo tan dulce es el tierno Jesús!
    Tan lleno de paz y de amor,
    De todo este mundo es la fúlgida luz
    El nombre del buen Salvador.

    III
    De mi alma el anhelo por siempre será,
    Más cerca vivir de la cruz,
    Do santo poder y pureza me da
    La sangre de Cristo Jesús.

    IV
    ¡Oh! ven a Jesús, infeliz pecador,
    No vagues a ciegas ya más;
    Oh ven a Jesús, nuestro gran Salvador,
    Y en Él salvación hallarás.
    I
    Cristo es mi dulce Salvador,
    Mi bien, mi paz, mi luz,
    Mostróme su infinito amor,
    Muriendo en dura cruz.
    Cuando estoy triste encuentro en Él
    Consolador y Amigo fiel;
    Consolador, Amigo fiel, es Jesús.


    II
    Cristo es mi dulce Salvador,
    Su sangre me compró;
    Con sus heridas y dolor,
    Perfecta paz me dio.
    Dicha inmortal allá tendré,
    Con Cristo siempre reinaré,
    Dicha inmortal allá tendré, con Jesús.

    III
    Cristo es mi dulce Salvador,
    Mi eterno Redentor,
    ¡Oh! Nunca yo podré pagar
    La deuda de su amor;
    Le seguiré, pues, en la cruz,
    No temeré llevar su cruz,
    No temeré llevar la cruz, de Jesús.

    IV
    Cristo es mi dulce Salvador,
    Por Él salvado soy;
    La roca de la eternidad,
    En quien seguro estoy;
    Gloria inmortal allá tendré,
    Con Cristo siempre reinaré,
    Gloria inmortal allá tendré, con Jesús.
    I
    Cuando estés cansado y abatido,
    Dilo a Cristo, dilo a Cristo;
    Si te sientes débil confundido,
    Dilo a Cristo el Señor.

    CORO
    Dilo a Cristo, dilo a Cristo,
    Él es tu amigo más fiel;
    No hay otro amigo como Cristo,
    Dilo tan solo a Él.

    II
    Cuando estés de tentación cercado,
    Mira a Cristo, mira a Cristo;
    Cuando rujan huestes de pecado,
    Mira a Cristo el Señor.

    CORO: -Mira a Cristo, mira a Cristo, etc.

    III
    Si se apartan otros de la senda,
    Sigue a Cristo, sigue a Cristo;
    Si acrecienta en torno la contienda,
    Sigue a Cristo el Señor.

    CORO: -Sigue a Cristo, sigue a Cristo, etc.

    IV
    Cuando llegue la final jornada,
    Fía en Cristo, fía en Cristo;
    Te dará en el cielo franca entrada,
    Fía en Cristo el Señor.

    CORO: -Fía a Cristo, fía en Cristo, etc.
    I
    Cristo, mi piloto sé
    En el tempestuoso mar;
    Fieras hondas mi bajel
    Van a hacerlo zozobrar,
    Mas si Tú conmigo vas
    Pronto al puerto llegaré,
    Carta y brújula hallo en Ti
    ¡Cristo, mi piloto sé!

    II
    Todo agita el huracán
    Con indómito furor;
    Mas los vientos cesarán,
    Al mandato de tu voz;
    Y al decir: «que sea la paz»
    Cederá sumiso el mar.
    De las aguas, Tú el Señor,
    ¡Guíame cual piloto fiel!

    III
    Cuando al fin cercano esté
    De la playa celestial,
    Si el abismo ruge aún
    Entre el puerto y mi bajel,
    En tu pecho al descansar
    Quiero oírte a Ti decir:
    «Nada temas ya del mar,
    Tu piloto siempre soy»
    I
    Por el mundo brilla luz,
    Desde que murió Jesús,
    Por nosotros en la cruz
    Del calvario;
    Los pecados Él llevó,
    De la culpa nos libro,
    Con la sangre que manó
    Del calvario.

    CORO
    Por la sangre, por la sangre
    Somos redimidos, sí,
    Por la sangre carmesí.
    Por la sangre, por la sangre
    Por la sangre de Jesús
    Del calvario.

    II
    Antes todo fue temor
    Mas ahora es amor,
    Porque comprendí el valor
    Del calvario.
    Yo viví en perdición,
    Hoy poseo salvación,
    Por la grande redención
    Del calvario.

    III
    ¿Eres grande pecador?
    ¡He aquí tu salvador!
    Tema del predicador:
    El calvario.
    Salvación a cada cual
    Que padece por su mal;
    Dios ofrece gracia tal
    Por la sangre.
    I
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Señor omnipotente
    Siempre el labio mio loores te dará
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Te adoro reverente,
    --------------------------------------------.

    II
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! En numerosos coro,
    Santos escogidos te adoran con fervor,
    De alegría llenos, y sus coronas de oro
    Rinden ante el trono glorioso del Señor.

    III
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! La inmensa muchedumbre,
    De ángeles que cumplen tu santa voluntad,
    Ante Ti se postra bañada con tu lumbre,
    Ante Ti que has sido, que eres y serás.

    IV
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Por más que estés velado,
    E imposible sea tu gloria contemplar,
    Santo Tú eres sólo y nada hay a tu lado,
    En poder perfecto, pureza y caridad.

    V
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! La gloria de tu nombre,
    Vemos en tus obras, en cielo, tierra y mar.
    ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Te adorará todo hombre,
    -------------------------------------------------.
    I
    El amor de Dios siento en mi corazón,
    El amor de Dios, el amor de Dios;
    Él me ha dado hoy también su salvación
    ¡Gloria a Cristo por su amor!

    CORO
    Cristo es mío, mío, ¡gloria sea a Él!,
    Él me ha dado paz y felicidad,
    Cristo es mío, mío, ¡gloria sea a Él!
    Mío por la eternidad.

    II
    El ha puesto en mi alma una dulce paz,
    Es la santa paz, es la paz de Dios;
    Y al momento el me da la libertad,
    Por que es mío en verdad.

    III
    Él me ha dado gozo y también amor,
    Yo lo siento en mí, yo lo siento en mí;
    Y a Él yo quiero siempre serle fiel
    Y servirle solo a Él.

    IV
    Él me guarda siempre me sostiene fiel,
    Porque soy de Él, por que soy de Él;
    Quiero yo también ser muy brillante luz
    Y alabar a mi Jesús.
    I
    A solas al huerto yo voy
    Cuando duerme aún la floresta;
    Y en quietud y paz con Jesús estoy
    Oyendo absorto allí su voz.

    CORO
    El conmigo está, puedo oír su voz,
    Y que suyo dice seré;
    Y el encanto que hallo en Él allí,
    Con nadie tener podré.

    II
    Tan dulce es la voz del Señor,
    Que las aves guardan silencio,
    Y tan sólo se oye esa voz de amor,
    Que inmensa paz al alma da.

    III
    Con Él encantado yo estoy,
    Aunque en torno lleguen las sombras;
    Mas me ordena a ir que a escuchar yo voy
    Su voz doquier la pena esté.
    I
    Hay un huerto do Cristo me espera,
    Hay un sitio de consolación;
    ¡Cuán radiante es la luz de su presencia!
    En el huerto de dulce oración.

    CORO
    ¡Oh, qué hermoso es el huerto de oración!
    Cuando a solas estoy con mi señor,
    Y se alienta en mí la fe, en presencia de mi Rey
    ¡Oh, qué hermoso es el huerto de oración!

    II
    Hay un huerto do Cristo me acoge,
    Junto a Él a gozar comunión;
    Siempre escucho su voz tan amorosa
    En el huerto de dulce oración.

    III
    Hay un huerto do Cristo me invita,
    Para darte pureza y perdón;
    Ven a Él, y a sus plantas pon tus cargas
    En el huerto de oración.
    I
    Me hirió el pecado, fui a Jesús,
    Mostréle mi dolor;
    Perdido, errante, vi su luz,
    Bendíjome en su amor.

    CORO
    En la cruz, en la cruz, do primero vi la luz
    Y las manchas de mi alma yo lavé;
    Fue allí por fe do vi a Jesús
    Y siempre feliz con el seré.

    II
    Sobre una cruz mi buen Señor,
    Su sangre derramó,
    Por este pecador,
    A quien así salvó.

    III
    Venció la muerte con poder
    Y al cielo se exaltó;
    Confiar en Él es mí placer,
    Morir no temo yo.

    IV
    Aunque El se fue, solo no estoy,
    Mandó al consolador,
    Divino Espíritu, que hoy,
    Me da perfecto amor.
    I
    Si solo y triste te sientes tú,
    Por los cuidados y el mal,
    Tus cargas aliviará Jesús
    Si oras a Él sin cesar.

    CORO
    Ora con fe, ora con fe
    ¿Triunfo deseas tener? Ora con fe.
    Ora con fe, ora con fe
    ¿Triunfo deseas tener? Ora con fe.

    II
    Si estás tentado a volver atrás,
    Tentado a desesperar,
    Corre a los brazos del Salvador,
    Dile todo en oración.

    III
    Si por problemas perplejo estás,
    Ora y solución tendrás,
    Si enfermedades minan tu ser,
    Ora hasta el triunfo obtener.
    I
    Hay en el cielo un dulce hogar,
    Donde quisiera yo morar.
    Jesús mi Señor me prepara allí
    Un hogar, un bellísimo hogar.

    CORO
    Bello hogar, mi dulce hogar,
    Donde anhelo estar;
    Miro el fulgor de la ciudad de luz
    Mi dulce hogar.

    II
    Con mis amados estaré,
    A mi Señor Jesús veré.
    Feliz viviré por la eternidad,
    En mi hogar, mi bellísimo hogar.

    III
    La vida es breve, pronto iré,
    A donde está mi eterno Rey;
    Con clara visión puedo contemplar
    Un hogar, un bellísimo hogar.
    I
    Si en tu sendero hallas cruento dolor,
    Cree en Jesucristo tu buen Salvador,
    Si orando vas a su trono de amor,
    Tu prez Él contestará.

    CORO
    Tu prez Él contestará,
    En todo Él te ayudará,
    Te da su presencia, su gozo y clemencia,
    Contestará Cristo tu prez.

    II
    Oh no desmayes pues Él te guiará,
    Dile tus penas, te consolará,
    Él es tu amigo y te lo probará,
    Tu prez Él contestará.

    III
    Tus culpas todas Él quiere borrar,
    De tus maldades te quiere limpiar,
    Nadie cual Cristo te hará aquí triunfar,
    Tu prez Él contestará.

    IV
    Diario al maestro ve por dirección,
    Fía en Él de todo corazón,
    Y si en su nombre haces tu petición,
    Tu prez Él contestará.
    I
    Que mi vida entera este,
    Consagrada a Ti Señor,
    Que mis manos puedan guiar,
    El impulso de tu amor.

    CORO
    Lávame en tu sangre Salvador,
    Límpiame de toda mi maldad.
    Traigo a Ti mi vida para ser Señor
    Tuya por la eternidad.

    II
    Que mis pies tan sólo en pos,
    De lo santo puedan ir
    Y que a Ti Señor mi voz,
    Se complazca en bendecir.

    III
    Que mi tiempo todo esté,
    Consagrado atu loor,
    Que mis labios al hablar,
    Hablen sólo de tu amor.

    IV
    Toma ¡oh Dios! mi voluntad,
    Hazla tuya nada más,
    Toma si mi corazón,
    Por tu trono lo tendrás.

    V
    Toma tú mi amor que hoy
    A tus pies vengo a poner;
    ¡Toma todo lo que soy
    Todo tuyo quiero ser!
    I
    La cruz no será más pesada
    Que la gracia que Él me da;
    Y si la tormenta me espanta
    No podrá esconder su faz.

    CORO
    La gracia de Dios me bastará,
    Su ayuda jamás me faltará;
    Consolado por su amor
    Que echa fuera el temor
    Confiaré en mi Señor.

    II
    Mi cáliz nunca es tan amargo,
    Como el del Getsemaní;
    En mis días más apurados
    No se aparta Dios de mí.

    III
    La luz de su rostro me alumbra,
    En el tiempo de aflicción;
    Y en mi alma gozosa vislumbra
    El palacio de mi Dios.
    I
    Punzante los abrojos del camino;
    Nos vienen fe y gozo a confirmar,
    Enseñan de este modo al peregrino,
    Que el mundo no podrá ser nuestro hogar.

    CORO
    Si en sendas escarpadas tu estás;
    No temas que el Señor te ayudará,
    Si el mundo en vez de rosas te da espinas,
    El Señor en rosas todas cambiará.

    II
    La cruda tentación nos aprovecha,
    Nos hace por el cielo suspirar,
    Quisiera el alma nuestra abrirse brecha
    Y triunfante a la cumbre remontar.

    III
    Si a nuestra paz azotan tempestades,
    Tras tempestades, calma llegará,
    Que importa que haya siempre adversidades;
    La mano del Señor nos sostendrá.

    IV
    En el poder de Dios hay eficacia,
    Para llevar la cruz con humildad,
    Dios dice que me bastará su gracia,
    En prueba y cruel necesidad.
    I
    Cuantas veces en el mar De la vida al navegar,
    Densas nubes y huracanes Nuestra dicha quitarán;
    Pero allá con mi Jesús Cuando brille plena luz,
    Lo comprenderemos todo: ¡Gloria a Dios!

    CORO
    En la Sión patria de mi Dios,
    Con los santos al estar allá,
    Veremos cara a cara al Salvador
    Y lo entenderemos todo más allá.

    II
    Esta vida temporal no por siempre he de gozar;
    Alimento, casa, y todo puedo aquí necesitar;
    Hoy vivimos por la fe y confiamos siempre en Él,
    Pero entenderemos todo más allá.

    III
    Prueba y lucha en derredor, nos acosan con tesón,
    Mientras vamos caminando al país de leche y miel;
    Pero solo mi Jesús nos guiará en plena luz
    Y lo entenderemos todo más allá.

    IV
    Imprevista tentación nos prepara Satanás,
    ¡Cuántas veces ya estamos casi a punto de caer!
    No sabemos porque Dios esto lo permitirá,
    Mas lo entenderemos todo más allá.
    I
    Dulce oración, dulce oración,
    De toda la influencia mundanal
    Elevas tú mi corazón,
    Al tierno padre celestial.
    ¡Oh, cuántas veces tuve en ti
    Auxilio en ruda tentación,
    Y cuántos bienes recibí,
    Mediante ti, dulce oración!

    II
    Dulce oración, dulce oración,
    Al trono excelso de bondad
    Tú llevarás mi petición
    A Dios que me escucha con piedad.
    Por fe espero recibir
    La gran divina bendición,
    Y siempre a mi Señor servir
    Por tu virtud, dulce oración.

    III
    Dulce oración, dulce oración,
    Que aliento y gozo al alma das,
    En esta tierra de aflicción
    Consuelo siempre me serás.
    Hasta el momento en que veré
    Francas puertas de Sión,
    Entonces me despediré
    Feliz, de ti, dulce oración.
    I
    Un grande avivamiento te pedimos oh, Dios,
    Que el poder de tu gracia venga hoy sobre nos,
    Por el mundo comprado por Jesús en la cruz,
    Que abandone el pecado, que camine en la luz.

    CORO
    Manda, oh Dios, tu poder, manda, oh Dios, tu poder
    Da el Espíritu Santo, poderoso Señor,
    Que hacia Cristo dirija cada vil pecador,
    Danos avivamiento que principie en mi ser.

    II
    Danos «lluvias de gracia» cual prometes, oh Dios,
    Que el Espíritu Santo sea derramado hoy,
    Danos «lluvia tardía» que haga fructificar,
    Y el desierto florezca y nos haga alegrar.

    III
    Buenas nuevas nos llegan desde lejos de aquí,
    De naciones extrañas que te buscan a Ti,
    Son los ruego oídos que hasta a Ti hace llegar,
    Todo el pueblo cristiano con deseos de avivar.
    I
    Con voz benigna te llama Jesús,
    Invitación de puro amor.
    ¿Por qué le dejas en vano llamar?
    ¿Sordo serás pecador?

    CORO
    Hoy te convida;
    Hoy te convida,
    Voz bendecida,
    Benigna convídate hoy.

    II
    A los cansados convida Jesús,
    Con compasión mira el dolor;
    Tráele tu carga, te bendecirá,
    Ayudaráte el Señor.

    III
    Siempre aguardando contempla Jesús:
    ¡Tanto esperar! ¡con tanto amor!
    Hasta sus plantas ven, mísero y trae,
    Tu tentación, tu dolor.
    I
    Alguien va conmigo de la vida en el correr,
    A cada momento dándome de su poder;
    ¿Podré hallarme solo con la comunión y amor
    Como es la de mi señor?

    CORO
    ¿Puedo yo estar solo si Jesús me guía,
    Cual mi compañero y mi director?
    ¿Puedo yo estar triste yendo cada día
    Siempre al lado del Señor?

    II
    Mientras yo camino pruebas, cargas hallaré,
    Mas Jesús muy cerca está; su ayuda yo tendré;
    En mi vida encuentro cruces, pérdidas doquier,
    Más Jesús me hará vencer.

    III
    En las amarguras o en las horas de dolor,
    La consolación encuentro al lado del Señor,
    Mis ayes y pruebas transformadas son por El,
    Si hablo y ando yo con ÉL.

    IV
    Cuando de mi vida en la mañana tenga luz
    O al cenit me encuentre con pesada y cruenta cruz;
    O cuando en la noche sombras nublen ya mi ser,
    Siempre a Cristo podré ver.
    I
    ¡Despertad, despertad, oh cristianos!
    Vuestro sueño funesto dejad,
    Que el cruel enemigo os acecha,
    Y cautivos os quiere llevar.
    ¡Despertad! Las tinieblas pasaron,
    De la noche no sois hijos ya,
    Que lo sois de la luz y del día,
    Y tenéis el deber de luchar.

    II
    Despertad y bruñid vuestras armas,
    Vuestros lomos ceñid de verdad,
    Y calzad vuestros pies, aprestados
    Con el grato evangelio de la paz.
    Basta ya de profundas tinieblas,
    Basta ya de pereza mortal
    Revestid, revestid vuestro pecho
    De la cota de fe y caridad.

    III
    La gloriosa armadura de Cristo
    Acudid con anhelo a tomar,
    Confiando que el dardo enemigo
    No la puede romper ni pasar.
    ¡Oh cristianos, antorcha del mundo!
    De esperanza el yelmo tomad,
    Embrazad de la fe el escudo
    Y sin miedo corred a luchar.

    IV
    No temáis, pues de Dios revestíos,
    ¿Qué enemigo veceros podrá,
    Si tomáis por espada la Biblia,
    La palabra de Dios de verdad?
    En la cruz hallaréis la bandera,
    En Jesús hallaréis capitán,
    En el cielo obtendréis la corona:
    ¡A luchar, a luchar, a luchar!
    I
    Por un grande avivamiento te pedimos hoy,
    Que derrames sobre nosotros poder pentecostal;
    Anhelamos el servirte en santidad y amor,
    Da un avivamiento espiritual.

    CORO
    Danos hoy avivamiento, ¡oh Dios!
    Y derrama de tu Espíritu,
    Danos hoy avivamiento, ¡oh Dios!
    Que principie en mi ser.

    II
    Que la iglesia revivida sea por tu poder
    Y que en Cristo los perdidos salvos puedan ser;
    De tu fuerza y bendiciones danos a raudal,
    Y un avivamiento espiritual.

    III
    Por mundial avivamiento sea nuestra oración,
    Pues aún existe Dios, el de pentecostés;
    Que de reprende, que convierte, que da convicción,
    Danos un avivamiento tal.
    I
    Venid, fieles todos, a Belén marcharemos,
    De gozo triunfantes, henchidos de amor,
    Y al Rey de los cielos humildes veremos.

    CORO
    Venid, adoremos, venid adoremos,
    Venid, adoremos a Cristo el Señor, amén.

    II
    El que es hijo eterno, del eterno padre
    Y Dios verdadero que al mundo creó,
    Del seno virgíneo nació de una madre.

    III
    En pobre pesebre yace reclinado,
    Al hombre ofreciendo eternal salvación,
    El santo Mesías, el verbo humanado.

    IV
    Cantad jubilosas, celestes criaturas;
    Resuenen los cielos con vuestra canción
    ¡Al Dios bondadoso, gloria en las alturas!

    V
    Jesús, celebramos tu bendito nombre
    Con himnos solemnes de grato loor;
    Por siglos eternos adorete el hombre.
    I
    ¡Qué preciosa paz nos da de la vida en el viajar,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios;
    De hermosura sin igual nuestra senda será
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios!

    CORO
    Vamos caminando en la luz de Dios,
    Vamos caminando en la luz de Dios,
    Con Jesús en comunión, fiando en la biblia de Dios,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios.

    II
    Cual la luz que da el Señor así nos muestra su amor,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios;
    Con su santa redención purifica el corazón,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios.

    III
    Sostengamos con Jesús, comunión en plena luz,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios;
    Y en perfecta libertad, triunfaréis por su bondad,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios.

    IV
    A través del mundo cruel o del valle do no hay miel,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios;
    Caminemos hacia Sión donde está nuestra mansión,
    Mientras vamos caminando en la luz de Dios.
    I
    Jesús de los cielos
    Al mundo bajó,
    En busca de joyas
    Que amante compró.

    CORO
    Los niños salvados
    Serán como el sol,
    Brillando en la gloria
    Del Rey Salvador.

    II
    Angustias y muerte,
    Y horrible aflicción,
    Costaron las joyas
    Que amante compró.

    III
    Su hermosa diadema
    De eterno esplendor
    La adornan las joyas
    Que amante compró.

    IV
    Los niños y las niñas
    Que van al Señor,
    Son todos, las joyas
    Que amante compró.

    V
    Venid, pues, alegres
    Al buen redentor;
    El quiere las joyas
    Que amante compró.
    I
    ¡Alabado el gran manantial
    Que de sangre Dios nos mostró!
    ¡Alabado el Rey que murió;
    Su pasión nos libra del mal!
    Lejos del redil de mi dueño
    Vime mísero, pequeño, vil.
    El cordero sangre vertió;
    Me limpia sólo el raudal.

    CORO
    Sé que sólo así
    Me emblanqueceré:
    Láveme en su sangre Jesús
    Y nívea blancura me dé.

    II
    La punzante insignia llevó;
    En la cruz dejó de vivir;
    Grandes males quiso sufrir;
    No en vano empero, sufrió.
    Al gran manantial conducido
    Que de mi maldad ha sido fin,
    «Lávame» le pude decir,
    Y nívea blancura me dio.

    III
    Padre, de ti lejos vagué,
    Extravióse mi corazón;
    Como grana mis culpas son;
    No con agua limpio seré.
    A tu fuente magna acudí,
    Tu promesa creo buen Jesús,
    La eficaz virtud de tu don
    La nívea blancura me de.
    I
    Es Cristo quien por mí murió,
    Mis culpas por borrar,
    Cuán grandes penas Él sufrió,
    Cuán grande es su amor.

    CORO
    ¡Oh, cuánto amo a Cristo!
    ¡Oh, cuánto amo a Cristo!
    ¡Oh, cuánto amo a Cristo!
    Porque antes me amó.

    II
    Jesús su sangre derramó,
    Mi Rey por mí murió;
    Por mí, porque Él me amó,
    Mi iniquidad limpió.

    III
    ¡Oh! nunca puedo yo pagar,
    La deuda de su amor;
    Estoy aquí mi Salvador,
    Recíbeme, Señor.

    IV
    Vivir con Cristo es tener paz,
    Con Él habitaré;
    Pues suyo soy, y de hoy en más,
    De nadie temeré.
    I
    ¡Cuán tiernamente nos está llamando,
    Cristo a ti y a mí!
    Él nos espera con brazos abiertos;
    Llama a ti y a mí.

    CORO
    Venid, venid,
    Si estáis cansados, venid,
    ¡Cuán tiernamente os está llamando!
    ¡Oh, pecadores, venid!

    II
    ¿Por qué tememos si está abogando,
    Cristo por ti y por mí?
    Sus bendiciones está derramando,
    Siempre por ti y por mí.

    III
    El tiempo vuela, lograrlo conviene,
    Cristo te llama a ti.
    Vienen las sombras y la muerte viene;
    Viene por ti y por mí.
    I
    ¿Quiere ser salvo de toda maldad?
    Tan solo hay poder en mi Jesús.
    ¿Quieres vivir y gozar santidad?
    Tan solo hay poder en Jesús.

    CORO
    Hay poder, poder, sin igual poder,
    En Jesús quien murió;
    Hay poder, poder, sin igual poder,
    En la sangre que el vertió.

    II
    ¿Quieres ser libre de orgullo y pasión?
    Tan solo hay poder en mi Jesús.
    ¿Quieres vencer toda cruel tentación?
    Tan solo hay poder en Jesús.

    III
    ¿Quieres servir a tu Rey y Señor?
    Tan solo hay poder en mi Jesús.
    Ven, y ser salvo podrás en su amor,
    Tan solo hay poder en Jesús.
    I
    Aleluya que el Señor,
    Tiene grande salvación,
    Libertad, libertad.
    Nuestro Dios tiene poder,
    Para Satanás vencer
    Libertad, libertad.

    CORO
    Libertad y redención,
    Aleluya, Cristo ya,
    Me amó y me salvó,
    Gloria, gloria, aleluya,
    Él es todo, en todo es Él.

    II
    Yo confío en Jehová,
    Él me da la santidad,
    Libertad, libertad.
    Tengo paz y gozo ya,
    Desde que Él me salvó,
    Libertad, libertad.

    III
    Hablaremos siempre aquí,
    Ensalzando a nuestro Rey.
    Libertad, libertad.
    Porque bondadoso y fiel,
    Él nos llama hijos de Él,
    Libertad, libertad.

    IV
    Cantaremos siempre allí,
    Cuando pasemos de aquí,
    Libertad, libertad.
    Alabando al Señor,
    Cantaremos con fervor:
    Libertad, libertad.
    I
    Si tú cansado ya estás de pecar
    Acepta el perdón de Jesús;
    Si vida nueva quisieres hallar,
    Acepta el perdón de Jesús.

    CORO
    No más pecar, ven a Él,
    Su amor te muestra en la cruz;
    Es tiempo no seas infiel,
    Acepta el perdón de Jesús.

    II
    Si vida pura tú quieres tener,
    Acepta el perdón de Jesús;
    Él es la fuente que limpia tu ser,
    Acepta el perdón de Jesús.

    III
    Si tú no puedes tus luchas calmar,
    Acepta el perdón de Jesús;
    Si tus anhelos no puedes colmar,
    Acepta el perdón de Jesús.

    IV
    Si con los santos te quieres unir,
    Acepta el perdón de Jesús;
    Y si a los cielos aspiras a ir,
    Acepta el perdón de Jesús.
    I
    ¿Has hallado en Cristo plena salvación
    Por la sangre que Cristo vertió?
    ¿Toda mancha lava de tu corazón?
    ¿Eres limpio en la sangre eficaz?

    CORO
    ¿Eres limpio en la sangre,
    En la sangre de Cristo Jesús?
    ¿Es tu corazón más blanco que la nieve?
    ¿Eres limpio en la sangre eficaz?

    II
    ¿Vives siempre al lado de tu Salvador
    Por la sangre que Él derramó?
    ¿Del pecado eres siempre vencedor?
    ¿Eres limpio en la sangre eficaz?

    III
    ¿Tendrás ropa blanca al venir Jesús?
    ¿Eres limpio en la fuente de amor?
    ¿Estás listo para la mansión de luz?
    ¿Eres limpio en la sangre eficaz?

    IV
    Cristo ofrece hoy pureza y poder,
    ¡Oh acude a la cruz del Señor!
    Él la fuente es que limpiará tu ser,
    ¡Oh, acude a la sangre eficaz!
    I
    Pecador ven a Cristo Jesús
    Y feliz para siempre Serás,
    Que si tu le quisieres tener,
    Al divino Señor hallarás.

    CORO
    Ven a Él, ven a Él,
    Que te espera tu buen Salvador,
    Ven a Él, ven a Él,
    Que te espera tu buen Salvador.

    II
    Si cual hijo que necio pecó,
    Vas buscando a sus pies compasión,
    Tierno Padre en Jesús hallarás
    Y tendrás en sus brazos perdón.

    III
    Si enfermo, te sientes morir,
    Él será tu Doctor celestial;
    Y hallarás en su sangre también,
    Medicina que cure tu mal.

    IV
    Ovejuela que huyó del redil,
    ¡He aquí tu benigno Señor!
    Y en los hombros llevada serás,
    De tan dulce y amante pastor.
    I
    Un hombre de noche llegóse a Jesús,
    Buscando la senda de vida y de luz,
    Y Cristo le dijo: «Si a Dios quieres ver
    Tendrás que renacer»

    CORO
    Tendrás que renacer,
    Tendrás que renacer,
    De cierto, de cierto te digo a ti,
    Tendrás que renacer.

    II
    Si acaso a los cielos tú quieres entrar,
    Y allí con los santos poder descansar,
    Si quieres la vida eternal obtener
    Tendrás que renacer.

    III
    Amigo, no debes jamás desechar,
    Palabras que Cristo dignóse hablar,
    Si tu alma no quieres llegar a perder
    Tendrás que renacer.

    IV
    Hermanos se han ido con Cristo a morar
    A quienes un día querrás encontrar,
    Pues esta proclama hoy debes creer:
    «tendrás que renacer»
    I
    Puedo oír tu voz llamando,
    Puedo oír tu voz llamando,
    Puedo oír tu voz llamando,
    Trae tu cruz y ven en pos de mí.

    CORO
    Seguiré do Tú me guíes,
    Seguiré do Tú me guíes,
    Seguiré do Tú me guíes,
    Dondequiera fiel te seguiré.

    II
    Yo te seguiré en el huerto,
    Yo te seguiré en el huerto,
    Yo te seguiré en el huerto,
    Sufriré contigo, mi Jesús.

    III
    Sufriré por ti, Maestro,
    Sufriré por ti, Maestro,
    Sufriré por ti, Maestro,
    Moriré contigo, mi Jesús.

    IV
    Me darás la gracia y gloria,
    Me darás la gracia y gloria,
    Me darás la gracia y gloria,
    Y por siempre Tú me guiarás.
    I
    Jesucristo está llamando
    Con ternura y compasión;
    «Ven, te dice, ven confiando
    Dame hoy tu corazón»

    CORO
    ¡Ven a Él! ¡Ven a Él!
    Ven de todo corazón
    Sé prudente, Condesciende
    Ven a Él sin dilación.

    II
    Los placeres de este suelo
    Son inútil oropel,
    Pesadumbres y desvelo;
    ¡Sólo nuestro Cristo es fiel!

    III
    Si tu corazón palpita,
    Por volver al dulce hogar,
    Hoy la voz de Dios te invita,
    No lo hagas esperar.

    IV
    Cristo fue en la cruz herido,
    Por tu grande transgresión,
    Para verte redimido
    Y ofrecerte su perdón.
    I
    Si tú cansado ya estás de pecar,
    Ven tal como estás;
    Ven a Jesús que Él te hará descansar,
    ¡Oh, ven tal como estás!

    CORO
    Ven tal como estás,
    Oh, ven tal como estás,
    Deja el pecado y acepta a Jesús,
    Y ven tal como estás.

    II
    Llevas en tu alma las huellas del mal,
    Ven tal como estás;
    Y aunque del Padre muy lejos estás,
    ¡Oh, ven tal como estás!

    III
    Si por tus culpas perdido estás tú,
    Ven tal como estás;
    Por redimirte pagó ya Jesús,
    ¡Oh, ven tal como estás!

    IV
    Nunca tus obras salvarte podrán,
    Ven tal como estás;
    Ven a Jesús y ser salvo podrás,
    ¡Oh, ven tal como estás!

    V
    Con tus dolores, tristeza y afán,
    Ven tal como estás;
    Que Cristo a todos hoy quiere salvar
    ¡Oh ven tal como estás!
    I
    Por la senda do caminas hay peligro de morir,
    Mil tropiezos y caídas, ¡ay de ti!
    De Jesús la voz escucha, que con dulce insistir,
    Ven, te dice, yo te guío, ven a mí.

    CORO
    Él te llama, Él te llama
    Él te llama y te dice, ven a mí,
    Del Espíritu de Dios deja oír su dulce voz,
    Que te dice: Hay descanso para ti.

    II
    ¿Has vagado en tinieblas? ¿es incierto tu vivir,
    Y peligros te amenazan por doquier?
    A Jesús que es luz del mundo, con agrado puedes ir;
    Él te ayuda; tu refugio quiere ser.

    III
    De Jesús la voz escucha, que te llama: ve a Él,
    Te suplica: ¡Oh cuán tierno es su amor!
    De su Espíritu divino los consejos sigue fiel,
    Y serás feliz gozando su favor.
    I
    Mientras oro, mientras ruego,
    Mientras sientes convicción,
    Mientras Dios derrama el fuego,
    Ven, amigo a Cristo, ven.

    CORO
    Ven a Él, ven a Él,
    Dale hoy tu corazón;
    Ven a Él, ven a Él,
    Dale hoy tu corazón.

    II
    Has vagado en este mundo,
    Sin tranquilidad, sin paz,
    Vuelve a Dios y en Él confiando
    Salvo y feliz serás.

    III
    Si en tu vida has fracasado,
    Y tu alma triste está,
    Cree en Cristo y tu pecado
    Hoy Él mismo borrará.

    IV
    Ven a Cristo, Él te espera
    No te tardes, pecador,
    En sus brazos Él quisiera
    Recibirte con amor.
    I
    Ven con tus cargas y con tu temor,
    Con tus flaquezas y con tu llorar,
    Ven y confiesa tu grande pecar
    A Jesucristo de paz gran dador.

    CORO
    Venid, a Mí venid,
    Venid, a Mí venid,
    Todo cansado y cargado venid
    Pues Yo os haré descansar.

    II
    Con tus placeres de cruel destrucción.
    Ven a la fuente de gozo eternal,
    Ven a la fiesta de paz sin igual,
    Jesús te ofrece su gran salvación.

    III
    Del suspirar y gemir de dolor,
    Ven a su seno donde hay dulce paz.
    Si estás cansado, descanso hallarás,
    ¿Triste? Daráte consuelo el Señor.

    IV
    Ven por potencia si quieres servir,
    En sus promesas tú debes creer,
    Pues Él te ofrece luz, gracia y poder,
    Sólo a Jesús debes luego acudir.
    I
    Venid, pastorcillos, venid a adorar
    Al rey de los cielos que nace en Judá.
    Sin ricas ofrendas podemos llegar,
    Que el niño prefiere la fe y la bondad.

    II
    Un rústico techo abrigo le da,
    Por cuna un pesebre, por templo un portal;
    En lecho de pajas incógnito está,
    Quien quiso a los astros su gloria prestar.

    III
    Hermoso lucero le vino a anunciar,
    Y magos de oriente buscándole van:
    Delante se postran del Rey de Judá,
    De incienso, oro y mirra tributo le dan.
    I
    Tú dejaste tu trono y corona por mí,
    Al venir a Belén a nacer;
    Mas a ti no fue dado el entrar al mesón,
    Y en pesebre te hicieron nacer.

    CORO
    Ven a mi corazón, ¡oh Cristo!
    Pues en él hay lugar para ti;
    Ven a mi corazón, ¡oh Cristo! ven,
    Pues en él hay lugar para ti.

    II
    Alabanzas celestes los ángeles dan,
    En que rinden al Verbo loor;
    Más humilde viniste a la tierra, Señor,
    A dar vida al más vil pecador.

    III
    Siempre pueden las zorras sus cuevas tener,
    Y las aves sus nidos también,
    Mas el Hijo del hombre no tuvo un lugar
    En el cual reclinara su sien.

    IV
    Tú viniste, Señor, con tu gran bendición
    Para dar libertad y salud,
    Mas con odio y desprecio te hicieron morir,
    Aunque vieron tu amor y virtud.

    V
    Alabanzas sublimes los cielos darán,
    Cuando vengas glorioso de allí,
    Y tu voz entre nubes dirá: «Ven a mí,
    Que hay lugar junto a mí para ti»
    I
    ¡Suenen dulces himnos gratos al Señor,
    Y óiganse en concierto universal!
    Desde el alto cielo baja el Salvador
    Para beneficio del mortal.

    CORO
    ¡Gloria! ¡Gloria sea a nuestro Dios!
    ¡Gloria! Sí cantemos a una voz,
    Y el cantar de gloria, que se oyó en Belén,
    Sea nuestro cántico también.

    II
    Montes y collados fluyan leche y miel,
    Y abundancia esparzan y solaz.
    Gócense los pueblos, gócese Israel,
    Que a la tierra viene ya la paz.

    III
    Salte de alegría lleno el corazón,
    La abatida y pobre humanidad;
    Dios se compadece viendo su aflicción,
    Y le muestra buena voluntad.

    IV
    Lata en nuestros pechos noble gratitud
    Hacia quien nos brinda redención;
    Y a Jesús el Cristo, que nos da salud,
    Tributemos nuestra adoración.
    I
    ¡Al mundo paz, nació Jesús!
    Nació ya nuestro Rey;
    El corazón ya tiene luz,
    Y paz su santa grey,
    Y paz su santa grey,
    Y paz, y paz su santa grey.

    II
    ¡Al mundo paz, el Salvador
    En la tierra reinará!
    Ya es feliz el pecador,
    Jesús perdón le da,
    Jesús perdón le da,
    Jesús, Jesús perdón le da.

    III
    Al mundo Él gobernará
    Con gracia y con poder;
    A las naciones probará
    Su amor y su poder,
    Su amor y su poder,
    Su amor, su amor y su poder.
    I
    ¡Noche de paz, noche de amor!
    Todo duerme en derredor,
    Entre los astros que esparcen su luz,
    Bella anunciando al niñito Jesús,
    Brilla la estrella de paz,
    Brilla la estrella de paz.

    II
    ¡Noche de paz, noche de amor!
    Oye humilde el fiel pastor,
    Coros celestes que anuncian salud,
    Gracias y glorias en gran plenitud,
    Por nuestro buen Redentor,
    Por nuestro buen Redentor.

    III
    ¡Noche de paz, noche de amor!
    Ved qué bello resplandor
    Luce en el rostro del niño Jesús,
    En el pesebre del mundo la luz
    Astro de eterno fulgor,
    Astro de eterno fulgor.
    I
    Aunque soy pequeñuelo,
    Me mira el santo Dios,
    Él oye desde el cielo
    Mi humilde y tierna voz.

    II
    Me ve de su alto asiento,
    Mi nombre sabe, sí,
    Y cuanto pienso y siento
    Conoce desde allí.

    III
    Él mira a cada instante
    Lo que hago bien o mal,
    Pues todo está delante
    De su ojo paternal.
    I
    Cristo me ama, bien lo sé
    Su Palabra me hace ver,
    Que los niños son de Aquel,
    Quien es nuestro Amigo fiel.

    CORO
    Cristo me ama,
    Cristo me ama,
    Cristo me ama,
    La Biblia dice así.

    II
    Cristo me ama, pues murió,
    Y el cielo me abrió;
    Él mis culpas quitará,
    Y la entrada me dará.

    III
    Cristo me ama es verdad
    Y me cuida en su bondad,
    Cuando muera, si soy fiel,
    Viviré allá con Él.
    I
    Mi fe espera en Ti,
    Cordero, quien por mí,
    Fuiste a la cruz;
    Escucha mi oración
    Dame tu bendición,
    Llene mi corazón tu santa luz.

    II
    Tu gracia en mi alma pon;
    Guarde mi corazón
    Tu sumo amor.
    Tu sangre carmesí
    Diste en la cruz por mí;
    Que viva para Ti con fiel ardor.

    III
    A ruda lid iré
    Y pruebas hallaré
    Mi guía sé;
    Líbrame de ansiedad,
    Guárdame en santidad,
    Y por la eternidad te alabaré.
    I
    ¿Cómo podré estar triste,
    Cómo entre sombras ir,
    Cómo sentirme solo,
    y en el dolor vivir?
    Si Cristo es mi consuelo,
    Mi Amigo siempre fiel,
    Si aun las aves tienen
    Seguro asilo en Él,
    Si aun las aves tienen
    Seguro asilo en Él.

    CORO
    ¡Feliz cantando alegre,
    Yo vivo siempre aquí;
    Si Él cuida de las aves,
    Cuidará también de mí!

    II
    «Nunca te desalientes»
    Oigo al Señor decir,
    Y en su Palabra fiado
    Hago al dolor huir.
    A Cristo, paso a paso
    Yo sigo sin cesar,
    Y todas sus bondades
    Me da sin limitar,
    Y todas sus bondades
    Me da sin limitar.

    III
    Siempre que soy tentado
    O que en la sombra estoy,
    Más cerca de Él camino,
    y protegido voy;
    Si en mí la fe desmaya,
    y caigo en la ansiedad,
    Tan sólo Él me levanta,
    Me da seguridad,
    Tan sólo Él me levanta,
    Me da seguridad.
    I
    ¡Dulces momentos consoladores
    Los que me paso junto a la cruz!
    Allí sufriendo crueles dolores
    Veo al Cordero, Cristo Jesús.

    II
    Veo los brazos de su amor abiertos
    Que me convidan llegar a Él,
    Y haciendo suyo mis desaciertos,
    Por mí sus labios gustan la hiel.

    III
    ¡Dulces momentos, ricos en dones,
    De paz y gracia, de vida y luz!
    Sólo hay consuelos y bendiciones,
    Cerca de Cristo, junto a la cruz.
    I
    Santa Biblia para mí
    Eres un tesoro aquí;
    Tú contienes con verdad
    La divina voluntad;
    Tú me dices lo que soy,
    De quién vine y a quién voy.

    II
    Tú reprendes mi dudar;
    Tú me exhortas sin cesar;
    Eres faro que a mi pie,
    Va guiando por la fe
    A las fuentes del amor
    Del bendito Salvador.

    II
    Eres infalible voz
    Del Espíritu de Dios,
    Que vigor al alma da
    Cuando en aflicción está;
    Tú me enseñas a triunfar
    De la muerte y del pecar.

    III
    Por tu santa letra sé
    Que con Cristo reinaré
    Yo que tan indigno soy,
    Por tu luz al cielo voy;
    ¡Santa Biblia! para mí
    Eres un tesoro aquí.
    I
    Santa cena, para mí,
    Eres memorial aquí:
    Tú me enseñas con verdad
    El misterio de bondad;
    Me recuerdas de la cruz,
    Del Cordero, mi Jesús.

    II
    Nos elevas nuestro ser,
    Al angélico placer;
    Tipificas con señal
    La crucifixión pascual,
    Comulguemos al tomar
    De Jesús y su penar.

    III
    Participe el corazón
    De tu conmemoración;
    Nos recuerdas al partir
    De Jesús y su venir;
    Eres tú nuestra señal
    De su Pacto divinal.

    IV
    Como sello del amor
    Del divino Redentor,
    Volveremos a tomar,
    y con Cristo disfrutar,
    De la Cena del Señor,
    Prenda fiel del viador.
    I
    A mi madre tan querida
    Yo jamás podré olvidar;
    Mientras dure aquí mi vida,
    Mientras mi alma pueda amar.

    CORO
    A mi madre tan querida,
    La honraré toda la vida,
    Que mi prez sea concedida
    De poderla allá mirar.

    II
    La bendita madre mía
    En la infancia ella me guió;
    Ella fue luz y alegría
    Que mis penas mitigó.

    III
    De sus manos mil caricias
    Y mil besos recibí;
    Sus consejos mis delicias;
    Y su eterno amor sentí.

    IV
    Sus miradas de ternura,
    Sus consejos todo amor;
    Y sus ruegos a la altura,
    Me han llevado hasta el Señor.
    I
    Entre duda y mal en que teméis quizá
    Permanece un Libro santo y eficaz;
    Aunque el mundo pase, nunca cambiará,
    Porque Dios ha dicho que siempre durará.

    CORO
    La Biblia y la fe antigua
    Son las rocas en que estoy.
    La Biblia y la fe antigua
    Del país defensa son;
    Han resistido oposición
    De todo el mundo en derredor.
    La Biblia y la fe antigua
    La esperanza doquier son.

    II
    Este Libro dice del eterno Dios
    Que por gran amor al mundo a su Hijo envió:
    Que por sus promesas riquezas ofreció;
    Y a todo el que cree le da plena salvación.

    III
    De la voluntad de Dios nos habla él,
    Y del Salvador que al mundo descendió,
    De las duras pruebas que Jesús sufrió
    Y del gran poder que nos da para vencer.

    IV
    De la vida eterna nos explica aquí,
    Que recibiremos tras servicio leal
    Y al vencer la muerte y a la Sion entrar
    Viviremos con gozo, paz y luz sin fin.
    I
    Creo en la Biblia, el Libro redentor,
    Pues de Jesucristo muestra el dulce amor;
    Todos mis pecados ya borrados son;
    Paz y gozo tengo en mi corazón.

    CORO
    Creo en la Biblia, Libro de mi Dios;
    Música del cielo, para mí es su voz;
    Muéstrame el camino, y me trae dulce paz,
    Hallo en la Biblia todo mi solaz.

    II
    Creo en la Biblia, enséñame a cantar.
    Cantos de victoria, de su amor sin par;
    Suaves melodías, tengo en mi alma hoy,
    Porque redimido por la sangre estoy.

    III
    En la Santa Biblia encuentro santidad,
    Dádiva de Cristo, y su voluntad;
    Todos los que buscan plena salvación,
    Hallarán en Cristo esta bendición.

    IV
    Hoy la Biblia oigamos, mostrando a los demás,
    El amor de Cristo, y su inmensa paz;
    Pues la vida nuestra libre de maldad,
    Honrará el divino Libro de verdad.
    I
    Es segura base la verdad de Dios;
    En la biblia ella nos es dada;
    Este pobre el mundo pasará veloz,
    La palabra quedará fijada.

    CORO
    La palabra fiel, dulce como miel,
    El mensaje célico de nuestro Dios;
    Por los ataques mil, por el furor hostil,
    Permanece la eterna voz de Dios.

    II
    Los que a la palabra prestan atención,
    Los que en ella ponen su confianza,
    Fuertes y valientes por lo recto son;
    Viven en la fe y la esperanza.

    III
    Faro es ella a marineros en la mar
    Y a los viajeros una lumbre,
    A los extraviados es la guía sin par
    Y disipa toda incertidumbre.

    IV
    En la Santa Biblia siempre confiaré,
    En las pruebas y las tempestades;
    Es la base de mi amor y vida y fe;
    Sé que durará por las edades.
    I
    Nunca esperes el momento, de una grande acción,
    Ni que pueda lejos ir tu luz;
    De la vida a los pequeños actos da atención,
    Brilla en el sitio donde estés.

    CORO
    Brilla en el sitio donde estés,
    Brilla en el sitio donde estés,
    Puedes con tu luz algún perdido rescatar,
    Brilla en el sitio donde estés.

    II
    Puedes en tu cielo alguna nube disipar,
    Haz a un lado tu egoísmo cruel;
    Aunque sólo un corazón pudieras consolar,
    Brilla en el sitio donde estés.

    III
    Puede tu talento alguna cosa descubrir,
    Do tu luz podrá resplandecer;
    De tu mano el pan de vida puede aquí venir,
    Brilla en el sitio donde estés.
    I
    Gozo la Santa Palabra al leer,
    Cosas preciosas allí puedo ver;
    Y es la más bella: que el buen Redentor,
    Tiene a los niños muy tierno amor.

    CORO
    Con tierno amor
    Me ama Jesús, me ama Jesús,
    Con tierno amor me ama Jesús,
    Me ama aun a mí.

    II
    Me ama Jesús, pues al mundo bajó,
    Y por salvarme su vida entregó,
    A sus discípulos Él dijo así,
    Dejad los niños que vengan a mí.

    III
    Cuando yo esté en la celeste mansión,
    Esta por siempre será mi canción:
    ¡Oh! buen Jesús, te bendigo yo a ti,
    ¡Qué maravilla! me amaste Tú a mí.
    I
    Los años de mi infancia me recuerdan con dolor,
    Que a veces despreciaba de mi madre el tierno amor;
    Mas ya que está en el cielo, anhelo su solicitud,
    Dile, ¡oh Señor! que en gloria la veré.

    CORO
    ¡Oh madre de mi amor! en gloria te veré,
    Tu tierno amor jamás olvidaré;
    En la mansión de paz, veré tu dulce faz,
    Y junto a ti por siglos moraré.

    II
    Por más que anduve errante yo por sendas de maldad,
    Mi cariñosa madre me trataba con bondad;
    Mis cuitas infantiles endulzaba con amor,
    Dile, ¡Oh Señor! Que en gloria la veré.

    III
    Al verme solo y lejos de mi hogar, mi dulce hogar,
    Con su angustiado corazón lloraba sin cesar;
    Y día y noche oraba a Dios por mí, con grande fe,
    Dile, ¡Oh Señor! Que en gloria la veré.

    IV
    Infausta nueva un día me llegó, diciendo: Ven,
    Si quieres a tu madre ver, que hoy vuela al alto Edén.
    Lloré, cuando en los brazos de la muerte la encontré,
    Y dije, ¡Oh madre! en gloria te veré.
    I
    Escucha pobre pecador,
    En Cristo hay perdón;
    ¡Oh! Ven a Él, y cree en Él,
    En Él hay salvación.

    CORO
    Ven a Cristo, ven a Cristo,
    Ven a Emmanuel;
    Y la vida, vida eterna
    Hallarás en Él.

    II
    Por redimirte el Salvador,
    Su sangre derramó;
    Y en la cruz, la cruz cruel,
    Tu redención obró.

    III
    Camino cierto es Jesús,
    Que lleva a la paz;
    Pues ven a Él, y cree en Él
    Descanso hallarás.

    IV
    Ven con el santo pueblo fiel,
    Dejando todo mal;
    Así la paz de Dios tendrás,
    Y gloria inmortal.
    I
    Firmes y adelante, huestes de la fe,
    Sin temor alguno, que Jesús nos ve.
    Jefe soberano, Cristo al frente va,
    Y la regia enseña, tremolando está.

    CORO
    Firmes y adelante,
    Huestes de la fe,
    Sin temor alguno,
    Que Jesús nos ve.

    II
    Al sagrado nombre de nuestro Adalid,
    Tiembla el enemigo y huye de la lid.
    Nuestra es la victoria, dad a Dios loor,
    Y óigalo el averno lleno de pavor.

    III
    Muévese potente, la Iglesia de Dios;
    De los ya gloriosos marchamos en pos;
    Somos sólo un cuerpo, y uno es el Señor,
    Una la esperanza, y uno nuestro amor.

    IV
    Tronos y coronas pueden perecer;
    De Jesús la Iglesia fiel habrá de ser;
    Nada en contra suya prevalecerá,
    Porque la promesa, nunca faltará.
    I
    Te damos hoy nuestra oración
    Con todo nuestro corazón;
    Porque Jesús resucitó,
    Y así la nuestra aseguró,
    Y así la nuestra aseguró.

    II
    Jesús murió y resucitó
    Para que todo aquel que cree
    Resucitado sea por Dios
    Y vivirá con Emmanuel,
    Y vivirá con Emmanuel.

    III
    Vivíamos en pecado y mal
    Sin esperanza y sin Dios;
    Mas por su muerte el Salvador
    Venció el pecado y la maldad,
    Venció el pecado y la maldad.

    IV
    Yo muerto y levantado soy
    En Cristo mi buen Redentor;
    A su bendito nombre doy,
    Por siempre gloria, prez y honor,
    Por siempre gloria, prez y honor.
    I
    Al umbral del año, Cristo, Salvador,
    Todos te ofrecemos hoy cantos de amor.
    Por tus bendiciones recibidas ya,
    ¡Cuántas alabanzas te debemos dar!

    CORO
    Oye nuestro canto, Cristo Salvador
    Gracias infinitas por tu gran amor.

    II
    Todas nuestras faltas Tú conoces bien;
    Todos los fracasos viste tú también.
    Redentor amante, cada corazón,
    Limpia con tu sangre; danos tu perdón.

    III
    Salvador divino, pues conoces ya
    Lo que nos espera en el mundo acá,
    Toma nuestra mano; danos tu poder,
    Hasta que tu rostro nos permitas ver.
    I
    Nítido rayo, por Cristo,
    Yo quiero siempre ser,
    En todo quiero agradarle,
    Y hacerlo con placer.

    CORO
    Un nítido rayo,
    Nítido rayo por Cristo,
    Un nítido rayo,
    Nítido rayo seré.

    II
    A Cristo quiero llegarme,
    En mi temprana edad,
    Por siempre quiero amarle,
    Y hacer su voluntad.

    III
    Nítido rayo, en tinieblas
    Deseo resplandecer;
    Almas perdidas a Cristo,
    Anhelo conducir.

    IV
    Una mansión en el cielo,
    Fue Cristo a preparar,
    Que el niño tierno y amante
    En ella pueda entrar.
    I
    Los niños son de Cristo,
    Él es su Salvador,
    Son joyas muy preciosas,
    Comprólas con su amor.

    CORO
    Joyas, joyas, joyas,
    Joyas del Salvador,
    Están en esta tierra,
    Cual luz y dulce amor.

    II
    Los niños son tesoros,
    Pues que del cielo son,
    Luz refulgente esparcen,
    En horas de aflicción.

    III
    Los niños son estrellas,
    De grata claridad,
    Quiere Jesús que anuncien
    Al mundo su verdad.

    IV
    Los niños son de Cristo,
    Por ellos Él vendrá;
    Y con Él para siempre,
    Dichosos vivirán.
    I
    Tentado no cedas; ceder es pecar;
    Mejor y más noble es luchar y triunfar;
    Valor pues, cristiano, domina tu mal;
    Dios puede librarte, de asalto mortal.

    CORO
    En Jesús, pues, confía,
    En sus brazos tu alma,
    Hallará dulce calma,
    El te hará vencedor.

    II
    Evita el pecado, procura agradar,
    A Dios a quien debes, por siempre ensalzar,
    No manche tus labios, impúdica voz,
    Preserva tu vida, de ofensas a Dios.

    III
    Amante, benigno, y enérgico sé;
    En Cristo tu Amigo, pon toda tu fe;
    Veraz sea tu dicho, de Dios es tu ser;
    Corona te espera, y vas a vencer.
    I
    Da al Señor tus diezmos con el alma grata,
    Pues te da sus dones en gran multitud,
    Reconoce y mira cómo Dios te trata,
    Dándote la vida, dándote salud.

    CORO
    Tus diezmos trae y ofrendas también,
    De Dios a la casa que es el alfolí.
    Pues Él prometió al que cumple bien
    Darle bendiciones grandes y sin fin.

    II
    Sé fiel mayordomo de lo que el Maestro
    Ha puesto en tus manos para trabajar;
    Por lo mismo debes estar siempre presto
    A traer tus diezmos de Dios al altar.

    II
    Sé dador alegre que con toda el alma
    Dé al Señor sus diezmos y ofrendas de amor¡
    Dios te ofrece premio, pues que mucho te ama,
    Abriráte el cielo tu buen Redentor.
    I
    Peligros hay en el licor,
    ¡No lo toques tú jamás!
    Al cuerpo y alma ruina da,
    ¡No lo pruebes tú jamás!
    Tu dulce hogar lo destruirá,
    Su paz y pan le quitará,
    Y negros males le traerá,
    ¡No lo bebas tú jamás!

    II
    Bebidas fuertes hacen mal,
    ¡No lo toques tú jamás!
    Por el licor esclavos hay.
    ¡No lo pruebes tú jamás!
    Al viejo, al joven lleva él
    En el camino a perecer;
    Sus fuerzas todas a perder,
    ¡No lo bebas tú jamás!

    III
    Unámonos de corazón,
    Al licor nunca tocar;
    Y la embriaguez así quitar
    Y el licor nunca probar.
    Deseamos pueblo fuerte y leal
    Para destruir redes del mal,
    Y las heridas hoy curar
    Y el licor jamás usar.

    IV
    Apresurad tiempo feliz,
    No tocando el vil licor;
    Cuando habrá paz y gozo aquí
    Sin probar el vil licor.
    Contra el licor bandera alzad
    Y vuestros cantos elevad
    Y en las alturas gloria dad:
    ¡Salva nuestra patria, oh Dios!
    I
    Para la causa de mi Señor
    Para su Iglesia, salva por Él,
    Para su viña cristiana y fiel
    Daré mis diezmos con gran amor.

    CORO
    Mis diezmos todos yo voy a dar,
    Y mis ofrendas de gratitud,
    Por su potencia y su virtud,
    Mi Dios harálos multiplicar.

    II
    En mis pobrezas y en mi aflicción,
    En mi abundancia y prosperidad,
    Solemnemente, con gran lealtad,
    Daré mis diezmos con devoción.

    III
    Soy responsable de cooperar
    Para la causa de mi Señor,
    Y por lo mismo con gran amor
    Diezmos y ofrendas prometo dar.

    IV
    A contribuir me invita el Señor
    Según mis fuerzas, según mi fe,
    Mi diezmo a Cristo yo le daré:
    Él ama a todo feliz dador.
    I
    Cuán glorioso será cuando el pueblo leal
    A la casa del Padre sus diezmos traerá;
    Cuando todos unidos por gracia eternal
    A la causa de Cristo colaborarán.

    CORO
    Cuando todos sus diezmos a Cristo le den,
    Cuando todos sus diezmos a Cristo le den,
    No habrá nunca pobreza
    Ni ansiedad ni tibieza
    Cuando todos sus diezmos a Cristo le den.

    II
    Ni escaseces, ni crisis entonces habrá,
    Ni pobreza ni falta la iglesia tendrá.
    Al contrario: potente el Señor obrará,
    Cuando el pueblo sus diezmos a Cristo traerá.

    III
    En el pueblo de Dios robadores no habrá,
    Que la parte de Dios para sí retendrán;
    Pues la viña de Cristo doquier crecerá
    Y abundante su pueblo sus dones traerá.

    IV
    Nuestro Padre sus dones más ricos dará,
    Y favores preciosos a su pueblo fiel;
    Las ventanas del cielo con gozo abrirá
    Cuando todos sus diezmos le den a Emmanuel.
    I
    ¡Oh! cantádmelas otra vez,
    Bellas palabras de vida;
    Hallo en ellas mi gozo y luz,
    Bellas palabras de vida
    Sí, de luz y vida
    Son sostén y guía.

    CORO
    //: ¡Qué bellas son
    Qué bellas son!
    Bellas palabras de vida ://

    II
    Jesucristo a todos da
    Bellas palabras de vida;
    Oye su dulce voz, mortal,
    Bellas palabras de vida.
    Bondadoso te salva,
    Y al cielo te llama.

    III
    Grato el cántico sonará,
    Bellas palabras de vida;
    Tus pecados perdonará,
    Bellas palabras de vida.
    Sí, de luz y vida
    Son sostén y guía.
    I
    Las Sagradas Escrituras
    Nos enseñan el diezmar
    Como bueno para el hombre fiel;
    Pues Jehová se alegra
    siempre Cuando el hombre sabe dar
    Y con creces recompensa Él.

    CORO
    Cuán eterno gozo al hombre da
    Dar sus diezmos todos a Jehová,
    Paz habrá en su corazón,
    Grande y fiel satisfacción
    Y abundancia de felicidad.

    II
    Nuestros diezmos Dios nos pide
    De lo que abundante Él da
    Y entregarlo para su obra aquí.
    Él nos manda que a la iglesia
    Los debemos de llevar
    Para su distribución allí.

    III
    Nuestra plata, nuestro tiempo,
    Nuestro amor, nuestro vivir,
    Dios anhela le ofrendemos hoy,
    Y Él promete por los diezmos
    Bendiciones dar sin fin
    Si leales somos al Señor.

    IV
    Si insensatos hemos sido
    Desoyendo a nuestro Dios,
    Que tan bueno y compasivo es,
    Prometamos desde ahora
    Escuchar su tierna voz
    Para beneficio de su mies.
    I
    Ved al Cristo, Rey de gloria,
    Es del mundo vencedor;
    De la guerra vuelve invicto,
    Todos démosle loor.

    CORO
    Coronadle, santos todos,
    coronadle Rey de reyes,
    coronadle, santos todos,
    coronad al Salvador.

    II
    Exaltadle, exaltadle,
    Ricos triunfos trae Jesús;
    En los cielos entronadle,
    en la refulgente luz.

    III
    Si los malos se burlaron,
    coronando al Salvador,
    Hoy los ángeles y santos,
    Lo proclaman su Señor.

    IV
    Escuchad sus alabanzas,
    Que se elevan hacia Él,
    Victorioso reina el Cristo,
    Adorad a Emmanuel.
    I
    Dulces melodías cantaré,
    Y alabanzas al Señor,
    A su nombre gloria yo daré,
    Por su inefable amor.

    CORO
    De Jesús el nombre,
    Dulce es para mí,
    canta alma mía
    Melodías a mi Rey.

    II
    Yo vivía en sombras y en dolor,
    Triste, herido, pobre y vil,
    Mas la tierna mano del Señor,
    Me llevó a su redil.

    III
    Fuente perennal de gracia hallé
    Al amparo de su amor,
    Su sonriente faz me imparte fe,
    Esperanza y valor.

    IV
    Aunque por el valle de aflicción
    Tenga que pasar aquí,
    Mi Jesús dará su protección,
    Él se acordará de mí.

    V
    La rosada aurora anuncia ya
    Que Jesús por mí vendrá,
    Mi alma alegre con Él reinará
    En la celestial ciudad.
    I
    La tumba le encerró
    Cristo, mi Cristo;
    El alba allí esperó
    Cristo el Señor.

    CORO
    Cristo la tumba venció,
    Y con gran poder resucitó;
    Del sepulcro y muerte Cristo es vencedor,
    Vive para siempre nuestro Salvador;
    ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios!
    El Señor resucitó

    II
    De guardas escapó,
    Cristo, mi Cristo;
    El sello destruyó
    Cristo el Señor.

    III
    La muerte dominó
    Cristo, mi Cristo;
    Y su poder venció,
    Cristo el Señor.
    I
    Dios os guarde en su santo amor,
    Hasta el día en que lleguemos,
    A la patria do estaremos,
    Para siempre con el Salvador.

    CORO
    Al venir Jesús nos veremos,
    A los pies de nuestro Salvador;
    Reunidos todos seremos,
    Un redil con nuestro buen Pastor.

    II
    Dios os guarde en su santo amor;
    En la senda peligrosa,
    De esta vida tormentosa,
    Os conserve en paz y sin temor.

    III
    Dios os guarde en su santo amor;
    Os conduzca su bandera;
    Y os esfuerce en gran manera,
    Con su Espíritu Consolador.

    IV
    Dios os guarde en su santo amor;
    Con su gracia Él os sostenga,
    Hasta que el Maestro venga,
    A fundar su reino en esplendor.
    I
    Para mi madre tengo un canto,
    Por su sin igual virtud;
    Canto que brota de mi gratitud
    Por su amor y su bondad.

    CORO
    Bendigamos hoy nuestras mamás,
    Que nos dieron el ser, que nos dieron su amor;
    Y que Dios les dé felicidad
    Y dé su amparo y bendición.

    II
    Honrar debemos nuestras madres
    Como lo manda el Señor,
    Viviendo como hijos de nuestro Dios
    En virtud y santidad.

    III
    Que Dios corone a nuestras madres
    Con su sin igual poder;
    Y que cual hijos nos logremos ver
    La maternidad feliz.
    I
    Más cual mi Cristo quiero siempre ser
    Más mansedumbre, más benignidad;
    Celo en servirle, fidelidad mostrar,
    Mas consagrado a la obra que me da.

    CORO
    Toma mi ser, tan sólo tuyo es,
    Toma mi ser, lo doy Señor a Ti;
    Mi corazón, imploro limpies sí,
    Tenme, soy tuyo por la eternidad.

    II
    Más cual mi Cristo, es mi oración,
    Más fuerza tenga, más resignación;
    Más serio siempre, y más espiritual,
    Al que vagaba traerle al altar.

    III
    Más cual mi Cristo, más profunda fe,
    De su cariño, grande compasión;
    Cual Él, paciente, humilde y veraz,
    Es mi anhelo cual Cristo aquí andar.
    I
    Ignoro yo porqué será,
    Mis planes veo fracasar;
    Mas cuando llegue a ver al Rey,
    Entonces comprenderé.

    CORO
    Un día yo comprenderé,
    El día cuando le veré,
    De lágrimas libre seré,
    Yo sé que lo entenderé.

    II
    En mi carrera hay gran dolor,
    Afán, pesar, o cruel temor,
    Mas cuando en gloria yo esté,
    Entonces comprenderé.

    III
    En medio de tribulación,
    En tentación, o aflicción,
    Descansaré en el amor,
    De Jesús, mi Salvador.
    I
    Muy triste en pecado y en noche me vi,
    Mas ya vivo alegre, Jesús me salvó;
    Y todos los días yo canto a Jesús,
    Yo ando con Cristo mi Maestro y Rey.

    CORO
    Yo voy con Jesús, aleluya,
    Yo ando con Cristo el Rey;
    No vago ya más, yo quiero seguir,
    A Cristo mi Rey y Señor.

    II
    Por años y años sin Cristo viví,
    Y nunca en mi vida feliz yo me vi,
    Mas hoy con las aves elevo mi voz,
    Y canto feliz, pues yo voy con el Rey.

    III
    ¡Oh, alma que estás en el valle sin luz,
    Si miras arriba verás a Jesús!
    ¡Ven alto, más cerca, ven pronto a la luz!
    Es Cristo la luz aún más fuerte que el sol.
    I
    Cansado y triste vine al Salvador,
    Mi culpa Él llevó, mi culpa Él llevó;
    Mi eterna dicha hallé en su amor,
    Mi culpa Él llevó.

    CORO
    Mi culpa Él llevó, mi culpa Él llevó,
    Alegre siempre cantaré.
    Al Señor gozoso alabaré,
    Porque Él me salvó.

    II
    Borrados todos mis pecados son,
    Mi culpa Él llevó, mi culpa Él llevó;
    A Él feliz elevo mi canción,
    Mi culpa Él llevó.

    III
    Ya vivo libre de condenación,
    Mi culpa Él llevó, mi culpa Él llevó;
    Su dulce paz ha puesto en mi ser,
    Mi culpa Él llevó.

    IV
    Si vienes hoy a Cristo pecador,
    Tu culpa llevará, tu culpa llevará,
    Perdón tendrás si acudes al Señor,
    Tu culpa llevará.

    CORO FINAL
    Tu culpa llevará, tu culpa llevará,
    Y limpiará tu corazón;
    Y dirás feliz en tu canción:
    «Mi culpa Él llevó»
    I
    Viene otra vez nuestro Salvador,
    ¡Oh, qué si fuera hoy!
    Para reinar con poder y amor,
    ¡Oh, qué si fuera hoy!
    Ya por su esposa viene esta vez,
    Purificada en su grande amor
    Del mundo por la redondez,
    ¡Oh, qué si fuera hoy!

    CORO
    ¡Gloria! ¡Gloria! gozo sin fin traerá,
    ¡Gloria! ¡Gloria! al coronarle Rey,
    ¡Gloria! ¡Gloria! la senda preparad,
    ¡Gloria! ¡Gloria! Cristo viene otra vez.

    II
    Terminará el poder de Satán,
    ¡Ojalá fuera hoy!
    No más tristezas aquí verán,
    ¡Ojalá fuera hoy!
    Todos los muertos en Cristo irán
    Arrebatados por su Señor;
    ¿Cuándo estas glorias aquí vendrán?
    ¡Ojalá fuera hoy!

    III
    Fieles y leales nos debe hallar,
    Si Él viniera hoy;
    Todos velando con gozo y paz,
    Si Él viniera hoy.
    Multiplicadas señales hay,
    En el oriente se ve el albor,
    Ya más cercano el tiempo está,
    ¡Ojalá fuera hoy!
    I
    Amoroso nos convida
    Cristo a esta comunión,
    Y nos da el pan de vida
    Y el cáliz de redención.

    II
    A tu dulce llamamiento
    Acudimos, oh, Señor;
    Que en tu comunión aumento
    Tengan nuestra fe y amor.

    III
    En lugar de tantos dones,
    ¿Qué podemos ofrecer?
    Toma nuestros corazones,
    Nuestras almas, nuestro ser.

    IV
    En tu mesa prometemos
    En tu santa ley vivir,
    Y que fieles te seremos,
    Buen Jesús hasta el morir... Amén.
    I
    Del santo amor de Cristo que no tendrá su igual,
    De su divina gracia, sublime y eternal;
    De su misericordia, inmensa como el mar
    Y cual los cielos alta, con gozo he de cantar.

    CORO
    El amor de mi Señor,
    Grande y dulce es más y más;
    Rico e inefable, nada es comparable
    Al amor de mi Jesús.

    II
    Cuando Él vivió en el mundo la gente lo siguió,
    Y todas sus angustias en Él depositó,
    Entonces bondadoso, su amor brotó en raudal,
    Incontenible, inmenso, sanando todo mal.

    III
    El puso en las pupilas del ciego nueva luz,
    La eterna luz de vida que centellea en la cruz;
    Y dio a las almas todas la gloria de su ser,
    Al impartir su gracia, su Espíritu y poder.

    IV
    Su amor, por las edades del mundo es el fanal,
    Que marca esplendoroso la senda del ideal;
    Y el paso de los años, lo hará más dulce y más
    Precioso al dar le al alma su incomparable paz.
    I
    Si he ofendido a alguien hoy, Señor,
    Si un alma he apartado de tu amor,
    Si he sido yo un egoísta hoy:
    Imploro perdón.

    II
    Si he conversado ocioso en vez de orar,
    Si en tu redil quería descansar,
    Y el puesto en dura lid abandonar:
    Imploro perdón.

    II
    Si en su aflicción alguno abandoné,
    Si tu cariño tierno no mostré;
    No quiero yo perder tu amor y fe:
    Imploro perdón.

    II
    Perdona lo que he confesado aquí,
    Y lo secreto que se hallara en mí,
    Mi ayuda y guía sé, confío en ti,
    Señor, amén.
    I
    Jesús es mi Rey soberano,
    Mi gozo es cantar su loor;
    Es Rey, y me ve cual hermano,
    Es Rey, y me imparte su amor.
    Dejando su trono de gloria,
    Me vino a sacar de la escoria.
    Y yo soy feliz,
    Y yo soy feliz por Él.

    II
    Jesús es mi Amigo anhelado,
    Y en sombras o en luz siempre va;
    Paciente y humilde a mi lado,
    Y ayuda y socorro me da.
    Por eso constante lo sigo,
    Porque Él es mi Rey y mi Amigo,
    Y yo soy feliz,
    Y yo soy feliz por Él.

    III
    Señor, ¿qué pudiera yo darte
    Por tanta bondad para mí?
    ¿Me basta servirte y amarte?
    ¿Es todo entregarme yo a Ti?
    Entonces acepta mi vida,
    Que a Ti sólo queda rendida,
    Pues yo soy feliz,
    Pues yo soy feliz por Ti.
    Gloria demos al Padre,
    Al Hijo y al Santo Espíritu;
    Como eran al principio,
    Son hoy y habrán de ser,
    Eternamente. Amén.
    A Dios el Padre celestial,
    Al Hijo nuestro Redentor,
    Y al eternal Consolador,
    Unidos todos alabad.

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